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La Biblioteca Histórica recupera en una casa de subastas una colección completa de las Conferencias Dominicales sobre la educación de la mujer (1869)

Maite Rodríguez Muriedas 1 de Junio de 2011 a las 15:13 h

"... Cuando en los siglos venideros escriba un filósofo la historia del progreso en España, citará, acompañándola de reflexiones profundas, una fecha: 21 de Febrero de 1869...". Con estas palabras Concepción Arenal destaca el día en el cual Fernando de Castro, Rector de la Universidad de Madrid, pronuncia en el Paraninfo su discurso inaugural abriendo las Conferencias Dominicales sobre la educación de la mujer, una de las iniciativas de mayor alcance para la educación y liberación profesional de la mujer a través de la cultura. Gracias a las gestiones de un profesor de nuestra Universidad, la Biblioteca Histórica ha recuperado una colección completa de los 18 folletos publicados con los textos de estas conferencias, que habían ido a parar a una casa de subastas y que han sido restituidos a la Universidad Complutense de Madrid, propietaria de estas obras como así demostraban los sellos de identificación. [Seguir leyendo]

 

Fernando de Castro expresa en su disertación el propósito de contribuir al perfeccionamiento de la mujer, requisito necesario para el avance de la naturaleza humana, como reza su ideario Krausista; para lograrlo, se hacía necesaria una reforma educativa. Y así lo pone de manifiesto: "Las naciones más adelantadas rivalizan en noble competencia por enaltecer la condición de la mujer, igualándola al hombre, y siendo para ello la reforma de su educación el más seguro camino, surgen doquiera cátedras, asociaciones, ateneos, conferencias y publicaciones especiales, con que obtenga aquella, ya los primeros rudimentos de la instrucción, ya los de una cultura más extensa, ora la preparación para determinadas profesiones, ora, en fin estímulos para mantener su espíritu siempre vivo, y abierto a todas las generosas aspiraciones y a todos los sentimientos elevados ... Su objeto es despertar en unas y arraigar en otras la firme convicción de que la mujer debe educarse en más amplia esfera que antes...abrazando la educación en todas sus principales fases y elementos" [1]. Aunque teniendo en cuenta que el matrimonio y la maternidad eran su destino en la vida y vocación permanente en pleno encorsetamiento de la época,  reclama como parte de su instrucción  estudios con un carácter esencialmente práctico: religión y moral, higiene, economía doméstica, las laboras propias de su sexo y las bellas Artes, aderezadas por la pedagogía, geografía e historia, ciencias naturales, lengua y Literatura, con algunas nociones de legislación nacional concerniente a derechos y obligaciones de la familia.

 

Dibuja Castro la figura de una mujer providencial, la Mujer Fuerte del libro de los Proverbios que contribuya a la recomposición armónica de una sociedad entonces rota y desangrada por las luchas políticas, que estimule al hombre sin mancharse en los aconteceres extradomésticos, que aprenda lo imprescindible para ser útil a su entorno, pero no tanto como para cuestionarlo.[2]

 

Tras el  discurso aperturista de Castro, encabeza la primera Conferencia José Mª Sanromá  sobre "Educación Social de la mujer"  Toda una lección magistral en una sociedad fraccionada  reclamando para ésta "alta enseñanza". Consciente del progreso científico que ha significado la asistencia de la mujer a las cátedras, arremete contra esa otra educación social, de buen tono, e insta a las señoras a franquear las selectivas puertas de la ciencia.

 

Las siguientes conferencias se debaten, como apunta Raquel Vázquez Ramil entre la más recia ortodoxia católica (Cuarta Conferencia "De la influencia del cristianismo sobre la mujer, la familia y la sociedad", por Fernando Corradi), a la más florida exaltación de la maternidad, reiterada por Monet, Álvarez-Osorio, y el Padre García Blanco, quien ofrece un curioso programa de educación conyugal  resumido en veinte lecciones.

