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En el III centenario de su nacimiento, VI, Jorge Juan : esbozo biográfico

Isabel Corullón Paredes 6 de Septiembre de 2013 a las 20:18 h

Retratos de los Españoles ilustres. Madrid: Imprenta Real, 1791 [BH FG 4193]

Jorge Juan nació en 1713 en Novelda, en el seno de una familia de la pequeña nobleza urbana alicantina. Huérfano de padre a los tres años, se encargaron de su educación, sucesivamente, sus tíos Antonio Juan, canónigo de la Catedral de Alicante, y Cipriano Juan, Caballero de la Orden de Malta. A los doce años es enviado a la isla de Malta para recibir el hábito de la citada Orden. Los votos realizados para llegar a ser Caballero de dicha Orden implicaron el celibato durante toda su vida. Jorge Juan llegaría a ser Comendador de Aliaga. [Seguir leyendo]

 

De vuelta a España, con 16 años solicita el ingreso en la Academia de Guardias-Marinas de Cádiz. Allí permaneció hasta 1734, cuando es llamado a partir al Virreinato de Perú para medir el arco del meridiano. La expedición del meridiano marcó la trayectoria vital de Jorge Juan. Posibilitó su desarrollo como científico de prestigio internacional y propició su posterior contacto con el Marqués de la Ensenada. Fue colaborador eficaz de éste en sus planes de reforma de la Armada. Como responsable de la construcción naval y los astilleros entre 1750 y 1769, contribuyó al más ambicioso plan de construcción naval de la historia de España. Paralelamente, como director de la Escuela de Guardia-Marinas desde 1753, renovaría las enseñanzas náuticas.

 

Su notable capacitación y su abnegada dedicación al trabajo hicieron de él una persona imprescindible para resolver aquellas cuestiones que requerían conocimientos técnicos o científicos. Por ello fue requerido su criterio para los temas más diversos relacionados con la Minería, la técnica hidráulica y la siderurgia. Entre los años 1750 y 1760 fueron muy numerosos los viajes que realizó por la geografía española. Además de supervisar la construcción de los diques y organizar los arsenales, se ocupaba de la tala de árboles para la construcción de las naves, solucionaba los problemas en las minas de Almadén y Linares, ideando un sistema de ventilación de las galerías, en los canales de riego de Murcia y Aragón, en la fábrica de cañones de La Cavada. Como vocal de la Junta General de Comercio y Moneda, estudió y mejoró la aleación de los metales empleados en la acuñación de moneda.

 

Con la caída del Marqués de la Ensenada en 1754, muchos proyectos ya iniciados quedaron paralizados. Uno de ellos fue el referido al levantamiento del mapa de España con arreglo a las técnicas geodésicas y cartográficas más modernas. Otro asunto que mantuvo a Jorge Juan ocupado en este periodo fue la aspiración de crear una Academia de Ciencias, como las que existían en otros países europeos, fracasado este proyecto, fundaría en su casa de Cádiz la Asamblea Amistosa Literaria en 1755.

 

Fue esta su etapa de mayor actividad, en la que tuvo tiempo también para dedicarse al estudio y a la reflexión teórica. En 1759 aparece el Compendio de navegación y por entonces comienza a gestar su obra principal, Examen marítimo, que no verá la luz hasta 1771. Su afición por el estudio fue uno de los rasgos decisivos de su personalidad. En palabras de su secretario, Miguel Sanz,  "... su delicia en el estudio era tanta, que negado (por lo común) á las demás diversiones y concurrencias, todas las horas que no eran del preciso reposo, ni del indispensable ejercicio ó moderado recreo, las dedicaba a sus Libros y Papeles, con tan infatigable anhelo, que por espacio de muchos años, al recogerse, los dexaba con el recado de escribir sobre una mesita, á la cabezera, en la que también quedaba preparada con yesca y pajuela una pistolita de luz con su buxía, que encendía á la hora que se desvelaba, siguiendo así sus cálculos y estudios sin incomodar a criado alguno...".  

 

Con sus obras Jorge Juan alcanzó un prestigio internacional que pocas veces ha sido igualado por un científico español. Fue miembro de las principales sociedades científicas y academias europeas. De la Academia de París fue nombrado socio a su regreso del Perú. En 1749, durante su estancia en Inglaterra, fue admitido en la Royal Society de Londres. Finalmente, en 1750 fue nombrado miembro de la Real Academia de Ciencias de Berlín, a propuesta de su presidente, Maupertuis, que dirigiera la expedición para medir el meridiano en Laponia. En España perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando desde 1767, siendo distinguido como académico de mérito al año siguiente y finalmente nombrado consiliario en 1770.

 

De su entrega al servicio del Rey y de los intereses de la nación obtuvo escasa recompensa. Su carrera como marino no se vio beneficiada por los servicios prestados, ya que ocupó tardíamente los empleos que le correspondían. Nombrado capitán de navío en 1750, a su regreso de Londres, hasta 1760 no será nombrado jefe de escuadra. En el reinado de Carlos III fue distinguido con varias misiones de confianza. En 1766 fue designado embajador extraordinario ante el sultán de Marruecos para negociar un acuerdo, misión que tuvo como resultado el primer tratado de paz y comercio que España firmaba con un país musulmán, por el que se obtenían importantes concesiones pesqueras, el libre comercio y la libertad de tránsito de sus habitantes. A su regreso recibió el encargo, por Real Orden, de asesorar a todas las Secretarías del Despacho y al Consejo de Castilla.

 

Su última misión estuvo relacionada nuevamente con la enseñanza. Nombrado Director del Seminario de Nobles en 1770, permaneció al frente del mismo hasta su muerte repentina, tres años más tarde. Jorge Juan tenía el cometido de acabar con la decadencia en la que esta institución había caído tras la expulsión de los jesuitas, y reformar sus enseñanzas. En solo tres años consiguió revitalizar el Seminario, a partir de su saneamiento económico y docente.

 

Murió en 1773 a los 60 años. En homenaje a su memoria, su secretario, Miguel Sanz, recibió el encargo de escribir la Breve noticia de la vida del Excmo Sr. D. Jorge Juan y Santacilia, reducida a los hechos de sus comisiones, obras y virtudes, texto que constituye una fuente principal para conocer su biografía, y que lo caracteriza, no solamente por su entrega al trabajo, sino por su rectitud, honestidad y bondad. Sería publicado por la Imprenta Real al año siguiente, junto con  Estado de la Astronomía en Europa [BH FG530] opúsculo que se había aparecido en 1773 como introducción a la segunda edición de las Observaciones Astronómicas.

Este edición conmemorativa incluía también un grabado con el retrato de Jorge Juan. Lamentablemente, el ejemplar de la Biblioteca Histórica, procedente de la colección Guerra, está mutilado y no conserva el grabado. Otro grabado con el retrato de Jorge Juan fue publicado con posterioridad, formando parte de la obra Retratos de los Españoles ilustres, editada por la Imprenta Real en 1791 (BH FG 4193) y una de las más importantes obras llevadas a cabo por la recién creada Calcografía nacional, en la que colaboraron los principales grabadores de la época. El grabado del retrato de Jorge Juan se hizo según dibujo de Maea.

 

Bibliografía

 

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