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Catalogación de libros antiguos y materiales especiales: reflexiones desde la IFLA

Marta Torres Santo Domingo 14 de Junio de 2016 a las 12:52 h

Desde hace varias semanas están ya disponibles en la página de la Sección de Libros Raros y Colecciones Especiales de la IFLA (Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecas), las ponencias presentadas en la Conferencia "A common international standard for rare materials? Why? And how?", organizada el pasado 22 de febrero de 2016, en colaboración con la Biblioteca Nacional de Portugal, y dedicada a analizar las últimas tendencias y la normativa para la descripción de libros impresos antiguos y colecciones especiales en todos los formatos. El tema más importante fue la aparición del nuevo código de catalogación RDA y la experiencia de diferentes bibliotecas especializadas en su adopción, con un análisis específico de los criterios relativos a la catalogación de las colecciones especiales y los libros antiguos [Seguir leyendo]. 

 

Hubo diez presentaciones de seis países: Alemania (3), Estados Unidos (2), Portugal (2), Suecia (1), España (1) y Reino Unido (1). Cada una de ellas realizó un acercamiento particular a este tema. Así, hubo una visión general sobre las RDA (Munich y Yale), el papel ante las RDA de algunas bibliotecas nacionales (España y Portugal), casos prácticos (BNP, Hamburgo), Terminología (Berlín), problemas de transcripción y transliteración (Uppsala), integración de metadatos de museos, archivos y bibliotecas (Getty), y necesidades para el mundo académico (Londres).

 

Desde este foro invitamos a nuestros lectores a leer estas presentaciones y sumarse a los debates en un asunto que va a suponer un cambio radical en el sistema conceptual de lo que hasta ahora llamamos catalogación.

 

Ni las Normas de Catalogación tradicionales (nuestras Reglas de Catalogación o las AACR), ni la estructura de datos admitida hasta ahora (el MARC, Dublin Core, etc) son ya adecuadas para trabajar en contextos de información cada vez más complejos, con Internet, con metadatos originados en diferentes fuentes, con enlaces hipertextuales, bases de datos emergentes por doquier, transitar por la Web semántica, etc.

 

Por ello, varios organismos internacionales pero principalmente la Library of Congress están trabajando en la creación de otras herramientas más potentes, como las RDA (Resource Description Access) para la catalogación (para sustituir a códigos como las AACR) o la creación de toda la familia de las BIBFRAME (Bibliographic Framework Initiative), para sustituir a la estructura de datos del MARC.

 

Realmente no es una sustitución sino una renovación conceptual y tecnológica completa.

 

En relación con el libro antiguo, lo que hasta ahora llamábamos catalogación consistía en una descripción bibliográfica, más o menos amplia de la edición, a la que se añadía un brevísimo dato del ejemplar, en la mayoría de los casos sólo la signatura.

 

Ahora se está proponiendo un modelo en el que ya no hablamos de "libro" (o "documento") sino de "recurso", cuya descripción debe hacerse a través de cuatro categorías o clases principales: la obra (el texto), la expresión (idiomas, tipo de edición si es abrevada, anotada, si es un arreglo musical, etc.), la manifestación, que es lo que hasta ahora hemos llamado la edición, en nuestro caso el producto tipográfico, y el ejemplar, que es la categoría que más cambios sufre en este nuevo modelo.

 

Porque, efectivamente, en este nuevo modelo, el ejemplar se transforma de objeto biblioteconómico, una breve anotación asociada al registro, en objeto bibliográfico (concepto tomado de Xavier Agenjo), y se constituye como una de las clases fundamentales. Si no hay un ejemplar tampoco hay manifestaciones, ni expresiones, ni obras.

 

Este nuevo concepto va a permitir dar un tratamiento específico a todos los elementos que configuran el ejemplar físico de los libros antiguos y que, hasta ahora no tenían entrada en el universo catalográfico ortodoxo. Me refiero a asuntos de todo tipo, desde las llamadas evidencias materiales (encuadernaciones, anotaciones, marginalia), hasta información de fuentes externas (inventarios, y repertorios), todo lo que tiene que ver con los antiguos poseedores y, en un sentido más amplio, las procedencias y su geolocalización tanto en lugares como en tiempo.

 

En fin, comienza un nuevo capítulo, aún por escribir.

 

Más información: https://iflarbscs.hypotheses.org/224

 

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