Nosotros los Bibliofilos - Biblioteca Histórica UCM

Nosotros los Bibliofilos. Conferencia de Joaquín González Manzanares.


Presentación de Manuel Sánchez Mariana.

Dicen que “una imagen vale por mil palabras” y esta imagen sirva como homenaje a las palabras de mi presentación por el profesor y antiguo director de esta Biblioteca "Marqués de Valdecilla", D. Manuel Sánchez Mariana: La miniatura del códice (Vit, 17-1) que tanto conoce y me dio a conocer cuando era un principiante investigador en la BN. Al tenerlo entre mis manos me emocione y fue el comienzo de mi “amor al libro”.
  1. Introducción
  2. Bibliofilia
  3. Mercado del libro antiguo en general
  4. Valoración del libro antiguo
  5. Conclusión (Destino final colección)
  1. INTRODUCCIÓN

Cuando la directora de la Biblioteca Dña. Ana Santos, me propuso hablar de los bibliófilos y el mercado del libro antiguo, acepté encantado, porque compartir mis experiencias,
-con los libros  y con las personas- que tanto me han aportado en mis últimos 30 años,  aventuré que no sería demasiado difícil, -pero cuando quise concretar tanto conocimiento y tanta
sabiduría que otros han aportado anteriormente a este mundo libresco-, comprendí lo vano de mi esfuerzo, me veo en la obligación de pedir vuestra indulgencia por mi osadía, al tratar de resumir en unas pocas palabras, tanto como hay investigado y aportado al conocimiento del libro antiguo.

               Quiero pensar que mi intervención aquí esta tarde, sirva para iniciar el camino que posteriormente otros estudiosos puedan ampliar y perfeccionar.

               Los libros de fondo antiguo (1471-1800) siempre han sido estudiados por grupos muy reducidos de eruditos, bibliotecarios, bibliógrafos, bibliófilos e investigadores, -durante  el siglo XIX  y mitad del XX-,  se publicaron amplias monografías  sobre las distintas miradas al libro -imprenta, ediciones, autores, bibliografía, y otras materias afines-  dado que los conocimientos son acumulativos, hemos logrando tener en la actualidad, -auténticos tratados y compendios de esos conocimientos- No tenemos la menor duda que la creación de las Facultades universitarias de Biblioteconomía y Documentación, han contribuido a su estudio y desarrollo.

Son dignos de mención los trabajos:-“El fondo antiguo en la biblioteca” (1999)  de la profesora Maria Marsa Vila - “La pasión por los libros  de Francisco Díaz- Maroto, publicado por Espasa en 2002.- Las actas  de lo cursos de verano (2002-2004) de la Universidad de Zaragoza, en Jaca, que  dirige el profesor Manuel José Pedraza. - “Los primeros tiempos de la imprenta en España” (1471-1520), de Julián Martín Abad. -“El libro Antiguo” de los profesores Manuel José Pedraza, Yolanda Clemente y Fermín de los Reyes, que ha visto  la luz recientemente, en Madrid, (2003).

La transmisión del contenido  de estos libros citados, no es mera teoría, pues, están llenos de vivencias, sugerencias, detalles, emociones y sentimientos que para transmitirlos, hay que estar inmerso en la “galaxia de Gütemberg”.

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  1. BIBLIOFILIA (NOSOTROS LOS BIBLIOFILOS)

El titulo completo de la conferencia seria “Nosotros los bibliófilos amamos los libros por encima de todo.” Esta frase redonda la pronuncié como colofón de un reportaje que TVE realizaba sobre la “Feria del Libro de Recoletos” (1995).

Cuando esta declaración de amor, te la ponen delante cual espejo, denotas, -que es el reconocimiento público de una patología que compartes con un grupo de personas innominadas e indeterminadas-, y todas,  tenemos en común “el amor incondicional al libro”. Nos consideramos bibliófilos, -literalmente “hijos del libro”- y más poéticamente “Amor por el libro”.

Durante los años 50 estábamos alrededor de la revista “Bibliófila” que dirigía Antonio Rodríguez Moñino  desde Castalia, después en los ochenta con la revista “Cuadernos de Bibliofilia” de Cátedra e Infantes,”Noticias Bibliograficas”que dirige Pablo Torres(1988) y próximamente celebrara su numero 100 y al final de los 90 “Pliegos de Bibliofilia” que dirige actualmente Fermín de los Reyes.  Nosotros los bibliófilos no tenemos registro, asociación, club o como queramos llamarlo donde poder inscribirnos. Nadie nos da el marchamo de bibliófilos, -no existe-.  El ser bibliófilo es un sentimiento y lo concede uno a si mismo, cuando empieza a notar unas sensaciones extrañas en tu cuerpo y en tu  mente y como San Pablo que recibió un “fogonazo”, -descubres que tienes una adicción sobre los libros, que transforma tu tiempo y  tu mente.

