Dos ejemplos singulares: El estilo de Abanicos y À la Duseuil.
 

El estilo de abanicos está enmarcado dentro del estilo barroco y fue muy empleado en España desde finales del siglo XVI hasta principios del XVIII. La decoración de las tapas se compone de hierros que imitan las varillas desplegadas de los abanicos, realizadas con arquillos, hilos rectos o con motivos vegetales como flores de tallo largo, que se disponen en cuartos de abanico en las esquinas de las tapas, y en el centro, un motivo circular, todo rodeado y enmarcado por diversos florones y ruedas renacentistas. El interior de las varillas suele estar decorado por medio de florones sueltos. En el motivo circular central suelen aparecer hierros heráldicos, religiosos y de tipo vegetal. La técnica de estampación empleada en este estilo es el dorado y fue muy empleado también en la decoración de las cartas ejecutorias de hidalguía.

Hasta hace poco tiempo existía la creencia de que este estilo procedía de Francia, aunque los últimos estudios realizados nos confirman que la decoración de abanicos ya se empleaba en España a finales del siglo XVI teniendo mucha aceptación a finales del XVII y principios del XVIII en Francia e Italia. Muchas de estas encuadernaciones se realizaron en los talleres de Sevilla y Valladolid durante el siglo XVII.

El estilo à la Duseuil tienen su origen en el siglo XVII en Francia. Su creación se le atribuye a Agustín Du Seuil. Este tipo de decoración es muy rápida de realizar. Su estructura es muy sencilla y consiste en dos encuadramientos, uno de ellos en el borde de las tapas y otro en la parte central. En las esquinas exteriores del encuadramiento central aparecen florones, en forma de flor, dispuestos en diagonal. Pueden aparecer florones sueltos en diferentes lugares, aunque normalmente decoran el centro de la superficie. El lomo también se decora con un encuadramiento en los nervios y un florón en los entrenervios.

Estilo de abanicos S.XVII

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