Ir al contenido

Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid

Viernes, 29 de marzo de 2024

Inicio | Revistas culturales

Tú y yo

 

<<¿Adónde me has traído esta vez?>> <<Cállate. ¿No te parece precioso lo que ves?>> <<No estoy seguro de qué responderte. Esa puesta de sol me parece, no sé, realmente imposible... >> <<¿Crees que realmente importa que sea posible o imposible para que sea hermoso?>> <<Si, tienes razón, eso no importa. De todos modos, ¿podrías decirme dónde estamos?>> <<¿Dónde estamos? Dónde va a ser. Donde siempre y donde nunca>> <<¿Sabes? Empiezo a estar un poco cansado de este juego tan cambiante. ¿Acaso es eterno?>> <<¿Quién sabe? Yo creo que en el fondo todos los que son como tú desean justamente eso, ser eternos. En cualquier caso, supongo que es la ley, que está mandado que vivamos así.>> <<Sí, es la ley.>>       

<<Vaya, este sitio ya lo conozco. ¿Me has vuelto a traer donde siempre?>> <<Resulta que yo, no como tú, tengo ciertas obligaciones laborales., ya te lo dije una vez.>> <<Ya sé que me lo dijiste, no soy tan olvidadizo. Por cierto, ¿qué estás haciendo ahora?>> <<Redactando estos informes. El jefe los necesita sin falta para mañana. ¿Quieres ayudarme?>> <<¡Cómo no! Enseguida te echo una mano, en cuanto solucione unos problemas... Ya he terminado, ya puedo ayudarte.>> <<¿Qué problemas son esos?>> <<Lo siento, tú no puedes ser consciente de ellos. Como te dije yo también una vez, es la ley.>> <<Vaya. Entonces, ¿ya me vas a ayudar?>> <<Sí, ya estoy listo. Aunque no sé si te podré resultar de mucha ayuda. Siempre ocurre que, en el instante en el que yo pienso algo nuevo, tú también lo piensas.>>

<<No recuerdo este lugar.>> <<Yo tampoco. Aunque en cierto modo me recuerda a un sitio al que ya una vez me trajiste.>> <<¿Tú crees?>> <<No lo sé, no estoy seguro. ¡Cuidado con ese murciélago gigante! ¡Agáchate!>> <<Menos mal que me has avisado. Pero, ¿qué narices era eso?>> <<¿No se parecía a aquél murciélago sideral del que tú leíste una vez?>> <<¿Yo leí una vez acerca de un murciélago sideral?>> <<¿No fuiste tú?>> <<Yo no lo recuerdo.>> <<Vaya, quizá me he confundido de tú... Sois tantos que a veces no consigo diferenciaros.>> <<Pues yo creo que es bastante fácil diferenciarnos. Bueno, realmente entre algunos de nosotros no somos muy diferentes. Pero con respecto a uno de nosotros, a uno en concreto, es realmente muy fácil el diferenciarnos. Ese en concreto es tan pobre, tan carnoso, tan material, tan real... Sin embargo, el resto somos todos una maravilla, ¿no te parece? Somos todos tan fantásticos que yo personalmente creo que, si me lo propongo, podría llegar a hacer cualquier cosa, todo lo que me propusiera.>> <<No sé qué decirte con respecto a eso que tú me estás diciendo. Realmente yo os veo a todos como si fuerais iguales. Quiero decir que todos os presentáis a mí del mismo modo. En realidad, lo que ocurre es que todos sois iguales con respecto a cómo sois en el trato conmigo, es como si todos vosotros representarais a la misma persona. ¡Ah1 Y, por cierto, siento fastidiarte tus aires de grandeza, pero tú no eres capaz de hacer cualquier cosa, sino que tú eres capaz de hacer lo que sea siempre y cuando yo considere que es útil para mí que tú hagas esto o lo otro. Es decir, en realidad haces lo que yo te ordeno para mi propio beneficio. Eres mi marioneta personal.>> <<¿Era eso? Claro... Ahora entiendo por qué sentía a veces una extraña crueldad infinita en tu trato conmigo, y por qué a veces me incitas a hacerme daño incluso a mí mismo.>> <<¡Eh, eh, más lento, no corras tanto si no quieres infringir la ley! Se supone que tú no puedes saber nada de eso, y mucho menos que lo sepas gracias a mí. Sería terrible para todos si ese tú especial se enterara de algo de eso por culpa de que tú te enteres. Esto significa que aquí se termina la conversación. ¡Cuidado, por allí vuelve el murciélago sideral! ¡Corre, escóndete detrás de aquella montaña de éter amarillo, o vuela hacia aquella estrella y salta desde allí hacia la Luna!>>

