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Viajes a Tierra Santa: El viaje de Bernardo de Breydenbach a Jerusalén (Zaragoza, Pablo Hurus, 1498)

Marta Torres Santo Domingo 2 de Marzo de 2012 a las 20:15 h

Jerusalén ha sido siempre lugar de peregrinación y, para el peregrino, el viaje significa algo más que el conocimiento del mundo; es búsqueda de lo sagrado, fuente de revelación y, sobre todo, alimento espiritual. Siglos de historia han visto pasar por aquellas tierras multitud de peregrinos, desde aquel lejano siglo IV en el que fue "descubierta" la tumba de Cristo y Santa Helena desenterró la Vera Cruz. Emperadores, reyes, nobles, monjes o simples creyentes han caminado en todas las épocas hacia Tierra Santa, considerada desde la antigüedad un punto geográfico-simbólico de importancia capital. De hecho, para la visión medieval del mundo, Jerusalén era, como aparecía en el mapa de San Isidoro, el centro de un mundo simbólico. [Seguir leyendo]

 

Jerusalén judía, romana, bizantina, persa, musulmana, latina, cruzada o turca. Los vaivenes de la historia han sido especialmente intensos en estos paisajes que distintas religiones y pueblos reivindican en sus mitos fundacionales. Al espacio sacralizado hay que sumar, por tanto, la situación geoestratégica que siempre la ha llevado a estar en la frontera de imperios y civilizaciones que oscilan entre el enfrentamiento y la convivencia. Así, los proyectos de cruzada y conquista de Jerusalén se mezclaron hasta el siglo XVI con los de jefatura política sobre la cristiandad latina.

 

La búsqueda espiritual no es, por tanto, el único objetivo del viaje de peregrinación y, dependiendo de la coyuntura histórica el peregrino se imbuye de una mirada bélica y puede convertirse en conquistador cruzado, espía al servicio de poderosos o, simplemente, constructor de mitos piadosos con los que conmover almas en tierras lejanas. Eso, sin despreciar el viaje a Oriente por motivos económicos, pues no deja de ser Tierra Santa una de las puertas para el gran mercado asiático de exquisitos y exóticos productos.

 

A su vuelta, después de pasar multitud de peripecias y peligros, a los peregrinos les quedaban dos grandes consuelos: sentir que se habían purificado con la plenitud de lo vivido y, sobre todo, poder comunicarlo a oyentes deseosos de escuchar. Este deseo de contar es el que lleva a la creación del relato de peregrinación, el Iter Iherosolimitanum, como tipología concreta dentro de los libros de viajes. Comparte muchas características con la rihla musulmana, nacida también de la peregrinación religiosa o intelectual, pero se contagia de las guías, itinerarios o descripciones.

 

Sin poder hablar estrictamente de "turismo cultural", tal como se entiende en la actualidad bajo parámetros modernos, lo cierto es que desde el siglo XV, e incluso con anterioridad, la peregrinatio respondía a un modelo muy organizado en cuanto a las rutas empleadas (la del norte de África o, mucho más frecuente, la que comenzaba en Venecia y hacía escala en diferentes islas del mediterráneo oriental), transportes (especialmente los marítimos, de difícil negociación con los patrones de los barcos), alojamiento (en manos de los administradores e "intermediarios" de los Santos Lugares), monumentos a visitar y penitencias que cumplir. El capítulo del souvenir quedaba resuelto con la adquisición de reliquias, cuya llegada a las iglesias europeas durante los siglos XVI y XVII está documentada de forma masiva. Todos estos aspectos de la peregrinación se convertían, a la vuelta, en distintos capítulos del relato escrito.

 

La bibliografía de los relatos de peregrinación a Tierra Santa es abundantísima habiendo dado lugar a una verdadera especialización en el campo de los libros de viajes. La Biblioteca Histórica UCM posee una amplia representación de obras sobre Tierra Santa que, en parte, ha sido estudiada por Herbert González Zymla.

