Nosotros los Bibliofilos. Conferencia de Joaquín González Manzanares.
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Cuando
la directora de la Biblioteca Dña. Ana Santos, me propuso hablar de los bibliófilos
y el mercado del libro antiguo, acepté encantado, porque compartir mis
experiencias,
Quiero pensar que mi intervención aquí esta
tarde, sirva para iniciar el camino que posteriormente otros estudiosos puedan
ampliar y perfeccionar. Son
dignos de mención los trabajos:-“El
fondo antiguo en la biblioteca” (1999)
de la profesora Maria Marsa Vila - “La
pasión por los libros” de
Francisco Díaz- Maroto, publicado por Espasa en 2002.- Las actas
de lo cursos de verano (2002-2004) de la Universidad de Zaragoza, en
Jaca, que dirige el profesor Manuel
José Pedraza. - “Los primeros tiempos de la imprenta en España” (1471-1520), de
Julián Martín Abad. -“El libro Antiguo”
de los profesores Manuel José Pedraza, Yolanda Clemente y Fermín de los Reyes,
que ha visto la luz recientemente,
en Madrid, (2003). La
transmisión del contenido de estos
libros citados, no es mera teoría, pues, están llenos de vivencias,
sugerencias, detalles, emociones y sentimientos que para transmitirlos, hay que
estar inmerso en la “galaxia de Gütemberg”. El
titulo completo de la conferencia seria “Nosotros
los bibliófilos amamos los
libros por encima de todo.” Esta frase redonda la pronuncié como colofón de
un reportaje que TVE realizaba sobre la “Feria del Libro de Recoletos”
(1995). Cuando
esta declaración de amor, te la ponen delante cual espejo, denotas, -que es el
reconocimiento público de una patología que compartes con un grupo de personas
innominadas e indeterminadas-, y todas, tenemos
en común “el amor incondicional al libro”. Nos consideramos bibliófilos,
-literalmente “hijos del libro”- y más poéticamente “Amor por el
libro”. Durante
los años 50 estábamos alrededor de la revista “Bibliófila” que dirigía Antonio Rodríguez Moñino
desde Castalia, después en los ochenta con la revista “Cuadernos
de Bibliofilia” de Cátedra e Infantes,”Noticias
Bibliograficas”que dirige Pablo Torres(1988) y próximamente celebrara su
numero 100 y al final de los 90 “Pliegos
de Bibliofilia” que dirige actualmente Fermín de los Reyes.
Nosotros los bibliófilos no tenemos registro, asociación, club o como
queramos llamarlo donde poder inscribirnos. Nadie nos da el marchamo de bibliófilos,
-no existe-. El ser bibliófilo es
un sentimiento y lo concede uno a si mismo, cuando empieza a notar unas
sensaciones extrañas en tu cuerpo y en tu mente y como San Pablo que recibió un “fogonazo”, -descubres que tienes una adicción sobre los
libros, que transforma tu tiempo y tu
mente. A partir de ese momento sin darte cuenta descubres que estas enganchado a la Bibliofilia. Fue
el profesor Sánchez Mariana cuando publicó su estudio -“Los
Bibliófilos Españoles”(1993) – quien dio “carta de naturaleza” a
esa afición y pasión de los bibliófilos a coleccionar
libros antiguos, raros y curiosos. Gracias a la recuperación de insignes
personajes bibliófilos tan importantes como Cánovas del Castillo o Manuel
Godoy (Príncipe de la Paz) son sistemáticamente ignorados en su faceta de amor
al libro. (1) Si
definiéramos la bibliofilia simplemente como “amor a los Libros”, resultaría
que casi todo el mundo sería bibliófilo, pues incluso las personas que no leen
jamás -dicen amar y valorar los libros-, por tanto, la definición exacta sería
“amor desenfrenado al libro”, y ¿que es el amor desenfrenado al libro?-Es
pasión. La definición correcta de la bibliofilia,
según el DRAE: “-pasión
o afición por el libro en razón de su valor histórico o estético,
especialmente por los antiguos, raros y curiosos”- Como
pueden comprobar estamos poniendo el acento de la definición en el continente