A partir de ese momento sin darte cuenta descubres que estas enganchado a  la Bibliofilia.

 Fue el profesor Sánchez Mariana cuando publicó su estudio -“Los Bibliófilos Españoles”(1993) – quien dio “carta de naturaleza” a esa afición y pasión de los bibliófilos a coleccionar  libros antiguos, raros y curiosos. Gracias a la recuperación de insignes personajes bibliófilos tan importantes como Cánovas del Castillo o Manuel Godoy (Príncipe de la Paz) son sistemáticamente ignorados en su faceta de amor al libro. (1)

Si definiéramos la bibliofilia simplemente como “amor a los Libros”, resultaría que casi todo el mundo sería bibliófilo, pues incluso las personas que no leen jamás -dicen amar y valorar los libros-, por tanto, la definición exacta sería “amor desenfrenado al libro”, y ¿que es el amor desenfrenado al libro?-Es pasión. La definición correcta de la bibliofilia,  según el  DRAE: “-pasión o afición por el libro en razón de su valor histórico o estético, especialmente por los antiguos, raros y curiosos”-

Como pueden comprobar estamos poniendo el acento de la definición en el continente del libro más que en el contenido, en factores exógenos más que endógenos, en el cuerpo más que en el alma, porque al alma -la obra, el texto- el valor se le supone, la obra es el único motivo del nacimiento del libro, siempre debemos tener muy claro, como un axioma, el texto, la obra, el alma, el contenido es lo que da valor al libro y el continente lo acrecienta.

Díaz Maroto en  “La Pasión por los libros”, dice que la Bibliofilia: -es la manía de coleccionar libros, y somos muy condescendientes con nosotros mismos llamándole biblio-filia, porque el sufijo filia (hijos de) ennoblece la manía, -si no le tendríamos que llamar biblio-manía, declarando con el sufijo “manía” la pasión desaforada por el libro. La patología del coleccionista fue estudiada-muy exageradamente- por el Doctor Descuret que publico en 1844 su Patología de las Pasiones cuyo protagonista -el Notario bibliómano- Monsieur Boulard, después de la Revolución Francesa, llego a poseer 600.000 libros. La historia es como sigue: Monsieur Boulard llego a un acuerdo con su mujer,  no compraría más libros, sino que de ahora en adelante, solo  emplearía su tiempo -en leer y clasificar los que ya  poseía-.Durante varios meses cumplió su palabra, pero cada día se encontraba más enfermo y más triste, y sin motivo ni causa  se “tumbó” (2)

El médico viendo el estado lamentable de su paciente, ideo, de acuerdo con la mujer, instalar un mercadillo de libros, bajo la ventana del dormitorio donde estaba el “tumbáo”, y que los distintos vendedores no dejaran de pregonar la mercancía.  Al oír tan añorado sonido, el buen notario sanó y recuperó toda la vida perdida. Sus hijos, lamentablemente, tras su muerte, solo tardaron tres años en deshacerse y vender la cuantiosa colección de su padre, logrando por su ambición, que el mercado se saturara y se abaratasen los precios.

El Coleccionismo y las colecciones

Bibliófilo es sinónimo de coleccionista de libros, y como no se puede coleccionar todo lo publicado,  es necesario una acotación ó especialización. Así pues, un  bibliófilo es aquel que tiene una biblioteca temática o una colección con uno o varios hilos conductores que la distinguen de las demás (3). Para formar y tener una colección temática, es necesario: -Tiempo para buscar, localizar e informarse y -Paciencia para ir formando la colección según vamos descubriendo los libros. La suma de tiempo y paciencia, dará riqueza a nuestra biblioteca temática. Téngase en cuenta que algunos libros -tan solo aparecen en el mercado cuando el anterior coleccionista se ha desecho de su biblioteca- y si tiene la suerte de encontrarse con el ejemplar, -no debe desaprovechar”el encuentro.”

  Otro axioma: Tener una buena colección no es cuestión de dinero, es cuestión de oportunidad y de suerte, claro que la suerte hay que salir a buscarla.