 

Destacan, con anterioridad al siglo XVIII, los viajes de Ludovico Varthema (Novum itinerarium Aethiopiae, Aegipti, vtriusque Arabiae, Persidis, Siriae, ac Indiae, intra et extra Gangem, Milán, Da Legnano, 1511, BH FG 2834, disponible versión digital), Pierre Belon (varias ediciones en la BH, por ejemplo, Les obseruations de plusieurs singularitez et choses memorables, trouues en Grece, Asie, Iudée, Egypte, Arabie & autres pays estranges, redigées en trois liures, Paris, Hierosme de Marnef & la veufue Guillaume Cauellat..., 1588, BH MED 168, disponible versión digital), o Johannes van Cootwitjk (Itinerarium Hierosolymitanum et syriacum, Amberes, apud Hieronymum Verdussium, in via vulgò de Cammerstraer, sub signo rubri Leonis, 1619, BH FLL 34989 y otros, disponible versión digital); los diccionarios políglotas de términos geográficos bíblicos, algunos con magníficos mapas, de Jacobus Ziegler (Terrae sanctae quam Palaestinam nominat Syriae, Arabiae, Aegypti et Schondiae doctissima descriptio, Estrasburgo, Apud Vuendelinum Rihelium, 1536, BH FLL 35265, disponible versión digital) y Christian van Adrichem (Theatrum Terrae Sanctae et biblicarum historiarum, Coloniae Agrippinae : in officina Birckmannica : sumptibus Arnoldi Mylij, 1600, BH FLL 10578, disponible versión digital), o relatos de misioneros como el del franciscano Juan de Calahorra (Chronica de la prouincia de Syria y Tierra Santa de Gerusalen, Madrid, Juan Garcia Infanzón, 1684, BH FLL Res. 39 y otros, disponible versión digital).

 

Pero hoy, queremos volver a presentar un libro que no por conocido entre los especialistas, deja de ser uno de los más hermosos del periodo incunable español. Se trata del libro que relata la peregrinación que el canónigo de Maguncia, Bernardo de Breydenbach, acompañado de un grupo de amigos, realiza a Tierra Santa entre 1483 y 1484:

Breydenbach, Bernhard von, Peregrinatio in Terram Sanctam [en castellano:] = Viaje de la Tierra Santa, trad. por Martín Martínez de Ampies. Martín Martínez de Ampiés, Tratado de Roma, Zaragoza, Pablo Hurus, 16 enero, 1498. Fol. BH INC FL-77. -- ISTC ib01196000.

 

 

Roma, Venecia, Grecia, Palestina, Arabia, el Sinaí o Egipto son el paisaje de fondo sobre el que se va dibujando, con observaciones de primera mano o repeticiones de autores anteriores, el relato de los lugares visitados, las costumbres de los pueblos orientales, sus religiones, recuerdos de hechos históricos y, en fin, las diversas incidencias de un viaje lleno de riesgos, dificultades y ricas experiencias.

 

Uno de los peregrinos que acompañó a Breydenbach fue el pintor holandés Erhard Reuwick quien dibujó del natural, para luego plasmarlo en detallados y magníficos grabados, vistas panorámicas de algunas de las ciudades por las que pasaron, personajes orientales con sus trajes e indumentaria típica, alfabetos de otras lenguas, animales exóticos. Estos grabados se incluyeron en las primeras ediciones del Viaje, impresas por el propio Reuwick, con tipos de Peter Schöfer en 1486 (edición latina, 11 de febrero; edición alemana, 21 de junio).