del libro más que en el contenido, en factores exógenos más que endógenos,
en el cuerpo más que en el alma, porque al alma -la obra, el texto- el valor se
le supone, la obra es el único motivo del nacimiento del libro, siempre debemos
tener muy claro, como un axioma, el texto,
la obra, el alma, el
contenido es lo que da valor al libro y el continente lo acrecienta. Díaz
Maroto en “La Pasión por los
libros”, dice que la Bibliofilia: -es la manía de coleccionar libros, y somos
muy condescendientes con nosotros mismos llamándole biblio-filia, porque el
sufijo filia (hijos de) ennoblece la manía, -si no le tendríamos que llamar
biblio-manía, declarando con el sufijo “manía” la pasión desaforada por
el libro. La patología del coleccionista fue estudiada-muy exageradamente- por
el Doctor Descuret que publico en 1844 su Patología
de las Pasiones cuyo protagonista
-el Notario bibliómano- Monsieur Boulard, después de la Revolución Francesa,
llego a poseer 600.000 libros. La historia es como sigue: Monsieur Boulard llego
a un acuerdo con su mujer, no
compraría más libros, sino que de ahora en adelante, solo
emplearía su tiempo -en leer y clasificar los que ya
poseía-.Durante varios meses cumplió su palabra, pero cada día se
encontraba más enfermo y más triste, y sin motivo ni causa
se “tumbó” (2) El
médico viendo el estado lamentable de su paciente, ideo, de acuerdo con la
mujer, instalar un mercadillo de libros, bajo la ventana del dormitorio donde
estaba el “tumbáo”, y que los distintos vendedores no dejaran de pregonar
la mercancía. Al oír tan añorado
sonido, el buen notario sanó y recuperó toda la vida perdida. Sus hijos,
lamentablemente, tras su muerte, solo tardaron tres años en deshacerse y vender
la cuantiosa colección de su padre, logrando por su ambición, que el mercado
se saturara y se abaratasen los precios. El Coleccionismo y las colecciones Bibliófilo
es sinónimo de coleccionista de libros, y como no se puede coleccionar todo lo
publicado, es necesario una acotación
ó especialización. Así pues, un bibliófilo
es aquel que tiene una biblioteca temática o una colección con uno o varios
hilos conductores que la distinguen de las demás (3).
Para formar y tener una colección temática, es necesario: -Tiempo
para buscar, localizar e informarse y -Paciencia
para ir formando la colección según vamos descubriendo los libros. La suma de
tiempo y paciencia, dará riqueza a nuestra biblioteca temática. Téngase en
cuenta que algunos libros -tan solo aparecen en el mercado cuando el anterior
coleccionista se ha desecho de su biblioteca- y si tiene la suerte de
encontrarse con el ejemplar, -no debe desaprovechar”el encuentro.”
Otro
axioma:
Tener una buena colección no es cuestión de dinero, es cuestión de
oportunidad y de suerte, claro que la suerte hay que salir a buscarla.
Toda
labor realizada con la colección es cuantificable, -y no solo en satisfacción
y disfrute- sino que una colección, cuanto más completa (nunca se termina de
completar), mas se incrementa en su estimación y valoración. Su valoración,
seria el sumatorio de los precios de cada pieza, actualizada en el tiempo, más
una prima por búsqueda y localización, más el valor que se estime por colección
completa. Es de todos conocido que una obra de varios volúmenes cuando
falta algún tomo, su precio, queda reducido al 50%, por tanto aplicando este
mismo criterio al coleccionismo en general, a
una colección completa, habría que aplicar el 50% de incremento. MUESTRA
DE LA RELACIÓN DE ESPECIALIDADES UTILIZADAS POR EL LIBRERO PORTER
Dos
apuntes más sobre el coleccionismo de libros A)
Conocimiento doble Decía
Manuel Carrión Gutiez en el II Congreso sobre Bibliofilia, recientemente
celebrado en Cádiz.-“ que se ama lo que se conoce”- Fermín de los Reyes,
