Esta novela franquea la intimidad del lector, enferma la pausa que produce la lectura creando un derecho a no esperar a otro día para clarificar la historia. Y algo del vicecónsul entra en tí para comprometer tu opinión. Un alma delicada, cercanos a la histeria, atrapados por la melancolía y la contradicción. Tiene mucho de femenino dentro de la masculinidad que evoca, sin dirigirse a nadie y a la vez quiere ser escuchado.
[Seguir leyendo] El vicecónsul de Marguerite Duras