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Rusia en la Biblioteca Histórica : la Guerra Hispano-Rusa (1799-1801)

Aurora Díez Baños 24 de Octubre de 2011 a las 11:28 h

A finales del siglo XVIII,  las relaciones entre el Reino de España y el Imperio Ruso se ven sumidas en una etapa de inestabilidad política motivada por la alianza de España con Francia, las aspiraciones de Rusia sobre el archipiélago maltés y la negativa de Carlos IV de España a reconocer al zar Pablo I de Rusia como Gran Maestre legítimo de la Orden de Malta. Estos hechos precipitarán la Guerra Hispano-Rusa (1799-1801), un conflicto militar durante el cual, y a pesar del estado de guerra declarado entre las dos naciones, nunca se cometieron actos de hostilidad. A través de tres ejemplares que forman parte de la colección Russica y que fueron expuestos en Lecturas rusas de ayer y de hoy, muestra organizada por la Biblioteca Histórica en 2010, reconstruiremos este periodo histórico, bastante desconocido, de las relaciones entre Rusia y España. [Seguir leyendo]

 

En 1796 sube al trono de Rusia el zar Pablo I, nieto de Catalina II, en una época en la que  las potencias europeas, España incluida, se encontraban inmersas en una serie de invasiones a Francia (Primera Coalición). El zar, con el fin de no involucrar al Imperio ruso en nuevas largas y costosas luchas, decide no tomar parte.

 

Pero en 1798 la situación cambia. Napoleón Bonaparte, durante la campaña de Egipto, ocupa el archipiélago maltés (Toma de Malta) debido a su alto valor estratégico y expulsa a la Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta, de la isla que desde mediados del siglo XVI les había pertenecido, tras la cesión del territorio por parte de Carlos I de España a la Orden para establecer allí su sede.

 

Este acontecimiento histórico debemos enmarcarlo en otro de naturaleza política acontecido el año anterior. En 1797, la Orden de San Juan y el Imperio Ruso habían suscrito un tratado internacional en el que la Orden se establecía, a perpetuidad, bajo la Soberanía y protección de los zares rusos. Para agradecer al Zar este gesto de generosidad, es nombrado protector de la Orden de San Juan en ese mismo año.

 

Tras la Toma de Malta, un numeroso grupo de caballeros de la Orden, indignados por la cesión de Malta a Napoleón, acudió a San Petersburgo al recién creado Gran Priorato de Rusia, y acusando de traición al Gran Maestre Ferdinand de Hompesch lo relevaron de su dignidad eligiendo en su lugar al Emperador Pablo I como nuevo Soberano de la Orden de Malta a quien solicitaron su auxilio contra Francia.

 

El nuevo Gran Maestre Pablo I de Rusia, como protector de la Orden y por su compromiso por la isla de Malta, pero además, especialmente interesado en conquistar el archipiélago para dotar a su flota con un estratégico puerto en el Mediterráneo con miras en la futura hegemonía rusa frente a Turquía, rechaza el tratado de entrega de la isla y rompe con quienes lo reconocían.

 

El rey de España, Carlos IV, se niega al reconocimiento de Pablo I como Gran Maestre, al no pertenecer el zar a la fe católica, propia de la Orden, sino a la ortodoxia rusa. El rechazo por parte de Carlos IV a dicha investidura, unido al fracaso del Imperio Ruso por apartar a la España borbónica de la alianza suscrita con Francia (Pacto de San Ildefonso, 1796) en su lucha contra Inglaterra, y lograr, en cambio, la adhesión de España a la Segunda Coalición contra la Francia republicana, son el detonante para que Rusia declarara formalmente la guerra a España el 15 de julio de 1799, declaración que fue aceptada por España el 9 de septiembre del mismo año, como queda dispuesto en estos términos:

 

Real Cedula de S.M. y sus señores del Consejo, en que conforme al Real Decreto inserto se declara la guerra contra la Rusia, sus posesiones y habitantes, y se manda cortar, y que cese toda comunicación, trato o comercio entre ellos y los vasallos naturales y moradores de estos Reynos
En Segovia : en la Imprenta de Espinosa, 1799
BH FOA 2476

 

A pesar del nuevo estado de guerra, no hubo consecuencias prácticas y nunca se cometieron actos de hostilidad contra la nación ni sus ciudadanos, pues tras la gran victoria francesa en la batalla de Marengo (1800) Rusia cambia su actitud.

En 1800 Inglaterra conquista Malta pero se niega a devolver la isla a la Orden Hospitalaria, no queriendo ceder al Imperio Ruso tan estratégica base naval en el Mediterráneo, lo que provoca un nuevo giro político en el zar Pablo I, quien se aparta de Gran Bretaña y se alía con Francia.

 

El 23 de marzo de 1801 el zar Pablo es asesinado y su sucesor, su hijo Alejandro I, notifica a España su elevación al trono, y sus buenas disposiciones permitieron el restablecimiento de la paz.

 

El 4 de octubre de 1801 se firma en la capital francesa el Tratado de París, acuerdo de paz suscrito entre el Reino de España y el Imperio Ruso que pone fin a la Guerra Hispano-Rusa, restableciendo el status quo ante bellum. Según los tres artículos del tratado, ambos países restablecían la paz y amistad entrambos y nombrarían sendos embajadores. Los encargados de firmarlo fueron José Nicolás de Azara (embajador español en París) y el conde Arcadi Marcoff.

 

La Biblioteca Histórica conserva sendos ejemplares del Tratado de Paz y de la Real Cédula, dada en Aranjuez el 30 de mayo de 1802, en la que se manda cumplir dicho tratado, que pueden ser consultados a texto completo:

 

Tratado de paz entre el rey nuestro señor y el emperador de las Rusias concluido y firmado en París a 4 de octubre de 1801 con su traducción al castellano
Madrid : en la Imprenta Real, 1802
BH FLL 22755(4)

 

 ----

 

Real Cedula de S. M. y señores del Consejo, por la qual se manda observar, guardar y cumplir el Tratado de Paz concluido entre el Rey nuestro Señor y el Emperador de las Rusias
Madrid : En la Imprenta Real, 1802
BH DER 19510

 

A pesar del tratado de Paz, Carlos IV continúa firme en su negativa de reconocer al Zar de Rusia como legítimo Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Malta, protegida ésta por una gran potencia extranjera y, por ende, no perteneciente a la comunión romana. Con el fin de evitar perjuicios para el país, el Rey de España se proclama Gran Maestre de la Orden en sus dominios.

 

En 1802 Inglaterra firma la Paz de Amiens en la que son reconocidos los derechos de la Orden sobre la isla y su devolución. No obstante, los términos estipulados no fueron respetados  y la isla dejó de ser la sede de la Orden, manteniendo Reino Unido su dominio sobre el archipiélago hasta su independencia en el año 1964.

 

 

Bibliografía

Hellmann, Manfred [et al.] Rusia. Madrid, Siglo XXI de España, 2010. (Historia universal siglo XXI ; v. 31)

Orden de Malta

Orden de Malta. España

Pi y Margall, Francisco. Historia de España en el siglo XIX. Miguel Seguí, editor. Barcelona, 1902 (t. I)

 

 

 

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