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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Viernes, 29 de marzo de 2024

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Una huerta agroecológica urbana para transformar la sociedad

El 24 de noviembre de 2010, y tras un año desde que se solicitó, se comenzó a trabajar en la huerta agroecológica comunitaria "Cantarranas". El proyecto cuenta además con un espacio de formación y reflexión bautizado como Aula Rural.

¿Has probado alguna vez una lechuga que se te deshaga en la boca y no parezca de plástico? El periodista que esto escribe no lo había hecho hasta que se pasó por la huerta agroecológica de la Complutense y se llevó una de regalo. Al llegar a casa y hacerse una ensalada con ella comprendió un poco mejor en qué consiste este ambicioso, y sabroso, proyecto.

En la UCM, y desde hace muchos años, unos cuantos profesores se han mostrado preocupados por la soberanía alimentaria y otros movimientos sociales que sueñan con transformar la sociedad. Tres de esos profesores, Belén Martínez (Veterinaria), Jon Sanz (Químicas) y Breno Bringel (Políticas) ya habían organizado jornadas en cada una de sus facultades y pensaron en un proyecto conjunto que pasara de la teoría a la práctica. Belén Martínez explica que soñaron con un proyecto que fuera más allá de lo que se pueda aprender en dos días y que además supusiera una acción militante y de aprendizaje.

 

Huerto urbano

En los dos últimos años se están creando muchos huertos urbanos en la ciudad de Madrid, y en eso vieron los profesores una idea con mucha proyección.

A la Universidad le pareció una buena idea y el Vicerrectorado de Desarrollo y Calidad de la Docencia lo incluyó dentro de los proyectos de innovación y mejora de la calidad docente.

El 24 de noviembre de 2010 comenzó de manera oficial la iniciativa de la huerta agroecológica a la que se

 pueden apuntar tanto profesores como estudiantes y PAS de la Complutense, pero también cualquier otro que esté interesado en practicar y aprender un tipo de agricultura menos agresiva con el planeta y mucho más limpia.

Pronto la iniciativa caló en la comunidad universitaria y se interesaron por participar gente de facultades tan diversas como Bellas Artes, Políticas, Farmacia, Veterinaria, Química, Biología, Veterinaria, Historia o Filosofía. También se apuntó gente de la Politécnica y la UNED, de instituciones como el ayuntamiento de Madrid y expertos de colectivos centrados en la agroecología.

Cuando llegaron a los antiguos viveros hizo falta empezar totalmente de cero para preparar el suelo y crear el huerto urbano. Algunos sabían bastante de técnicas agrícolas, pero otros lo desconocían prácticamente todo y fueron aprendiendo sobre la marcha. Por ejemplo, ahora mismo se está realizando un estudio edafológico del suelo y parece ser que está en bastantes buenas condiciones, como se puede ver por los muchos alimentos que allí crecen. Y es que después de ajos, cebollas y habas se plantaron otros como lechugas, guisantes, espinacas, tomates, calabacines y puerros. E incluso algunos árboles y plantas reivindicativas como la stevia, un endulzante natural ideal para diabéticos.

 

Amplia diversidad

Sorprende ver, en un pequeño espacio, tantas variedades de plantas diferentes, pero como explica Pablo Ventura, que realiza un máster en agroecología, la diversidad es una de las principales características de este tipo de agricultura. No sólo es que se favorezca la diversidad, sino es que además el policultivo mejora las cosechas. Por ejemplo, plantar albahacas entre medias de los tomates.

Otra diferencia con los cultivos tradicionales es que la agroecología considera que lo importante está en la tierra, así que no se le añaden ningún tipo de fertilizantes artificiales. Allí donde la agricultura típica usa derivados del petróleo para añadir al suelo, los participantes en el huerto complutense han aprendido a fabricar compost y también a crear abono verde con beza y aveno, o a base de rama triturada (a imitación de los suelos naturales de los bosques).

