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Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Jueves, 28 de marzo de 2024

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Necesidad de una nueva enseñanza de la Historia

La necesidad de renovación de la metodología educativa para el campo de la Historia. Una propuesta.

No es un secreto para nadie que en el actual sistema educativo existen numerosas lagunas y una de ellas es la falta de identificación entre el profesorado y los alumnos.

Ya existen, y están en marcha, numerosos métodos pedagógicos que buscan cubrir y minimizar dichas lagunas. Pero creemos conveniente hacer lo propio con una enseñanza bastante maltratada y relegada a nuestro entender en el panorama educativo actual: la de la Historia.

 

Como muchas disciplinas del campo de las Humanidades, la Historia no ha recibido el trato que merece. Parece que las instituciones, y por extensión el profesorado, se ha contagiado de la opinión del alumnado acerca de que la Historia es una asignatura aburrida o "pesada" y no resulta gratificante su enseñanza en profundidad.

Sin embargo esto no es cierto. La Historia es un tema que socialmente interesa, sólo hay que consultar las listas de libros más vendidos en las librerías más importantes del país (en narrativa de ficción) para darnos cuenta de que muchos de los títulos de éxito están basados argumental o contextualmente en algún periodo de la Historia. Lo mismo ocurre si examinamos las series televisivas de más audiencia en la actualidad. Por unas razones u otras, la Historia sí tiene interés y un sitio dentro de nuestra sociedad.

Personalmente  considero que el problema no reside en la complejidad de la asignatura, ni en lo  poco atrayente que resulta sino en la metodología educativa que comúnmente se ha seguido al enseñarla a nivel básico y medio de aprendizaje.

Es difícil que los alumnos a determinadas edades tengan la capacidad suficiente para memorizar la gran cantidad de fechas y datos que ofrece la Historia sin perder en algún momento la atención. Por ello el profesorado debe presentar un método didáctico empático y accesible que le ayude a presentar al alumnado los contenidos de la asignatura de una forma "digerible" para ellos.

Por eso presento esta propuesta para el profesorado que lea este artículo. No es un método contrastado mundialmente ni pretende ser una guía de enseñanza sino una serie de consejos que he ido madurando a lo largo de mis años como estudiante de Humanidades en el instituto y la universidad.

El primer punto es la potenciación de actividades extraescolares, siempre de forma acorde al presupuesto del centro y al tiempo lectivo disponible. Considero muy apropiado esto pues al alumno le resultará más sencillo entender los conceptos si tiene la oportunidad de visualizarlos en el terreno. Otra actividad interesante podría ser la visualización semanal de un documental de 30 minutos de duración sobre la época histórica que se esté enseñando en ese momento.

Estos documentales deben presentar un nivel acorde con el del alumnado y presente contenidos lo bastante gráficos y divulgativos como para que los alumnos se queden con los conceptos clave. Se puede hacer después un sencillo test para evaluar los conocimientos adquiridos después de la visualización.

Otro punto es el desarrollo de otro "lenguaje educativo" simplificado para que sea entendible por el alumno medio pero sin llegar a ser "vulgar". Una parte de este punto puede desarrollarse convirtiéndose el profesor en una figura que he llamado "profesor - narrador". Y le he bautizado así porque esta figura enseñaría la asignatura como si de un relato se tratara, pero sin dejar de lado el aspecto docente. Una buena pista para entender esto sería el darle más importancia a contar hechos históricos de forma amena que a enunciar una lista inacabable de fechas y conceptos de gran complejidad. Salvando las distancias, el profesor puede tomar el papel de un actor que narra de forma concisa, pero eficaz, todos los temas que debe tratar en su plan educativo docente.

Por último, un tercer punto sería tratar de habilitar en el centro una especie de "laboratorio" de Humanidades en el cual los alumnos pudieran adquirir de forma práctica conocimientos aplicados de Historia y sus diversas disciplinas como la Arqueología. Considero que puede ser útil dedicar algunas horas lectivas a la creación de talleres en los cuales se realizaran actividades tales como una "excavación arqueológica" (a nivel escolar) o representaciones teatrales de diversos episodios históricos.

Una vez expuestas estas ideas, soy consciente de que la labor no es sencilla y requiere su tiempo y adaptación a las diversos condicionantes normativos, pedagógicos y temporales que puedan surgir por el camino, pero sinceramente estoy convencido de que si se lograran llevar a la práctica crearía en el alumnado escolar y de grado medio un interés mucho mayor por esta asignatura que el que por desgracia tiene ahora.

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