 

En una línea más avanzada se sitúan José Echegaray, en la Octava Conferencia "Influencia del estudio de las ciencias físicas en la educación de la mujer" en pro de la racionalidad de la mujer incitándola al estudio de las ciencias exactas; y Gabriel Rodríguez, defensor del matrimonio civil, y de instruir a las mujeres en Ciencias económicas y sociales. Pero el más  progresista de todos es sin lugar a duda Rafael María de Labra en "La mujer y la legislación castellana" que exige una revisión del Código Penal, donde se reconozca a la mujer los mismos derechos que al hombre, al reclamársele idénticas responsabilidades. Partidario de la emancipación de la mujer,  recomienda a las féminas que protesten: "en el seno de la familia, en las tertulias, en las conversaciones íntimas, contra las vulgaridades de guante blanco, que con una flor os envían un insulto, y con una palabra lisonjera a esos encantos físicos que el tiempo borra, abofetean vuestra dignidad de ser libre, vuestro carácter de persona, que es inmortal".[3]

 

Las Conferencias fueron complementadas por lecturas de poemas, artículos y ensayos (de Varela, Núñez de Arce, Campoamor...).De tonalidades muy diversas, como corresponde a la variedad de oradores, conforman un mosaico ideológico, coincidiendo muchas en seguir los planteamientos de la educación tradicional y ortodoxa, subrayando otras cierto paternalismo protector. Pero, sin duda el éxito obtenido de estas disertaciones  radica en que constituyeron un precedente hacia la dignificación de la mujer y un modelo en la proyección de sólidas instituciones, como la Escuela de Institutrices, Ateneo de Señoras, y Asociación para la Enseñanza de la Mujer.

 

Cierro este capítulo invitándoles a recrear en vuestra imaginación a ese público femenino que cada domingo no faltaba a la cita en el Paraninfo de la Universidad de Madrid, ansioso por conocer qué le deparaba esta vez la tribuna de oradores, ora la música, el arte, el lujo, la literatura, ciencias físicas... Retazos de ensayos que han vuelto al lugar donde hace apenas siglo y medio resonaban voces tan elocuentes. No podía ser otro que la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla"



[1] Fernando de Castro. Discurso inaugural, 21 de febrero de 1869 p.4-5

[2] Raquel Vázquez Ramil. La Institución Libre de Enseñanza, p.7

[3] Rafael M. de Labra. Quinta conferencia sobre la mujer y la legislación castellana, p.33

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Comentarios - 5

Diego

5
Diego - 19-06-2011 - 22:41:49h

Es de suponer que la Biblioteca Histórica habrá aportado títulos de propiedad legales para obtener la restitución de estas publicaciones.
Evidentemente los sellos denotan origen pero no propiedad, cuya evidencia se justifica por las vías legalmente establecidas.
En cualquier caso enhorabuena para la Biblioteca Histórica.

Maite

4
Maite - 15-06-2011 - 14:18:48h

Gracías por tu comentario y observación, Isabel. Efectivamente algunos vínculos no nos llevan a la conferencia , porque aún no están colgadas en el catálogo Cisne. Se trata concretamente de los 2 primeros enlaces, que espero estén accesibles en breve. De todas formas, pinchando en el primer vinculo , se visualiza la colección completa de las Conferencias y su acceso al texto completo.

Isabel

3
Isabel - 14-06-2011 - 13:37:42h

Me encanta, enhorabuena, pero tengo un problema pincho en el título de la conferencia y no accedo a su versión digitalizada. ¿Me podéis indicar?

Maite

2
Maite - 7-06-2011 - 13:55:40h

Ya están digitalizadas todas las conferencias dominicales. Únicamente falta enlazar las cuatro primeras conferencias así como el discurso inaugural de Fernando de Castro con los registros bibliográficos correspondientes.

Mercedes

1
Mercedes - 6-06-2011 - 10:25:22h

He visto que una de las conferencias está digitalizada. ¿Habéis pensado en digitalizar el resto?


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