Toda labor realizada con la colección es cuantificable, -y no solo en satisfacción y disfrute- sino que una colección, cuanto más completa (nunca se termina de completar), mas se incrementa en su estimación y valoración. Su valoración, seria el sumatorio de los precios de cada pieza, actualizada en el tiempo, más una prima por búsqueda y localización, más el valor que se estime por colección completa.

 Es de todos conocido que una obra de varios volúmenes cuando falta algún tomo, su precio, queda reducido al 50%, por tanto aplicando este mismo criterio al coleccionismo en general, a  una colección completa, habría que aplicar el 50% de incremento.  

MUESTRA DE LA RELACIÓN DE ESPECIALIDADES UTILIZADAS POR EL LIBRERO PORTER

 

Dos apuntes más sobre el coleccionismo de libros

 A) Conocimiento doble

Decía Manuel Carrión Gutiez en el II Congreso sobre Bibliofilia, recientemente celebrado en Cádiz.-“ que se ama lo que se conoce”- Fermín de los Reyes, matiza que todo bibliófilo debe poseer unos conocimientos de cierta relevancia - sobre el libro y su historia -bibliografía, edición, técnicas de impresión, tipografía, tipos y características del papel,  la ilustración, la encuadernación, etc., amén de tener unos amplios conocimiento sobre la materia  motivo de su colección...

Son por tanto las herramientas del bibliófilo:

1) Los repertorios Bibliográficos que son abundantes

2) Los catálogos del librero y casa de subastas (catalizadores), cuya información es doble: fuente de información y establecen los precios del mercado de las distintas obras.

3) Internet:La red es una gran feria en la que los bibliófilos buscan en el mundo entero nuevos libros para sus colecciones, es una gran obra de referencia, para resolver dudas bibliográficas o bibliológicas. : 1.400.000 referencias. en Iberlibro

B) Especialidades Bibliofílicas

El librero catalán José Porter tuvo la paciencia de clasificar los ejemplares que le solicitaban por materias o por especialidades bibliográficas y llego a relacionar 3000 especialidades manuscritas e impresas por materias, por impresores, por lugar de la edición, por autor, etc. Y sobre temática, las colecciones mas populares son : Cervantes, locales, taurinas, caza, ilustraciones, de primeras ediciones, intonsos, bibliografías, etc. así hasta formar un inmenso poliedro con unas 3000 caras-espejos, donde poder mirase el bibliófilo- en  varias caras a la vez.

Cada colección es forzosamente distinta de cualquier otra, ya que  cada bibliófilo  tiene una mirada diferente para formar su colección.

Otro axioma: Todo  libro tiene  un valor subjetivo,( desde el punto de vista del comprador).

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  1. Mercado del libro antiguo

 

El libro como objeto y como texto ha sido estudiado en todas sus aspectos, pero ahora me gustaría que nos centrásemos en el posible análisis del Mercado Dinámico, cuyo ciclo comienza con la compra de ejemplares y termina, una generación mas tarde, con la venta de estos mismos ejemplares en, lo que podríamos llamar: la “rueda” del Mercado del libro Antiguo, que abarca toda la oferta de libros con la cualidad de antiguos, raros y curiosos. Impresos desde 1471-1950  -ya que las artes graficas existieron hasta 1950- y que sub.-dividimos en tres apartados:

1-Mercado REAL (actual): Es la oferta de libros que existen en las librerías anticuarias. Que calculamos aproximadamente en 220 librerías/ por 12000 libros de existencias por librero lo cual daría una oferta total de 2.600.000 ejemplares.

2-Mercado potencial: los libros existentes en las bibliotecas de bibliófilos y particulares que algún día volverán al mercado calculamos oferta total 2.600.000.

3-MERCADO DE FONDO ANTIGUO. (1471-1800/30): Cuando se habla del mercado de fondo antiguo estamos hablando de un mercado finito y de oferta limitada:”Esta hecho, lo que esta hecho”. (Aproximadamente 500.000 ejemplares en la totalidad del Mercado del Libro Antiguo), a” repartir” entre el mercado real y el mercado potencial, es decir, en poder de libreros una cantidad de 250.000 y otros 250.000 en manos particulares. 

El mercado del libro antiguo lo conforman en un 80% los libreros que se encuentran localizados y domiciliados, el 20% restante del mercado lo conforman los bibliófilos y particulares, en principio demandantes y posteriormente (lo mas tarde posible) ofertantes.

