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En el Año Internacional de la Cristalografía : IV, Haüy y la 2ª ley de la cristalografía.

Isabel Corullón Paredes 16 de Febrero de 2015 a las 11:36 h

Las láminas del Traité de minéralogie permiten comprender la teoría física de las llamadas moléculas integrantes, a partir de las capas decrecientes, por ejemplo, del escalenoedro de calcita,  (vol. 5, [BH MED 19915])

 

No es posible terminar la serie de artículos dedicados a los libros de cristalografía existentes en la Biblioteca Histórica sin hacer referencia a la figura de René-Just Haüy. Nacido en 1743 en una familia humilde en Saint Just, comenzó sus estudios en una abadía premostratense. Sus maestros, conscientes de su  talento, le enviaron a Paris, donde se preparó para ser sacerdote al tiempo que se iniciaba en la Historia Natural. Atraído al principio por la botánica, después de asistir al curso de mineralogía que impartía Louis-Jean-Marie Daubenton, decidió dedicarse por entero a esta ciencia, a la que aportó el impulso decisivo para su desarrollo. A Hauy, que fue un profundo pensador analítico, se debe la enunciación de la segunda ley de la cristalografía. [Seguir leyendo].

 

Su primitiva vocación por la botánica le dejó una honda huella e influyó en sus planteamientos a la hora de afrontar los problemas planteados en el estudio de los cristales. Su larga observación de la constancia de las formas de las flores y de los frutos le inclinó a imaginar leyes semejantes en las formas minerales. La lectura de la obra maestra de Linneo, Systema naturae, fue fundamental para sus estudios posteriores. Linneo, al igual que hiciera con las plantas y los animales, dividía los minerales, en clases, órdenes, familias y géneros, y a cada mineral le dio dos nombres, análogamente a lo que hoy llamamos comúnmente nombre científico(taxones) de plantas y animales. Esta forma de clasificar inspiró a Haüy la clasificación de los minerales que realizara más adelante.

 

En 1780,  a partir de las observaciones realizadas sobre los pequeños pedazos de un cristal de calcita roto al caer al suelo, comenzó a experimentar sistemáticamente a partir de la exfoliación de cristales, primero con la calcita, y después con el resto de los cristales. Este método experimental no fue siempre apreciado por sus contemporáneos. En su Christallographie (1783), Romé de l'Isle señalaba, con sarcasmo, la aparición de un nuevo tipo de cristalógrafo que denominaba cristaloclasta (rompecristales). Sin embargo Haüy fue el primero en averiguar que cada tipo de mineral se exfolia siempre en unidades constituyentes de un mismo tipo, independientemente de la forma externa que presentase el cristal. Los cristales estarían formados por agregados tridimensionales de estas unidades constituyentes, y las variaciones en las formas aparentes de los cristales de un mismo mineral pueden explicarse por los diferentes ordenamientos posibles de estas unidades constituyentes.

 

Para llegar a estas conclusiones le fueron muy útiles sus  observaciones de la simetría geométrica constante que presentaban las flores, formadas por pétalos. La publicación de estos resultados en diversas memorias le valió su nombramiento como miembro de la Real Academia de Ciencias en 1783. Poco después era publicado su Essai d'une Théorie sur la structure des Crystaux, (1784), que recogía las conclusiones de estos estudios, con sus planteamientos sobre la constancia de la forma cristalina, y en la que aparece formulada la 2ª Ley de la Cristalografía. Esta se basa en la aplicación de los principios de la simetría a la tridimensionalidad de los cristales. Haüy demostró que los órdenes de simetría de los ejes solo pueden tener valores de números enteros pequeños: 2, 3, 4 y 6, que hacen que toda modificación de la forma cristalina se repita en las caras, diedros o aristas de la misma especie. Esta ley, conocida como ley de los enteros o de los índices racionales de Haüy y no difiere en su parte esencial, de los conceptos que se utilizan actualmente. Desde su condición de académico pudo dar a conocer estos resultados entre un público cada vez más amplio, siendo sus obras traducidas a varios idiomas.

 

Con la revolución francesa, Haüy es encarcelado por negarse a prestar el juramento exigido al clero, pero pronto será liberado (y salvado de una ejecución segura), gracias a las gestiones de uno de sus discípulos, el naturalista Geoffroy Saint Hilaire. A pesar de la defensa que Haüy hiciera de Lavoisier, también en prisión, que sería finalmente ejecutado, el gobierno revolucionario le otorgó diversos cargos. Nombrado en 1793 miembro de la comisión de pesos y medidas, se convierte después en profesor de física de la  Escuela Normal (1794), siendo nombrado en 1795 conservador del Gabinete de Mineralogía y profesor de cristalografía de la Escuela de Minas, ingresando en el mismo año en el recién creado Instituto de Francia. Desde 1800 enseña mineralogía del Museo de Historia Natural, ocupando finalmente la cátedra en 1802 hasta su muerte en 1822.

En 1801 se publica el Traité de mineralogie, sin duda la gran obra de Haüy, en la que se aprecia la madurez de su teoría, a pesar de que corrija algunos puntos y desarrolle algunas proposiciones más adelante. En ella se propone describir las propiedades de todos los minerales y clasificarlos. El análisis mineralógico aplicado parte tanto de la física como de la química y la geometría. El acercamiento que propone al estudio cristalográfico es, por una parte, a través de figuras que hacen visibles las estructuras (la obra ofrece espléndidas planchas), y por otra, el análisis matemático.

 

Traité de minéralogie / par le Citoyen Haüy ; publié par le Conseil des Mines en cinq volumes dont un contient 86 planches (á Paris : Chez Louis, 1801). La Biblioteca Histórica posee además una segunda edición de esta obra, corregida y aumentada, publicada en 1822.

 

En su última obra, publicada poco antes de su muerte, Traité de cristallographie, Haüy continuará el desarrollo esta teoría, mejorándola en algunos aspectos, como en lo que respecta al sistema de clasificación, que apoya ahora más en la cristalografía que en la química para la distinción de las especies.


Traité de cristallographie: suivi d'une application des principes de cette science a la détermination des espèces minérales et d'une nouvelle méthode pour mettre les formes cristallines en projection  / par l'Abbé Haüy( Paris : Bachelier et Huzard, 1822).  Se trata de una obra en dos volúmenes más un tercero correspondiente al atlas, de la que la Biblioteca Histórica conserva dos juegos, procedentes de la Escuela Normal Central y del Colegio de San Fernando de Farmacia, más un ejemplar del Atlas procedente de la Facultad de Matemáticas.

 

A Hauy se debe el primer pilar sólido para la construcción de la cristalografía moderna. Su teoría de la estructura cristalina no difiere sustancialmente de los conceptos que prevalecen en la actualidad.

 

 

 

Bibliografía:

 

Cristalografía / Departamento de Cristalografía y Biología Estructural. CSIC

http://www.xtal.iqfr.csic.es/Cristalografia/

 

Maitte, Bernard. René-Just Haüy (1743-1822) et la naissance de la cristallographie

Travaux du Comité Français d'Histoire de la Géologie, 3ème série, XV (2001). http://annales.org/archives/cofrhigeo/hauy-cristallographe.html

 

Tomé López, César. Breve historia de la cristalografía. http://edocet.naukas.com/categoria/bhc/

 

Whitlock, Herbert P.  René-Just Haüy and his influence, American mimeralogist, vol. 3, pp. 92-98. http://www.minsocam.org/msa/collectors_corner/arc/hauyiv.htm       

 

 

 

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