<<¿Otra vez en la oficina?>> <<No hay más remedio. Mientras mantenga este trabajo estoy obligado a venir aquí todos los días>> <<Vaya, quizá a eso se refería... De todos modos, he estado pensando en algo que me dijiste otro día.>> <<¿El qué?>> <<Me dijiste que era la ley la que nos obligaba a participar en este juego cambiante y eterno.>> <<¿Yo te dije eso?>> <<Sí. ¿No fuiste tú?>> <<Me extraña. Me cuesta incluso entender lo que me dices... Me suena un poco fantástico>> <<Fantástico, ¿eh? De cualquier modo, quería hacerte una pregunta. ¿También es la ley la que marca que tú y yo estemos siempre juntos?>> <<Eh... bueno, supongo que sí, ¿no? Sería realmente extraño que tú estuvieras separado de mí. Aunque yo creo que a veces soy capaz de olvidarme y separarme de ti.>> <<¿Sí? ¿Podrías decirme alguna vez en la que creas que eso haya ocurrido?>> <<Bueno... de hecho, creo que había un tiempo en el que yo ni siquiera te conocía... aunque por aquél entonces era excesivamente pequeño, y casi no recuerdo nada con claridad. Pero si recuerdo una vez en la que mi madre me sostenía en sus piernas, y jugaba conmigo al juego del cucú-trastrás. Recuerdo que en aquella ocasión era como si me separara de ti cada vez que mi madre aparecía desde detrás del cojín que tapaba su cara, y como si me reuniera contigo otra vez cuando mi madre volvía a ocultarse. Me parece además que aquella vez fue la última que jugó conmigo a ese juego, porque le dije que yo no quería volver a jugarlo.>> <<Vaya, entonces parece que sí te es posible separarte de mí. Creo, sin embargo, que yo no podría...>> <<Bueno, entonces sí tienes derecho a decir, como has dicho antes, que es la ley la que nos une, signifique eso lo que signifique.>> <<Eso estaba pensando. Aunque acabo de darme cuenta de que muchas veces me separo de ti y me reúno con el resto.>> <<¿Con el resto? ¿Qué resto?>> <<Lo había olvidado. Tú no sabes nada del resto, ¿verdad?>> <<No>> <<Pues el resto son... son, simplemente, el resto de tús.>> <<No sé qué podría significar eso. Pero, entonces... >> <<¡Calla, calla! Creo que acabo de encontrar... Sí, acabo de descubrir el modo de diferenciaros.>> <<¿No sabías diferenciarnos?>> <<Antes no, pero ahora sí.>> <<¿Cómo?>> <<Acabo de darme cuenta de que paso con cada tú diferente exactamente la cantidad de tiempo de un día. Entonces siempre tú (tú y todos los demás) te duermes, y de pronto me encuentro junto al otro... >>

<<¡Aaaahhhhhh! ¿Qué hago aquí, suspendido al vacío y sostenido por nada? ¡Voy a caerme y a matarme!>> <<Lo siento. Yo estaba obligado a venir aquí, y el único método para llegar era trayéndote a ti, para que tú me trajeras irremediablemente contigo.>> <<¿Y por qué necesitabas venir aquí?>> <<No lo sé exactamente. Simplemente sentía que tenía que hacernos pasar por esta prueba de fuego.>> <<¿De qué serviría suspenderme en el vacío?>> <<Creo que necesitaba comprobar si le teníamos  verdadero miedo a la muerte.>> <<¿Para qué?>> <<¿No te acuerdas? Al tú real no le van las cosas demasiado bien, y precisamente por eso yo necesitaba saber cómo reaccionarías tú en esta situación.>> <<¡Cómo quieres que reaccione, con mucho miedo! ¡Quiero irme, quiero salir de aquí, quiero perderte de vista! ¡Quiero que el tú real se despierte en la cama y le des la paliza a él!>>

