Libros de geografía en la Universidad Complutense
Desde la antigüedad hasta el siglo XVIII

Introducción. Francisco Javier de Jorge García Reyes, Director de la Biblioteca de la Universidad Complutense.

La investigación Histórica se ocupa en situar los datos sobre los cuales detiene su atención, no solamente en el tiempo sino también en el espacio. Desde ese momento, los mapas que conservan archivos y bibliotecas se convierten en una información capital. Aportan acerca de toda clase de objetos, bosques, carreteras, industrias, instituciones militares, civiles y religiosas, una multitud de características localizadas, de síntesis de hechos y de relaciones. Muestran la cara de los países, de las regiones, de las provincias y de sus lugares o al menos la imagen que tuvo un momento del tiempo que los hombres de estado o sus gentes se fabricaron. Porque desde el siglo XVI al final del siglo XVIII “conocer los mapas” o saber geografía era la misma cosa.

Por geógrafos -hasta bien entrado el siglo XVI no se habla de geógrafos, antes se les denominaba cosmógrafos- se denomina, desde el siglo XVI al XVIII, a quienes dibujan o elaboran los mapas y los comentan, antes que a aquellos que describen la tierra por su discurso. Asimismo se denomina geógrafos a los agrimensores De este modo, los llamados geógrafos merecerían más bien hoy día, la denominación de cartógrafos y este apelativo no aparece hasta el último tercio del siglo XIX Durante estos tres siglos XVI, XVII y XVIII, la cartografía se cultiva en toda Europa, y sucesiva o simultáneamente se distinguen los geógrafos alemanes, ingleses, holandeses y flamencos, italianos, franceses y españoles.

En la actualidad, la ciencia geográfica ha dejado ser una mera representación de lugares y accidentes, como lo fue durante los siglos precedentes y desde que los griegos acuñaran el término, para convertirse en una explicación compleja y global del mundo.

Como señala Pierre George “Desde su aparición entre las ramas del conocimiento, la geografía ha trascendido los objetivos que parecía implicar su etimología. Es descripción de la tierra, puesto que describe la tierra de los hombres y es explicativa de la condición humana en el marco de un medio complejo determinado, que es el medio geográfico. Descripción; sea por los mapas o por la palabra. Es explicación de la tierra por el análisis de los factores del medio y por la historia”.

La geografía, sea en el plano del estudio de la naturaleza o en el de las creaciones y destrucciones humanas, es dinámica y estática a la vez. La geografía, tributaria de las ciencias de la naturaleza y de las ciencias del hombre, las completa por sus análisis de sistemas, de relaciones, de convergencias y de tensiones, de equilibrios temporales y de tendencias.

Por tanto la geografía, ha dejado de ser una ciencia descriptiva para cumplir con dos máximas “donde y por qué”. Ya, no solo se ocupa de la localización de accidentes lugares y fenómenos, sino de dónde acontecen y de cómo se originan.

Sin embargo, todo ello resultaría inútil si no alcanzara al máximo de personas. Los medios de comunicación nos dejan, a medio camino del verdadero conocimiento geográfico. Muchas veces se ha dicho que la formación de un ciudadano pierde consistencia cuando carece de una valoración clara y precisa del ámbito en el vive o del mundo al que pertenece. Esta falta resulta aun más penosa en una época como la actual en que la capacidad de apropiarse del espacio se ha intensificado, cuando los limites de la movilidad casi se han desvanecido y parece difuminarse también el efecto condicionante de la distancia.

Para paliar esta desventaja tenemos un elemento indispensable en los libros en los que los geógrafos se expresan con su propio lenguaje, frecuentemente constituido más por imágenes que por palabras.

Identificarse con un territorio tratar de conocerlo con detenimiento sólo es posible sí quien lo desea dispone para ello de una buena base cartográfica, pero también, en un mundo donde la preponderancia de la imagen conduce a menudo a una visión superficial de los hechos, los libros suponen la garantía de un tratamiento más profundo, más científico y por ende más riguroso.

Las riquezas de este inmenso fondo bibliográfico y cartográfico, en consecuencia, apenas se han explotado. El historiador o el geógrafo atentos por captar los aspectos de los paisajes actuales a partir de la luz del pasado no se aventuran a hacerlo sin la ayuda de guías y herramientas de investigación bibliográfica.

Estás son las razones por las cuales nos ha parecido indispensable participar en el XIX Congreso internacional de Cartografía. Imago Mundi, con la organización de la Exposición Libros de geografía desde la antigüedad hasta el siglo XVIII en la Universidad Complutense y la elaboración de un instrumento de trabajo bibliográfico, el catálogo de esta exposición, que proporcione a todos ellos, historiadores y geógrafos una guía para su conocimiento en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense.

Hemos pretendido conseguir, con esta muestra, un objetivo ambicioso porque, ante la abundancia de publicaciones sobre la materia geográfica que se restringen a áreas concretas del conocimiento geográfico o se circunscriben a determinados territorios, nos hemos propuesto trazar la historia del libro geográfico en la enseñanza académica universitaria, reuniendo las múltiples disciplinas de que se compone la geografía y relacionándolas en un determinado contexto histórico para construir una explicación coherente de su historia académica y de la de geografía española.

La presencia de la Universidad Complutense en este XIX Congreso Internacional no habría sido posible sin el decidido y entusiasta apoyo de nuestro Rector Magnífico y geógrafo D. Rafael Puyol, quien con los máximos responsables del Ministerio de Defensa y la Dirección de la Biblioteca Nacional ha propiciado y decidido su participación. Agradecer al Sr. Vicerrector de Extensión universitaria D. Ramón Rodríguez García su decida intervención, para que la organización en la Universidad Complutense del Congreso culminase en un éxito y asimismo agradecer los esfuerzos del Vicerrector de Relaciones institucionales D. José Luis Paniagua Soto, para que la alianza de estas tres instituciones, plasmada en esta exposición, obtuviera el mecenazgo adecuado de la Fundación AENA que ha colaborado, de una manera totalmente desinteresada, movida por un interés altruista en el fomento y apoyo a las actividades investigadoras de la Universidad.

También, de modo decisivo, han contribuido en el congreso y sus exposiciones los trabajos de los profesores vocales del Comité científico D. Mariano Cuesta Domingo: descubrimientos, geografía y cartografía y D. Joaquín Bosque Maurel: la geografía y su enseñanza en el siglo XIX, que exponen la aportación científica de siglos precedentes de vital importancia para el desarrollo de nuestra historia moderna reflejada en su producción cartográfica, bibliográfica y académica. Por último el articulo del Prof. D. Agustín Hernando: Testimonios de una tradición: el patrimonio bibliográfico de geografía en España, sitúa el contexto de la exposición y la nutre con una aportación de elevado rango científico insustituible para el conocimiento de nuestro rico patrimonio bibliográfico.

Por ultimo, agradecer la profesionalidad y dedicación de la redactora del catálogo Dña. Carmen Crespo Tobarra, autora asimismo, del trabajo de catalogación reseña e inventario de: Otros libros de geografía de la universidad. Por último reconocimiento especial merece el Director de la Biblioteca Histórica D. Manuel Sánchez Mariana, vocal del comité científico, cuya erudición y paciencia han llevado a buen puerto la realización de esta notabilísima exposición.

 

© Francisco Javier de Jorge García-Reyes

Director de la BUC