Fue uno de los doce hijos del rico industrial malagueño Manuel Agustín Heredia (1786-1846). Sus hermanos, Manuel y sobre todo Tomás, se ocuparon de los negocios, pero Ricardo se centró más en sus aficiones eruditas, llegando a ser un extraordinario bibliófilo. Consiguió reunir una importante colección de libros cervantinos de notable antigüedad, colección que fue acrecentada con la compra de la importante biblioteca de Pedro Salvá y Mallén, donde destacaban los manuscritos góticos, sobre todo del siglo XVI. Fue en 1873, a la muerte de Pedro Salvá, cuando la prestigiosa Biblioteca Salvá, formada por Vicente Salvá y su hijo Pedro, fue vendida en Londres, y buena parte de ella fue comprada por Ricardo Heredia, Conde de Benahavis, título que le concedió Alfonso XII en 1875. Un año después fue elegido Senador por la provincia de Málaga en la legislatura de 1876-1877. Con el nuevo dueño la Biblioteca Salvá quedó abierta a los investigadores. Ricardo Heredia incorporó a esta colección los libros que había adquirido en las ventas de las bibliotecas del marqués de Astorga, del marqués de Morante, de Brunet y de otros. Esta nueva colección integrada por los dos grupos fue recogida en el "Catalogue de la Bibliotheque de M. Ricardo Heredia, Comte de Benahavis. Paris, 1891-1894". Contiene 8564 números, frente a los 4070 que tenía el de Salvá, y el catálogo está hecho con motivo de la venta en pública subasta en París de toda la colección. Este catálogo en cuatro volúmenes, es muy estimado por los bibliófilos de todo el mundo, por el gran volumen de piezas relevantes presentes. El gobierno de España pretendió comprar esta biblioteca, llamada "Biblioteca Benahavís", para lo cual se aprobó la correspondiente partida presupuestaria, pero al fin no llegó a materializarse la compra. Entre 1891 y 1894, en varias sesiones, la biblioteca de Heredia fue subastada en París por lotes, y adquirida por distintos compradores, entre los que se hallaban representantes de la Biblioteca Nacional de Madrid, que compraron algunos ejemplares. Rodríguez-Moñino atestigua que "hoy se hallan dispersos por el mundo entero los libros de Salvá-Heredia, y raro es el coleccionista que no honra su biblioteca con uno de estos preciados libros". Una gran parte fueron adquiridos por las principales bibliotecas públicas europeas y por universidades americanas, y otra gran parte pasaron al ámbito del comercio de los libros antiguos.
Bibliografía:
Fernández Sánchez, José. Historia de la bibliografía en España. Madrid: Compañía Literaria, 1994.
Mendoza Díaz-Maroto, Francisco. De la biblioteca de Salvá a las de Heredia. Pliegos de Bibliofília, nº 18 (4, 2002), pp. 3-20
Sánchez Mariana, Manuel. Bibliófilos españoles: desde sus orígenes hasta los albores del siglo XX. Madrid: Ollero & Ramos, 1993