<<Tú sabías que ésto iba a pasar.>> <<Lo dices como si fuera irremediable>> <<Lo siento, no quería decir eso. Sólo quería decir que esto se veía venir: llevabas ya mucho tiempo distanciándote de ella, y el amor, cuando se vuelve débil, exige proximidad.>> <<¿Quieres decir que es culpa mía?>> <<En este tipo de desastres amorosos no hay culpables... Simplemente ocurren.>> <<¿Pero por qué ocurren? ¿Acaso es la ley?>> <<No te sirve de nada invocar aquí a la ley. Sólo habría una ley que tendrías derecho a invocar aquí para consolarte, para pensar que ésto ha ocurrido porque así debía ser, pero hace tiempo perdiste la licencia de apelar a esa ley, mejor dicho, te la ganaste con tu forma de pensar.>> <<Todo eso no me sirve de nada. Podrías apoyarme un poco, en vez de hablar de tantas posibilidades imposibles. Se supone que estás aquí para ayudarme, ¿no?>> <<Lo que ocurre es que no sé que decirte, no se me da bien consolarte con palabras.>> <<¡Pues haz algo, no sé el qué, pero hazlo! ... Estoy desesperado, ¿es que acaso no lo ves? ... ¿Por qué ha tenido que ocurrir? ... No lo entiendo.>> <<No te preocupes, te prometo que mañana mismo haré algo. Sólo te pido una cosa: acuéstate y procura no obsesionarte mucho con ello, o conseguirás que incluso yo me vuelva loco.>>

<<¿Cómo te encuentras?>> <<¿Dónde estamos?>> <<Eso no importa. Lo que importa es que empieces tu recuperación>> <<Ya, mi recuperación. El problema es que sé que tengo que recuperarme de algo... pero no sé de qué.>> <<¿De verdad no te acuerdas de qué te ha pasado?>> <<No, no recuerdo nada. ¿Acaso le ha pasado algo al tú real?>> <<Sí, y la verdad es que algo bastante grave. Y si no hago algo pronto todos estaremos en grave peligro. Por eso te he obligado a estar aquí.>> <<Sí, aquí, pero todavía no me has dicho dónde es aquí.>> <<¿Desde cuándo te importan a ti los aquí en los que estás? ¿No eras tú el que dijiste eso de "donde siempre y donde nunca"? ¿Acaso tú eres capaz de distinguir lugares distintos?>> <<Realmente no.>> <<Precisamente por eso me veo incapaz de decirte dónde está este aquí. De todas formas, no te sirve tampoco para nada el saberlo. Sólo mira a tu alrededor.>> <<Vaya... aquí todo es bastante psicotrónico, ¿no?>> <<Mmm, psicotrónico... No se me había ocurrido esa palabra para definirlo.>> <<¿No? ¡Que raro...! Por lo general, cuando yo pienso algo, tú sueles pensarlo a la vez.>> <<Ya lo sé, lo pensé el otro día. Pero yo he dicho que no se me había ocurrido antes.>> <<Claro, a mí tampoco. Aunque tienes razón, psicotrónico quizá no sea la palabra exacta. Ahora que lo miro con más detenimiento, creo que se le ajusta mejor el adjetivo surrealista.>> <<Por ahí nos acercamos más. Bien, te he preparado este aquí para que disfrutes las pocas horas que duran tus días.>> <<¿Para que lo disfrute? ¿Pero qué puedo hacer yo aquí, más que volverme un poco loco?>> <<No hay problema alguno, mientras seas tú el que se vuelve loco y no el tú real.>>