matiza que todo bibliófilo debe poseer unos conocimientos de cierta relevancia
- sobre el libro y su historia -bibliografía, edición, técnicas de impresión,
tipografía, tipos y características del papel,
la ilustración, la encuadernación, etc., amén de tener unos amplios
conocimiento sobre la materia motivo
de su colección... Son
por tanto las herramientas del bibliófilo: 1)
Los repertorios Bibliográficos que son abundantes 2)
Los catálogos del librero y casa de subastas (catalizadores), cuya información
es doble: fuente de información y establecen los precios del mercado de las
distintas obras. 3)
Internet:La red es una gran feria en la que los bibliófilos buscan en el mundo
entero nuevos libros para sus colecciones, es una gran obra de referencia, para
resolver dudas bibliográficas o bibliológicas. : 1.400.000 referencias. en
Iberlibro B)
Especialidades Bibliofílicas El
librero catalán José Porter tuvo la paciencia de clasificar los ejemplares que
le solicitaban por materias o por especialidades bibliográficas y llego a
relacionar 3000 especialidades manuscritas e impresas por materias, por
impresores, por lugar de la edición, por autor, etc. Y sobre temática, las
colecciones mas populares son : Cervantes, locales, taurinas, caza,
ilustraciones, de primeras ediciones, intonsos, bibliografías, etc. así hasta
formar un inmenso poliedro con unas 3000 caras-espejos, donde poder mirase el
bibliófilo- en varias caras a la vez. Cada
colección es forzosamente distinta de cualquier otra, ya que
cada bibliófilo tiene una
mirada diferente para formar su colección. Otro
axioma:
Todo
libro tiene un valor
subjetivo,( desde el punto de vista del comprador). El
libro como objeto y como texto ha sido estudiado en todas sus aspectos, pero
ahora me gustaría que nos centrásemos en el posible análisis del Mercado Dinámico,
cuyo ciclo comienza con la compra de ejemplares y termina, una generación mas
tarde, con la venta de estos mismos ejemplares en, lo que podríamos llamar: la
“rueda” del Mercado del libro
Antiguo, que abarca toda la oferta de libros con la cualidad
de antiguos, raros y curiosos. Impresos desde 1471-1950
-ya que las artes graficas existieron hasta 1950- y que sub.-dividimos en
tres apartados: 1-Mercado REAL (actual):
Es la oferta de libros que existen en las librerías anticuarias. Que calculamos
aproximadamente en 220 librerías/ por 12000 libros de existencias por librero
lo cual daría una oferta total de 2.600.000 ejemplares. 2-Mercado potencial: los
libros existentes en las bibliotecas de bibliófilos y particulares que algún día
volverán al mercado calculamos oferta total 2.600.000. 3-MERCADO DE FONDO ANTIGUO. (1471-1800/30): Cuando se habla del
mercado de fondo antiguo estamos hablando de un mercado finito y de oferta
limitada:”Esta hecho, lo que esta hecho”. (Aproximadamente 500.000
ejemplares en la totalidad del Mercado del Libro Antiguo), a” repartir”
entre el mercado real y el mercado
potencial, es decir, en poder de libreros una cantidad de 250.000 y otros
250.000 en manos particulares. El
mercado del libro antiguo lo conforman en un 80% los libreros que se encuentran
localizados y domiciliados, el 20% restante del mercado lo conforman los bibliófilos
y particulares, en principio demandantes y posteriormente (lo mas tarde posible)
ofertantes. Las
librerías(los libreros) son los auténticos profesionales de la compra venta
del libro antiguo. Están agrupados en asociaciones
gremiales a nivel nacional y una a nivel internacional y cada año,
exponen su mercancía en ferias y mercados como la que se celebra actualmente en
el Paseo de Recoletos. Se
caracterizan por ser negocios de índole familiar con desigual volumen y rotación
de las mercancías, presentando un amplio abanico de negocio desde especialistas
en “fondo antiguo” hasta libros de “tablero”.
