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La Sala de Trabajo en Grupo de la Biblioteca María Zambrano de la UCM pasa a denominarse Sala José Luis Sampedro

Secretaría Técnica 28 de Abril de 2017 a las 12:03 h

Ayer, día 27 de abril de 2017, la sala de trabajo en grupo de la Biblioteca María Zambrano pasó a denominarse Sala José Luis Sampedro, en homenaje al ilustre escritor, profesor de la Universidad Complutense de Madrid.

El acto de homenaje estuvo presidido por el rector Carlos Andradas, la Vicerrectora de Extensión Universitaria, Cultura y Deporte, María Nagore Ferrer, el Director de la Biblioteca, Antonio Calderón, la viuda del escritor, Olga Lucas, su hija, Isabel Sampedro y el profesor de la Facultad de Filología, José Manuel Lucía.

El profesor Lucía ha sido el impulsor de esta idea de dar el nombre de José Luis Sampedro (1917-2013) a esta sala de la Biblioteca María Zambrano, como un homenaje no solo al  escritor y humanista, sino también y, sobre todo, al profesor universitario, en el centenario de su nacimiento. Además, el acto de homenaje se ha realizado dentro del marco VII Semana Complutense de las Letras.

Acompañando este acto, también, se inauguró en la biblioteca la exposición "Geografías Literarias de José Luis Sampedro"

Exposición que como la que en su honor organizó la villa de Alhama de Aragón con el nombre "Viaje a la libertad" es un homenaje al escritor para quien Escribir es vivir, al catedrático que amó a sus alumnos, les incitó a pensar y disfrutó  dando clases casi tanto como con la literatura, al economista que puso sus conocimientos al servicio de la sociedad, especialmente de los más pobres, al pensador, humanista, al sabio comprometido con la vida y la sociedad que le tocó vivir. En la exposición se recogen una serie de ciudades que tuvieron un significado muy especial para el escritor.

 

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Bibliotecas africanas: donde el ingenio convive con la era digital

LitERaFRicA 28 de Abril de 2017 a las 10:21 h

Biblioteca Nacional de Angola - foto Andrea Sala

 

En Bitácora Africana de la Fundación Sur (http://www.africafundacion.org/spip.php?article24458) el 15 de junio de 2016 publicaron el siguiente artículo de LitERaFRicA. El original está publicado también en otros blogs:  Blogs de El País - África no es un país.

Como me ha parecido muy interesante es por lo que he querido divulgarlo a través de nuestro blog Biblioteca y Sociedad. Hago traslado literal del artículo:

" William Kankwamba, tenía 14 años cuando tuvo que dejar de estudiar porque sus padres no tenían dinero suficiente para pagarlo. Así él empezó a acudir a la biblioteca de la escuela de Kasungu, en Malawi, y allí encontró algo que cambiaría su vida: un libro. Using energy mostraba molinos de viento a través de los cuales se obtenía electricidad. William creyó que podía hacerlo; construir uno para su comunidad (en un país en donde tan solo un 2% disfruta de electricidad). Leyó más libros e hizo realidad su sueño. Este es el ejemplo que me da Andrea Sala Jiménez, quien estuvo un año trabajando en la Biblioteca Nacional de Angola, para afirmar que "las bibliotecas hay que considerarlas como centros de educación, son un medio para la gente que no puede acceder de otra manera a ella".

" En la actualidad, en el continente africano conviven bibliotecas míticas, como la de Alejandría (Egipto), la de Chinguetti (Mauritania) o la de Tombuctú (Malí), junto con otros equipamientos más convencionales y prácticos que intentan poner al alcance de quien lo desee libros de todo tipo y también, en los últimos años, acercar y facilitar el acceso a las nuevas tecnologías. Son las bibliotecas públicas, universitarias y escolares, además de aquellas que se encuentran en lugares más especializados como museos o archivos. Las bibliotecas públicas se convierten en puntos de acceso a la información y a la comunicación para las personas en sus comunidades.

" A menudo, la falta de medios se ha suplido con imaginación e ingenio. Con el objeto de llegar a lugares alejados, a las personas más desfavorecidas, o por la propia idiosincracia del país, en varios lugares del continente africano se ha desarrollado la posibilidad de acercar los libros, bien mediante camellos, los llamados "barcos del desierto" (Kenia), bien mediante la utilización de burros y carretas (Etiopía). En Burkina Faso, y seguro que en otros países también, proponen para ello el uso de la bicicleta apoyada por carritos remolcadores diseñados para ello. En cada uno de estos países la iniciativa ha partido de diferentes formas, en el caso de Kenia fue la propia Biblioteca Nacional la que instauró el servicio, en Etiopía la iniciativa la tuvo un particular; Yohannes Gebregeorgis, un etíope comprometido con llevar la educación a todos los rincones de su país, y en el caso de Burkina Faso, a partir de una asociación, Aprocol. En otros casos, han sido los jóvenes, frente al silencio institucional, los que han impulsado la aparición de estos lugares, como la biblioteca Fílôtxiga en la isla de Annobón (Guinea Ecuatorial).

 

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