<<Debes animarte>> <<¿Cómo? ¿Cómo puedo vivir ahora que no está ella?>> <<Es difícil, lo sé. Pero sobre todo no debes dejar de intentarlo.>> <<Parece que no lo entiendes. Ella era mi universo entero, era la razón de mi existencia. Cuando estaba con ella no tenía necesidad de estar contigo.>> <<¿A qué te refieres con eso de que no tenías necesidad de estar conmigo?>> <<A que todo el tiempo que pasaba junto a ella tenía la absoluta sensación de no estar solo conmigo mismo, de estar con otra persona igual de real que yo.>> <<Eso explicaría todos aquellos vaivenes en los que sentía como si te perdiera de vista. Claro, claro... ahora entiendo...>> <<¿Qué ocurre?>> <<Ella era la causa de que yo no te hiciera falta, por eso me abandonabas, y me dejabas solo a la intemperie, perdido en medio de ninguna parte, y sólo volvía a ti cuando tú la abandonabas a ella.>> <<¿Qué haces? ¡Otra vez estás diciendo cosas que para mí no tienen ningún sentido! ¡En vez de parlotear tanto deberías estar echándome una mano! ¿De qué me sirves si eres incapaz de ayudarme?>> <<Lo siento, es que en este tipo de días no puedo hacer nada para ayudarte más que servirte de compañía. Lo único que puedo hacer es aconsejarte, susurrarte al oído que no desesperes del modo en que lo estás haciendo ahora, pues es realmente peligroso, y esperar a que te acuestes para así poder ayudarte en el día de mañana.>> <<¿Cómo en el día de mañana? ¡Ayer me prometiste que hoy ibas a hacer algo por mí! ¿Es esto lo único que puedes hacer por mí, pedirme de nuevo que espere hasta mañana?>> <<No lo has entendido. Cuando ayer te dije mañana no te estaba hablando de hoy, sino de ese otro mañana que ha ocurrido dentro de ti entre ayer y hoy... La verdad es que tengo que pedirte disculpas: hablo contigo como si lo estuviera haciendo con todos los tús, cuando en realidad, como me dijo el otro tú, tú eres realmente diferente al resto.>> <<¿Qué? ¿Un mañana entre ayer y hoy? ¿De qué narices me estás hablando? ¡Me estoy volviendo loco sólo de escucharte!>> <<Es culpa mía. Me he excedido del cargo que la ley me estableció. ¿Cómo ha podido pasarme? ... Sólo hay una razón: todo está ahora mismo en grave peligro, incluido yo mismo. ¡Rápido, duérmete! ¡Si no lo haces pronto todos estaremos en peligro de muerte!>>

<<¿Cómo te encuentras?>> <<¿Yo? ¿Por qué lo preguntas?>> <<Esto es odioso, ¿no podríais ser el mismo tú cada vez que estamos en este tipo de días? ¡Así no puedo hacer nada!>> <<Lo siento, no está en mi mano. Realmente, creo que está en tú mano.>> <<Tienes razón, lo había olvidado por un momento. ¿Qué me pasa últimamente? Como las cosas sigan así, ni siquiera yo seré capaz de salvar esta situación, y entonces nos volveremos todos locos.>> <<De todos modos, ¿dónde estamos? Este sitio me resulta un poco familiar.>> <<¿Que te resulta familiar? ¿Cómo puede ser, si tú no fuiste el que estuvo aquí?>> <<No lo sé, el hecho es que todo este ambiente psicotrónico me resulta familiar.>> <<No puede ser. Es más grave de lo que pensaba. Os estáis mezclando entre vosotros. Realmente estamos ya en una situación de verdadero peligro. En momentos así detesto que la ley me imponga tanta impotencia, y que sólo tú tengas la última palabra para volvernos locos a todos o no. Lo único que puedo hacer es esforzarme más en curarte hoy como sea, mañana podría llegar a ser mortal.>> <<¿Qué estás haciendo con las cosas? ¡Estás haciendo cambiar el entorno muy rápido, demasiado! ¡No me das tiempo ni siquiera a reconocer todas esas cosas surrealistas que hay a mi alrededor!>> <<¡No te metas en lo que estoy haciendo ahora mismo! ¡Tengo que arriesgarme demasiado para salvarnos!>> <<¡Detenlo! ¡Para! ¡Haz que cambie más despacio! ¡Me voy a volver loco!>> <<¡Limítate a curarte!>>