Todos ellos aman el libro, la discreción es su característica y sus
herramientas de trabajo son los repertorios y catálogos bibliográficos
(Palau). MERCADO
TOTAL DEL LIBRO ANTIGUO (MERCADO
DE FONDO ANTIGUO)
Los libreros, ¿Dónde compran lo libros? 1)
A Otros libreros (mayoristas) (20%) 2)
A Free-land, buscadores, veedores. (20%) 3)
A Particulares, mayoritariamente NO bibliófilos (40%) 4)
A casas de Subastas (10%) 5)
A Bibliófilos (10%) Los
libreros, ¿Cómo venden lo libros?
a)
Directamente, en sus propias librerías. (10%) b)
Por catalogo impreso, que es de aparición periódica. (20%) c)
En casas de subastas y
ferias-mercados. (30%) d)
Y de reciente incorporación y con gran pujanza. A través
de Internet, donde entre todos los libreros, aparecen colgadas una oferta
de 1.500.000 libros.(40%)
Los
libreros, ¿A quien venden los libros? a)
Particulares, mayoritariamente, (50%) ( el 80%
del 50% para regalo) b)
Los mismos libreros (10%) c)
Los bibliófilos (20%) d) Las Instituciones: Con la salvedad que los libros adquiridos por ellas dejan de pertenecer a la rueda del mercado y aunque existen más de 20.000, su cuota del mercado total no sobrepasa el 20%. Cuando
la futura reina de España, doña Leticia Ortiz, regala al Príncipe Felipe el
libro antiguo “El Doncel de don Enrique
el Doliente” (1835)
de Mariano José de Larra con
motivo de su compromiso real, ignoramos si , tal como nosotros sostenemos,
era consciente de que no solo regalaba un bello objeto, sino toda le historia
que dicho ejemplar acumulaba desde su publicación, en la que el autor recibió
6.000 reales del impresor-editor Manuel Delgado, con el compromiso de imprimirlo
en tamaño octavo francés con caracteres de letra – dicho entre dos- así
como el papel que será escogido entre ambos, de 30 reales la resma, de los que
el autor toma a cuenta 1000 reales y el resto a la entrega del manuscrito
original antes de dos meses. El
impresor aprovechó, para cobrarse antiguas deudas del jovencísimo Larra, y le
descontó 500 reales de vellón. De
esta impresión,.Larra se reserva 12 ejemplares de papel superior de lujo, para
sus propios compromisos. Con
todo este preámbulo, solo quiero destacar como el regalo de un libro antiguo,
ha llamado poderosamente la atención de la sociedad, convirtiéndolo en
un objeto deseado, pero que por existir pocos ejemplares a la venta y mucha
demanda, avispados editores, hicieron
un libro semejante al original
(facsímile) con gran éxito de venta. Por
ello cuando compramos un libro del mercado antiguo ¿qué estamos valorando? ¿Qué
estamos comprando? y ¿que estamos pagando? El
librero que su negocio es compra-venta de libros y no le quedaban existencias,
se ve obligado a comprar algún ejemplar que le ofrecen al precio de reposición. El
librero cuando vende un libro, si deseara reponer el mismo libro, sufrirá,
inexorablemente, un aumento del precio. Los
Libros en general y las novedades en particular, que inundan las librerías de
los grandes almacenes, son artículos de
consumo y de ocio (salvo los de texto, que son herramientas de trabajo),
pero nunca de primera necesidad, y por
tanto se someten a las leyes del mercado y de la renta, a mayor renta mayor
consumo y cuando un libro se consume (se lee) es un libro amortizado. Si
los libros de consumo y ocio tienen esa cualidad, los libros antiguos, de
bibliofilos o de colección, se convierten en articulo de arte y de lujo, o lo
que es lo mismo, forman parte del mercado de obras de arte o de
antigüedades y salvo excepciones, son comprados por personas con una
sensibilidad especial que tienen
sus necesidades básicas de uso y consumo cubiertas. Es
de destacar que el 50% de los libros que venden libreros anticuarios, son para
regalo entre particulares. Valoración
del libro del bibliófilo Vamos
a terminar con la valoración del libro de bibliófilo, es decir, el que miramos
desde el punto de vista histórico cultural, estético y rareza. El
bibliófilo siempre va buscando la excelencia, a diferencia del investigador, bibliotecario y bibliógrafo.
