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Inicio de la conservación sistemática en los libros del Fondo de Derecho

Javier Tacón Clavaín. 19 de Junio de 2012 a las 17:05 h

En marzo de este año comenzó el proceso de inventario, recolocación y conservación de la colección de derecho de esta biblioteca. Previamente había sido realizado el recuento de las colecciones F. Guerra, FOA e Incunables, pero en este caso sin recolocación -en FOA se colocaron las alfombrillas de espuma bajo los libros, que ya existían en los otros dos Fondos al hacer el inventario-.[Seguir leyendo]

 

Pero el caso de la colección de derecho es de mayor calado, por su volumen, por no estar ocupados los armarios fijos de la pared ni las baldas superiores de cada armario, por el estado de conservación de algunos libros, por el tamaño medio de los ejemplares, etc. Por ello, desde la dirección de esta biblioteca se determinó que todo el personal se implicara en el proceso, con la coordinación de Carlos, nuestro Jefe de Servicio del Área Auxiliar.

 

El departamento de conservación ya intervino en el diseño de la recolocación, indicando la necesidad de la inclusión en cada balda de una alfombrilla de Plastazote® (espuma de polietileno) y de dejar en cada fila un espacio sin ocupar para el posible crecimiento debido a la fabricación de cajas de conservación u otras protecciones individuales. Las láminas de espuma -ya adquirida hace tiempo, y del tipo "retardante a la llama"- proveen una sutil protección en cuanto a vibraciones, pero tiene un efecto más protector en cuanto a que previene el deslizamiento de los libros al mover las estanterías y esta característica antideslizante obliga asimismo a tener que levantar el volumen para extraerlo de la balda en vez de arrastrarlo hacia el exterior, lo que previene el desgaste del corte inferior de los libros.

 

Durante el trabajo de inventario se realiza además un listado de incidencias, donde se relacionan aquellos ejemplares que, a criterio de los equipos de trabajo y siguiendo instrucciones previas de este departamento, necesitan una protección individual prioritaria debido a su estado de conservación o importancia de la encuadernación. Una vez recibido este listado de incidencias por nuestro departamento, comenzamos la labor de protección individual, incluyendo en algunos casos reparaciones básicas en aquellos ejemplares más deteriorados.

 

Hasta este momento se han subido al Taller de restauración los primeros 60 libros de este listado. No obstante, cuando bajamos a por los libros del listado de incidencias, algunos de ellos no se recogen ya que a nuestro criterio no necesitan una protección urgente y, por el contrario, incluimos en el grupo algunos libros que sí encontramos conveniente su protección, aunque no figuren en el listado de incidencias. En concreto, de los 60 libros, 6 de ellos se sacaron del listado y se quedaron en su sitio y 10 libros se añadieron al listado, incorporándolos al grupo que subimos al taller.

 

Una vez que ingresan en el departamento, la primera labor es separar los libros en grupos según las necesidades de protección. En este sentido, se fabrican dos tipos de contenedores: la caja de conservación completa, que ya veníamos realizando, y un nuevo modelo de protección, al que llamamos "protección provisional", más barato por el mayor aprovechamiento del cartón y por su rapidez de ejecución, que envuelve el libro en todo su perímetro pero que no cubre los cortes de cabeza y pie. La falta de recursos y el volumen de libros a proteger -amén del ingenio de Agustín Ramos- nos han sugerido este nuevo modelo. A grandes rasgos, los libros con encuadernaciones, a nuestro juicio, más importantes son alojados en cajas y el resto se protegen de forma más sencilla. En concreto, de los libros tratados hasta ahora, se hicieron cajas a 18 de ellos y al resto protecciones -salvo uno de ellos que será dotado de una encuadernación nueva-.

 

Algunos de los libros presentan alteraciones que impiden su consulta en el estado actual. Principalmente son deterioros por hongos, deterioros físicos severos en libros con una o ambas tapas perdidas y roturas en tapas de madera. En estos casos, la primera acción es comprobar si existen otros ejemplares en buen estado para su consulta. En ese caso, y para optimizar los escasos recursos, se retiran de la consulta -adhiriendo una etiquete indicativa en el contenedor-. Si es ejemplar único en el catálogo se realizan las reparaciones oportunas que permitan su consulta. En el grupo de libros ya tratados, 6 se retiraron de la consulta y 12 fueron reparados.

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