El huerto se ha ido haciendo cada vez más grande y ya no basta con turnos verspertinos, así que es fácil encontrar a gente mañana y tarde para cuidar la tierra y las cosechas. Entre todos han construido una valla conejera para que dichos animales no se coman las cosechas y un invernadero que se destinará a plantas que aguanten mal las duras condiciones del invierno y también como semillero para compartir con otros colectivos.

 

Cambiar el mundo

Uno de los objetivos principales de esta iniciativa es transformar la sociedad y hacer ver la necesidad de que se puede vivir de manera mucho más ecológica. Entendiendo por ese término un equilibrio entre todas las especies que compartimos este planeta.

 

Aula Rural, la parte teórica del proyecto

Aparte de trabajar físicamente en la huerta, el proyecto cuenta con un espacio de "reflexión, formación e investigación sobre agroecología, soberanía alimentaria y las transformaciones en el mundo rural", que se conoce como Aula Rural.

Esta se encuentra, físicamente, en la Casa del Estudiante de la UCM, que ha prestado su apoyo firme al proyecto desde sus comienzos.

Todos los últimos viernes de mes se celebran allí talleres teórico-prácticos de autoformación. Los realizados hasta ahora se han centrado en compostaje, semillero, una mesa redonda de huertos urbanos y periurbanos, un taller de protocolos de buenas prácticas en la huerta y otro sobre tecnologías de la información que les ha permitido crear una web en la que informan de todas sus actividades (http://portal.ucm.es/web/agroecologia).

Además de eso, desde la creación de la huerta se han organizado una jornada de huertos urbanos comunitarios, otra sobre movimientos campesinos y transformaciones agrarias, visitas formativas a otros proyectos y han participado en actividades externas como la creación de la red de huertos urbanos de Madrid. Esta es una iniciativa impulsada por diferentes colectivos que se dedican a la agricultura en los espacios urbanos, en la ciudad de Madrid y ha surgido como respuesta a las necesidades de las huertas urbanas de recibir apoyo mutuo y compartir conocimientos, experiencias, insumos...

El compromiso va más allá y una vez que terminamos la visita todos los participantes en el huerto se preparan para ir a la Puerta del Sol a seguir luchando.

 

La planificación de la agroecología

La agroecología requiere una planificación más exhaustiva que la agricultura tradicional porque aquí no se trata de sacar el mayor rendimiento, sino de producir cosechas atendiendo a la ecología, al entorno y a todas las especies, incluidas las plagas como los pulgones que atacan a las plantas (ahora mismo sobre todo las tomateras y algunas espinacas).

Pablo Ventura explica que al principio las plagas son más numerosas porque al crear el huerto se ha destruido el equilibrio que había en la zona. Con el tiempo todo se irá ajustando y llegarán los depredadores que se encarguen de los pulgones. De hecho ya se puede ver que comienzan a venir mariquitas que se alimentan de pulgones.

La planificación es tan importante que incluso se sigue día a día en el diario de la huerta que se incluye en la web y que permite saber cómo ha evolucionado el trabajo desde el primer día.

En la última quedada se han realizado actividades tan curiosas como incluir en la huerta lana de ovejas que esquilaron en Veterinaria. La profesora Belén Martínez, coordinadora del huerto, explica que en Veterinaria ya no utilizan la lana para nada y la iban a tirar, así que han decidido llevársela a la huerta para utilizarla como material de mulching con el que cubrirán los caminos de paso, fabricados para evitar que se compacte demasiado el terreno. También se puede usar en el bancal entre dos líneas de tomateras, para mantener la humedad de la tierra y para reducir el crecimiento de algunas malas hierbas como las adventicias.

Una de las tareas pendientes que tiene el huerto es la introducción de un sistema de riego por goteo, que consume menos agua y es más efectivo que el que se utiliza ahora, que es el conocido como riego a manta. Este tipo de regadío consiste en cubrir con agua toda la superficie a regar y dejar que lo absorban el suelo y las plantas.

El huerto piensa aumentar también sus especies, añadiendo calabazas que se plantarán en los espacios que hay entre los surcos de los ajos, y otras flores como caléndulas y tajetes que previenen las plagas.

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