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Sábado, 20 de abril de 2024

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El periodismo de opinión, entre la literatura, la búsqueda de la independencia e Internet

Buena parte de los más destacados columnistas de los medios de comunicación españoles pasaron por la Facultad de Ciencias de la Información los días 28 y 29 de noviembre para debatir el pasado, presente y futuro del periodismo de opinión.

El primer congreso internacional "Columnismo y periodismo de opinión", consiguió acercar hasta la Facultad de Ciencias de la Información a muchas de las principales firmas de artículos de opinión de la prensa española. El objetivo era debatir sobre el pasado, presente y futuro de este género, y de paso conocer cómo cada uno de ellos se enfrenta al vértigo que, dirían los clásicos, produce el folio en blanco, aunque ahora ya habría que hablar de la pantalla vacía.
Muchos fueron los temas que se abordaron en la decena de conferencias y debates organizados, aunque lo cierto es que, al menos, tres fueron recurrentes en la mayoría de ellas: ¿Una columna en prensa es periodismo o es literatura? ¿Es posible la independencia en el periodismo? ¿Internet da libertad o coacciona?
El dilema entre si hay literatura en una columna de opinión o simplemente es periodismo, es algo en lo que difícilmente se alcanzará el consenso. Por ello, lo más inteligente quizá sea quedarse con la reflexión que hizo Raúl del Pozo: "Que más da. No hay diferencia. Se trabaja con los vocablos y con la imaginación. Que más da que sea periodismo o que sea literatura". No obstante, como es lógico cada articulista tiene su propia opinión. Para Almudena Grandes, escritora que se encarga de "la columna acostada" de la contraportada de los lunes de El País, ella cuando escribe su columna no hace literatura, sino que como ciudadana pretende decir algo de interés por encima de la forma en que lo diga. En cambio, para Manuel Alcántara, el decano -aunque el término no le guste-, a sus casi 85 años, de los columnistas españoles, solo se es buen columnista si "se ha leído y escrito poesía". El debate pierde transcendencia si quienes lo valoran son periodistas de profesión que "además escribimos columnas", como señala la periodista también de El País, Soledad Gallego-Díaz. "Lo importante es ofrecer datos, ser sólidos en nuestros análisis", asegura.


¿Escritores o periodistas?
Sea como sea, y como subrayó la catedrática Pilar Palomo, hay columnistas que nadie puede discutir que han elevado sus escritos en la prensa a la categoría de texto literario. En sus nombres sí hay unanimidad: Larra, González Ruano y Umbral. Ellos representan la cúspide del columnismo literario español, y a ellos "tenemos que mirar, repasar y aprender si queremos renovar y volver a dar brillo a esta profesión", señaló Cristóbal Villalobos, un joven historiador que publica sus artículos de actualidad en diversos medios digitales e impresos, y que participó en la mesa redonda dedicada a los columnistas del futuro. Para acabar con el tema, sea o no el columnismo un género literario, parece que lo idóneo es "escribir lo mejor posible" (Alberto López Marín y Antonio Lucas), "preocuparse por la estructura" (Espido Freire), "tirar mucho de la ironía" (Almudena Grandes) y tratar de "no aburrir ni a Dios sobre todas las cosas" (Manuel Alcantara).


¿Libertad?
Algunos de los columnistas presentes en el congreso, como Manuel Alcántara y Raúl del Pozo, comenzaron a escribir en la época franquista, y aunque como recuerda el decano de los columnistas "entonces aprendimos a escribir entre líneas", lo cierto es que si no hay libertad no hay prensa. ¿O no? "Nunca ha habido menos libertad en la prensa española que ahora", señala Almudena Grandes, quien culpa al poder económico de esa dictadura que domina a los políticos y a los medios de comunicación.
En esto de la independencia del periodista/columnista hay mucho que decir, aunque sea sin llegar a los extremos de Almudena Grandes. Por ejemplo, para German Yanke, habitual en ABC y Cope, el problema es que en demasiadas ocasiones el columnista se deja llevar por la crispación o, como dice Jesús Maraña, "se cae en la tentación de etiquetar, de opinar según quien lo dice y no de lo que dice". El antídoto a esta situación lo da, entre otros, la escritora Espido Freire, también habitual en los periódicos: "Hay que tener ética y honestidad".