Las librerías(los libreros) son los auténticos profesionales de la compra venta del libro antiguo. Están agrupados en asociaciones  gremiales a nivel nacional y una a nivel internacional y cada año, exponen su mercancía en ferias y mercados como la que se celebra actualmente en el Paseo de Recoletos.  Se caracterizan por ser negocios de índole familiar con desigual volumen y rotación de las mercancías, presentando un amplio abanico de negocio desde especialistas en “fondo antiguo” hasta libros de “tablero”.  Todos ellos aman el libro, la discreción es su característica y sus herramientas de trabajo son los repertorios y catálogos bibliográficos (Palau).

MERCADO TOTAL DEL LIBRO ANTIGUO

(MERCADO DE FONDO ANTIGUO)



 

 

Los libreros, ¿Dónde compran lo libros?

1) A Otros libreros (mayoristas) (20%)

2) A Free-land, buscadores, veedores. (20%)

3) A Particulares, mayoritariamente NO bibliófilos (40%)

4)  A casas de Subastas (10%)

5) A Bibliófilos (10%)

 

Los libreros, ¿Cómo venden lo libros?

 

a) Directamente, en sus propias librerías. (10%)

b) Por catalogo impreso, que es de aparición periódica. (20%)

c) En  casas de subastas y ferias-mercados. (30%)

d) Y de reciente incorporación y con gran pujanza. A través  de Internet, donde entre todos los libreros, aparecen colgadas una oferta de 1.500.000 libros.(40%)


Los libreros, ¿A quien venden los libros?

a) Particulares, mayoritariamente, (50%) ( el 80%  del 50% para regalo)

b) Los mismos libreros (10%)

c) Los bibliófilos (20%)

d) Las Instituciones: Con la salvedad que los libros adquiridos por ellas dejan de pertenecer a la rueda del mercado y aunque existen más de 20.000, su cuota del mercado total no sobrepasa el 20%.

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  1. Valoración del libro antiguo

 

Cuando la futura reina de España, doña Leticia Ortiz, regala al Príncipe Felipe el libro antiguo “El Doncel de don Enrique el Doliente” (1835)  de Mariano José de Larra  con motivo de su  compromiso real, ignoramos si , tal como nosotros sostenemos, era consciente de que no solo regalaba un bello objeto, sino toda le historia que dicho ejemplar acumulaba desde su publicación, en la que el autor recibió 6.000 reales del impresor-editor Manuel Delgado, con el compromiso de imprimirlo en tamaño octavo francés con caracteres de letra – dicho entre dos- así como el papel que será escogido entre ambos, de 30 reales la resma, de los que el autor toma a cuenta 1000 reales y el resto a la entrega del manuscrito original antes de dos meses.  El impresor aprovechó, para cobrarse antiguas deudas del jovencísimo Larra, y le descontó 500 reales de vellón.  De esta impresión,.Larra se reserva 12 ejemplares de papel superior de lujo, para sus propios compromisos.

Con todo este preámbulo, solo quiero destacar como el regalo de un libro antiguo,  ha llamado poderosamente la atención de la sociedad, convirtiéndolo en un objeto deseado, pero que por existir pocos ejemplares a la venta y mucha demanda, avispados editores,  hicieron un libro semejante al  original (facsímile) con gran éxito de venta.

Por ello cuando compramos un libro del mercado antiguo ¿qué estamos valorando? ¿Qué estamos comprando? y ¿que estamos pagando?

El librero que su negocio es compra-venta de libros y no le quedaban existencias, se ve obligado a comprar algún ejemplar que le ofrecen al precio de reposición.  El librero cuando vende un libro, si deseara reponer el mismo libro, sufrirá, inexorablemente, un aumento del precio.

Los Libros en general y las novedades en particular, que inundan las librerías de los grandes almacenes, son artículos de consumo y de ocio (salvo los de texto, que son herramientas de trabajo), pero nunca de primera necesidad, y por tanto se someten a las leyes del mercado y de la renta, a mayor renta mayor consumo y cuando un libro se consume (se lee) es un libro amortizado.

Si los libros de consumo y ocio tienen esa cualidad, los libros antiguos, de bibliofilos o de colección, se convierten en articulo de arte y de lujo, o lo que es lo mismo, forman parte del mercado de obras de arte o de  antigüedades y  salvo excepciones, son comprados por personas con una sensibilidad  especial que tienen  sus necesidades básicas de uso y consumo cubiertas.

Es de destacar que el 50% de los libros que venden libreros anticuarios, son para regalo entre particulares.

 

Valoración del libro del bibliófilo

Vamos a terminar con la valoración del libro de bibliófilo, es decir, el que miramos desde el punto de vista histórico cultural, estético y rareza.