Por ejemplo a un bibliotecario no le sirve un libro intonso, (libro cuyas
dobleces de sus pliegos no están guillotinadas). Nos
anunciaba el filólogo-librero o librero-filólogo Carlos Clavería que todos
los libros de fondo antiguo, nos hablan y nos transmiten muchas señales cuando
los examinamos. 1º.-El
contenido:
Examinamos la Obra, el autor, y la materia
sobre la que versa el ejemplar 2º.-La
antigüedad, época del ejemplar 3º.-El
estado del ejemplar, más próximo a su estado inicial de fabricación,( primera
edición ) 4º.-Completo,
falto o mutilo 5º.-
Calidad del papel superior, normal o vitela 6º.-La
procedencia, la presencia de autografos y comentarios manuscritos y otras señas
de identidad :exlibris 7º.-Taller
tipográfico, lugar y origen. 8º.-
Artes graficas, diseño, materiales utilizados, márgenes, etc. 9º.-Ilustraciones,
dibujos y grabados. 10º. La encuadernación si es original de la obra o reencuadernada Un
desengañado Vicente Barrantes (1827-18989 ponía en letras de molde en el
prologo de su Índice de la Biblioteca
Extremeña Madrid, 1881: “Cierto que desde Hernán Cortes a acá no ha
vivido extremeño alguno rodeado de tantos paisanos ilustres, como yo, que los
cuento en mi gabinete a centenares; pero también es cierto que estas son cenizas
frías que no calientan mi hogar. Si
tantos trabajos, fatigas, me los hubiera impuesto por un partido, por una política,
no pasaría hoy entre mis contemporáneos por un excéntrico y entre los extremeños
mismos por una antigualla mas sino que en vez de infolios tendría buenas
dehesas por la orilla de Guadiana. Al
final (que sea lo más tarde posible) el bibliófilo, tan solo tiene estas tres
salidas para desprenderse de sus libros:. Donación,
Fundación y Venta (o un sistema mixto) Por
ejemplo: El 15 de Enero de 1902, Mr. Archer M Huntingtong, fundador de la
Hispanic Society de Nueva Cork, adquirió en Sevilla la Biblioteca del extremeño
Marqués de Jerez de los Caballeros por un importe de 592.000 francos oro,
equivalentes a 804.113. pesetas oro de entonces murió en Sevilla en 1929,
oficialmente, Rodríguez-Moñino dice “que realmente murió el día que vendió
su biblioteca”.
Bartolomé José Gallardo que siempre fue acusado de “bibliopirata”
cuando falleció dejó todos sus libros y papeles en manos de la familia. Así
pues, después de tanto esfuerzo, el libro volverá “a
la rueda del mercado” para que otros completen sus colecciones. Cada
bibliófilo, agradecería saber de antemano cual debería ser el destino de
sus fondos, e incluso que estos fueran debidamente valorados, pero esto
nunca será óbice para que sigan existiendo “Nosotros los locos Quijotes
bibliófilos” Nota (1) En 1998 se celebró el centenario de Canovas del Castillo con distintas exposiciones y publicaciones, pero nadie habló del Canovas-bibliófilo, poseedor de una colección de libros de más de 30.000 ejemplares, cuya pasión le obligó en más de una ocasión, a interrumpir una reunión del Consejo de Ministros, para recibir a algún librero que le traía “ una buena pieza”, y como signo de distinción subrayaba y ponía anotaciones en sus libros, de forma que los invitados a su biblioteca, no pudieran acusarle de bibliómano. No sucedió lo mismo durante la celebración del centenario de Manuel Godoy, (Príncipe de la Paz) en 2001, en parte debido a mi aportación bibliografica del personaje, que también llegó a tener una colección privada de seis mil volúmenes, primorosamente encuadernados, que hoy podemos disfrutar en la BN así como su librería de no menos valor, que disfrutan el Museo Arqueológico y estantes que adornan en la actualidad el despacho del Director General de la BN) Notas
(2) “Los tumbaos” (depresión profunda), toda la vida de Dios, han existido,
Luis Landero, indica que si tenían bienes, desde la cama despachaban sus
asuntos y si era pobre la mujer salía a pedir, indicando que su marido se había
tumbáo, como enfermedad incurable. Nota
(3) El caso contrario seria una biblioteca de “aluvión” de las múltiples
que hay en cualquier casa y que al final hay que pagar al librero comprador para
que se la lleve. |