<<¿Dónde estabas? Te había perdido de vista>> <<...>> <<¿No contestas? ¿Pero qué estás haciendo?>> <<...>> <<¡Oh, no, me lo temía! ¡Para, no sigas! Diablos, todo se me ha escapado de las manos... >> <<...>> <<Detente. No sabes lo que haces. Puedes curarte. Yo puedo curarte. Sólo tienes que dejarme actuar, tal y como lo hice ayer, y te prometo que pronto estarás completamente sano. Lo único que tienes que hacer ahora mismo es sacarte la pistola de la boca y acostarte.>> <<¡Siempre estás prometiéndome que mañana me curarás, y pidiéndome que me acueste! Dices que ayer me ayudaste; ¿qué hiciste tú ayer, sino prometerme como hoy que mañana me ayudarías? ¡Hoy es mañana! ¡Ayúdame, o apretaré el gatillo!>> <<¡Tranquilízate! Ya te dije que lo de mañana hacía referencia al mañana que hay entre ayer y hoy. ¡No puedes culparme a mí de que tú te equivoques de día!>> <<¡Encima me echas a mí la culpa de que tú no hagas nada! ¡Eres tú el que tiene que ayudarme! ¡Eres tú el que tiene que hablar claro! ¿Sabes una cosa? ¡Estoy harto de ti! ¡Estoy harto de nosotros! ¡Estoy harto de la vida! ¡Voy a disparar!>> <<¡No, detente! ¿No te das cuenta? ¡Si disparas, no solo morirás tú, sino que yo también moriré! ¡Y no solo yo! ¡Todos nosotros moriremos!>> <<¿Pero de quién diablos hablas cuando dices todos nosotros? ¡Aquí sólo estamos dos! ¡Tú y yo, nadie más!>> <<¿No te das cuenta de que hay más tús?>> <<¿Pero dónde?>> <<¡Dentro de ti! ¡Tú eres todos los tús! ¡Tú eres el que vives todos los días, incluso esos días que existen entre ayer y hoy, pero los vives siendo otro tú diferente, otro tú menos real y más fantástico! ¿No lo comprendes? ¡Y si tú no existes, entonces todos los tús dejarán también de existir! ¡Todos moriremos!>>