La ¿democratización? de Internet
Y en esto llegamos a Internet, donde los problemas -y oportunidades, por qué no- crecen exponencialmente. Por un lado, como anima Antonio Lucas, articulista de El Mundo, todos "tenemos ahora la oportunidad de crear un blog y dar nuestras opiniones". Pero, por otro, como se queja la también articulista de El Mundo, Lucía Méndez, "ahora cualquiera puede opinar, y no puede ser que tenga la misma relevancia lo que diga un catedrático de Derecho Constitucional sobre un tema en el que es experto que lo que valore un estudiante de Biología, por ejemplo". "Internet -señaló el periodista Jesús Ruiz Mantilla durante su conversación con Almudena Grandes- ha roto la jerarquía intelectual, y muchos se han encogido ante esta situación". "Yo tengo la suerte -le contestó la escritora- de que mi periódico no admite comentarios a los artículos de opinión, pero a mi marido, Luis García Montero, cuando escribía en Público, donde sí se permitían, no le dejaba leerlos..."
El riesgo de Internet es aún mayor, ya que si a unos les puede encoger, como decía Ruiz Mantilla, a otros, como explica el joven Alberto López Marín, les puede envalentonar. "Internet -explicó López- es el lugar más cómodo que hay para los polemistas. Basta con hacer sangre de algo, con buscar el adjetivo más escandaloso para crecer en el posicionamiento google y atraer más pinchazos". ¿Qué hacer ante esto? La respuesta la da el propio López Marín: "La solución es hacer periodismo, no bajar el listón".

Y cómo no, se habló de Mourinho
El congreso se estructuró en dos grandes bloques: encuentros con autores (Almudena Grandes, Marta Rivera de la Cruz, Raúl del Pozo y Manuel Alcantara) y debates temáticos. Espido Freire, Teodoro León Gross y Antonio Lucas, hablaron de columnismo y literatura. Soledad Gallego-Díaz, Jesús Maraña, Lucía Méndez y German Yanke, lo hicieron sobre el columnismo político. Jean Pierre Castellani, J. Ignacio Díez, Javier Mayoral, Pedro Paniagua y España Suárez (su viuda), sobre la obra de Umbral. Mientras que Alberto López Marín, Eduardo Martínez Rico, Jesús Nieto y Cristóbal Villalobos abordaron la renovación del columnismo.
Para el final quedaron los periodistas deportivos. La mesa reunió a los más granado de la profesión: John Carlin, José Félix Díaz, Roberto Palomar, Orfeo Suárez, Juanma Trueba y Luis Villarejo. Y como no podía ser de otra manera -o quizá sí- el gran protagonista del debate fue el entrenador del Real Madrid, José Mourinho. No sería justo decir que fueron los periodistas, muchos de ellos habituales de las tertulias nocturnas televisivas y radiofónicas, los que situaron al técnico portugués en el centro del debate, pero tampoco se sintieron demasiado incómodos. Y es que, como advirtió uno de los "contertulios", Orfeo Suárez, de El Mundo, uno de los mayores problemas del periodismo deportivo español es que cada vez tiende más al periodismo de bufanda, es decir que el informador u opinador se convierta en la voz del club de sus amores.
No obstante, como contextualizó John Carlin, el periodismo deportivo español no es inferior ni exhibe menor rigor que, por ejemplo, el político. "El fútbol está politizado -afirmó el periodista inglés-, pero sobre todo la que está futbolizada es la política, y ese es el principal problema de este país".

 

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