El bibliófilo siempre va buscando la excelencia, a diferencia del investigador, bibliotecario y bibliógrafo. Por ejemplo a un bibliotecario no le sirve un libro intonso, (libro cuyas dobleces de sus pliegos no están guillotinadas).

Nos anunciaba el filólogo-librero o librero-filólogo Carlos Clavería que todos los libros de fondo antiguo, nos hablan y nos transmiten muchas señales cuando los examinamos. 

1º.-El contenido: Examinamos la Obra, el autor, y la  materia sobre la que versa  el ejemplar

2º.-La antigüedad, época del ejemplar

3º.-El estado del ejemplar, más próximo a su estado inicial de fabricación,( primera edición )

4º.-Completo, falto o mutilo

5º.- Calidad del papel superior, normal o vitela

6º.-La procedencia, la presencia de autografos y comentarios manuscritos y otras señas de identidad :exlibris

7º.-Taller tipográfico, lugar y origen.

8º.- Artes graficas, diseño, materiales utilizados, márgenes, etc.

9º.-Ilustraciones, dibujos y grabados.

10º. La encuadernación si es original de la obra o reencuadernada

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  1. CONCLUSIÓN (DESTINO FINAL COLECCIÓN)

Un desengañado Vicente Barrantes (1827-18989 ponía en letras de molde en el prologo de su Índice de la Biblioteca Extremeña Madrid, 1881: “Cierto que desde Hernán Cortes a acá no ha vivido extremeño alguno rodeado de tantos paisanos ilustres, como yo, que los cuento en mi gabinete a centenares; pero también es cierto que estas son cenizas frías que no calientan mi hogar.  Si tantos trabajos, fatigas, me los hubiera impuesto por un partido, por una política, no pasaría hoy entre mis contemporáneos por un excéntrico y entre los extremeños mismos por una antigualla mas sino que en vez de infolios tendría buenas dehesas por la orilla de Guadiana.

Al final (que sea lo más tarde posible) el bibliófilo, tan solo tiene estas tres salidas para desprenderse de sus libros:.

Donación, Fundación y Venta (o un sistema mixto)

Por ejemplo: El 15 de Enero de 1902, Mr. Archer M Huntingtong, fundador de la Hispanic Society de Nueva Cork, adquirió en Sevilla la Biblioteca del extremeño Marqués de Jerez de los Caballeros por un importe de 592.000 francos oro, equivalentes a 804.113. pesetas oro de entonces murió en Sevilla en 1929, oficialmente, Rodríguez-Moñino dice “que realmente murió el día que vendió su biblioteca”.

               Bartolomé José Gallardo que siempre fue acusado de “bibliopirata” cuando falleció dejó todos sus libros y papeles en manos de la familia. Así pues, después de tanto esfuerzo, el libro volverá “a la rueda del mercado” para que otros completen sus colecciones.

 Cada bibliófilo, agradecería saber de antemano cual debería ser el destino de  sus fondos, e incluso que estos fueran debidamente valorados, pero esto nunca será óbice para que sigan existiendo “Nosotros los locos Quijotes bibliófilos”

Nota (1)   En 1998 se celebró el centenario de Canovas del Castillo con distintas exposiciones y publicaciones, pero nadie habló del Canovas-bibliófilo, poseedor de una colección de libros de más de 30.000 ejemplares,  cuya pasión le obligó en más de una ocasión,  a interrumpir una reunión del Consejo de Ministros, para recibir a  algún librero que le traía “ una buena pieza”, y como signo de distinción subrayaba y ponía anotaciones en sus libros, de forma que los invitados a su biblioteca, no pudieran acusarle de bibliómano.  No sucedió lo mismo  durante la celebración del centenario de Manuel Godoy, (Príncipe de la Paz) en 2001, en parte debido a mi aportación bibliografica del personaje, que también llegó a tener una colección privada de seis mil volúmenes, primorosamente encuadernados, que hoy podemos disfrutar en la BN así como su librería de no menos valor, que disfrutan el Museo Arqueológico y estantes que adornan en la actualidad el despacho del Director General de la BN)

Notas (2) “Los tumbaos” (depresión profunda), toda la vida de Dios, han existido, Luis Landero, indica que si tenían bienes, desde la cama despachaban sus asuntos y si era pobre la mujer salía a pedir, indicando que su marido se había tumbáo, como enfermedad incurable.

Nota (3) El caso contrario seria una biblioteca de “aluvión” de las múltiples que hay en cualquier casa y que al final hay que pagar al librero comprador para que se la lleve.

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