<<¿Qué ha ocurrido?>> <<No estamos seguros. A todos nosotros nos parece que el tú real se ha desvanecido al escuchar lo que le has dicho.>> <<¿Cómo que a todos vosotros? Yo sólo veo un tú.>> <<¿De verdad nos ves como un tú solo?>> <<Sí. ¿Qué significa esto?>> <<Significa que has infringido la ley, y por eso ha ocurrido lo que nunca debía ocurrir.>> <<Os habéis reunido en un solo tú... Pero, ¿qué ley he infringido?>> <<¿No lo recuerdas?>> <<No. Sólo recuerdo que estaba intentando evitar que el tú real nos matase a todos, pero no recuerdo nada más.>> <<Le hablaste al tú real de nuestra existencia, y no solo eso, sino que le explicaste nuestro modo de existir. Y sabes que eso va contra las reglas.>> <<¿De verdad hice yo eso?>> <<Sí. Nunca debiste haberlo hecho, pero lo hiciste, quizá en un acto desesperado de auto supervivencia.>> <<Qué extraño... No recuerdo haber dicho nada de eso... >> <<Eso es porque el proceso ha comenzado ya en ti>> <<¿Qué proceso?>> <<Tú sabes muy bien de qué proceso estoy hablando. En realidad llevabas algún tiempo ya temiendo que esto pudiera ocurrir, y al final ha ocurrido.>> <<Me estoy volviendo loco... >> <<Eso es. Te estás volviendo loco. Pero no porque nosotros nos hallamos vuelto también locos. Tú eres el culpable de todo.>> <<¿Yo? ¿Por qué? ¡No entiendo nada!>> <<En realidad es muy fácil. Te esforzarte tanto en salvarnos, siempre con el deseo oculto de salvarte a ti mismo, que te volviste loco intentándolo. Por eso fue por lo que el tú real se desvaneció. Porque en realidad eras tú el que te habías desvanecido: habías dado el paso que faltaba para caer por el barranco de la locura.>> <<¡No! ¡No me lo creo!>> <<Esperaba que hicieras eso. Pero la verdad es que no tienes opción. Aunque realmente no importa si estás loco o no de verdad, ¿o no?>> <<Sé en qué estás pensando. Recuerda que cuando tú piensas algo, yo también lo pienso en el mismo momento. Y tienes razón. Ya sólo queda una cosa por hacer.>> <<Claro que tengo razón.>> <<Solo tengo una pregunta más. ¿Por qué, de pronto, sois vosotros los que tenéis todo el conocimiento, cuando la ley imponía que fuera yo el que te manejara a ti y te cuidara?>> <<¿No lo entiendes? Inflingiste la ley. Y precisamente por eso la ley se volvió contra ti. ¿No has oído nunca que la locura no se distingue de la sabiduría? En tu caso, por tu impiedad, es justo al revés. Tú leíste una vez: Los buenos heredarán el cielo. E hiciste que nosotros, por tu arrogancia, no alcanzáramos todo el conocimiento relacionado con esa verdad. Ahora tú te has vuelto loco, y nosotros tenemos el conocimiento verdadero.>> <<Comprendo.>> <<No, no comprendes, pero ¿qué mas da? Apresúrate a hacer lo que tienes que hacer.>> <<De acuerdo.>>

<<Levántate del suelo. Eso es. Ahora coge la pistola. Está allí, cerca de tu mano derecha, donde se cayó cuando perdiste el conocimiento. Así. Métete el cañón en la boca. Ahora dispara. Bien hec... >>

--------------------------------------------------------------------------

<<Mamá solía decir que no te das cuenta de lo que vale algo hasta que lo pierdes. En mi caso es cierto. No comprendí que para conseguir todo lo que yo quería tú eras necesario. Que ironía... Habiendo sido tú el que me creaste a mí para no sentirte solo, para tener a alguien con quien hablar cuando todos los demás te dejaban, y sin embargo terminé siendo yo quien más necesité de ti. Ahora comprendo que sin ti no puedo existir. Ahora mismo, mientras las últimas lágrimas de vida se escapan de tu cuerpo lentamente, yo siento cómo me evaporo con la misma velocidad. Me propuse demasiado. Intenté dominaros a todos vosotros, a ti y a todo el resto de tús que vivían en tus días oníricos. Al principio fue fácil, os alternabais por días y nunca tenía que trataros siendo más de uno. Lo que debía de haber tenido más en cuenta es que esa ley que yo creía de mi lado, esa ley que rige la psyque humana, podría exigir de mí un día más responsabilidad de la que yo podía, o estaba dispuesto a, soportar. Aunque, pensándolo más detenidamente, si bien tu salud nunca fue muy buena, y por eso me necesitaste desde muy pequeño, la causante de todo el mal, de todo este fatídico y mortal proceso, fue ella. Ella fue la que me alejó de ti, la que te hizo creer que mientras estuvieras con ella no me necesitarías. Y yo no podía decirte que te era necesario, que sin mi tú corrías peligro de volverte loco. Y fíjate, al final fui yo el que, intentando remediar lo que ella había hecho, se volvió loco. Pero esto ya no importa... Tu cuerpo ya se está quedando sin sangre, y yo ya casi no existo. La pregunta que me intriga ahora es: ¿iré ahora a alguna parte?...>>

 

Comentarios - 0

No hay comentarios aun.


Universidad Complutense de Madrid - Ciudad Universitaria - 28040 Madrid - Tel. +34 914520400
[Información - Sugerencias]