 

Siguiendo la tradición de los libros de viajes y peregrinaciones de la época medieval, la obra llega a España y se imprime en su versión castellana de la mano de Pablo Hurus en 1498, a la sazón instalado en Zaragoza. Hurus, natural de Constanza y que, tras una breve estancia en Barcelona desde 1480 ejerce de impresor en Zaragoza, es un ejemplo de hombre culto y humanista que sabe reunir a su alrededor un equipo de eruditos aragoneses a los que compromete en la preparación de sus ediciones. Uno de ellos es Martín Martínez Ampiés, responsable de la traducción, anotaciones y un texto que acompaña al Viaje titulado Tratado de Roma, con informaciones diversas de utilidad para los peregrinos.

 

La edición de Hurus se caracteriza, además de por su alta calidad técnica, por el gran número de ilustraciones empleadas que, con más de 92 grabados, la convierten en uno de los incunables españoles mas profusamente ilustrados. De estos grabados, más de 20 son los originales del propio Reuwinck, traidos de Maguncia en el proceso de intercambio de planchas que tan característico es de la imprenta española. El resto procede de otras obras alemanas y alguno hay original anónimo español. El conjunto constituye, sin duda, uno de los incunables más bellos del siglo XV español, sobresaliendo con luz propia en la historia del grabado. Como ha expresado Pedro Tena, "en ocasiones, así, uno se siente ante un verdadero retablo bibliográfico". Fue una obra muy valorada desde su publicación y se la podía encontrar en las principales bibliotecas de nobles y eruditos de la época.

 

El ejemplar de la Biblioteca Histórica, desafortunadamente falto de algunas de las hojas de grabados, procede de la biblioteca de la Condesa de Campo de Alange. Ha sido expuesto en diversas ocasiones, destacando su presencia en la exposición Ex-libris universitatis: El patrimonio de las bibliotecas universitarias españolas, organizada por REBIUN en el año 2000 en Santiago de Compostela. Sin embargo, el recuerdo de esta obra nos ha venido hoy porque fue expuesto también en dos exposiciones celebradas en la Universidad Complutense en los años 1975 (Exposición de incunables) y 1982 (Tesoros bibliográficos de la Universidad Complutense), siendo Fernando Huarte Morton, Director de la Biblioteca Complutense. Como homenaje a la gran labor realizada por él en la colección de libros antiguos, hemos querido exponer nuevamente este incunable en la muestra que se le ha dedicado, La Biblioteca Complutense de Madrid: Homenaje a Fernando Huarte (1921-2011), y que podrá disfrutarse hasta abril. Está abierto por la página dedicada a los habitantes árebes, con sus vestidos y su lengua.

 

Es éste un incunable del que se conservan bastantes ejemplares en el mundo y al menos ocho ejemplares en España. Ha sido objeto de varias ediciones facsimilares y estudios, el primero de 1974 y con prólogo de Jaime Moll, a los que siguieron uno de Vicent García en 1995 con estudio de María Cruz Cabeza y otro en 2003 edición de Pedro Tena.

 

Bibliografía:

 

  • Breydenbach, Bernardo de, Viaje de la tierra santa. Estudio introductorio de Jaime Moll. Madrid, Instituto Bibliográfico Hispánico, 1974.
  • Breydenbach, Bernardo de, Viaje a la Tierra Sancta de Bernardus de Breindenbach. Rafelbuñol (Valencia), Vicent García Editores; Madrid, Biblioteca Nacional, 1995.
  • Breydenbach, Bernardo de, Viaje de la tierra santa de Bernardo de Breidenbach. Edición de Pedro Tena Tena. Zaragoza, Instituto "Fernando el Católico", 2003.
  • Cabeza Sánchez-Albornoz, María Cruz y Silvia Abad Lluch,. "El viaje de la Tierra Santa de Bernardo de Breidenbach", en Bibliofilia antigua (II), estudios bibliográficos. Valencia, Vicent García editores, 1999, p. 195-235.
  • Ex-libris universitatis: El patrimonio de las bibliotecas universitarias españolas, organizada por REBIUN en el año 2000. Madrid, CRUE, 2000, págs. 226-227
  • González Zymla, Herbert, "La fe situa montañas, ríos y reinos", en Imago mundi: mapas e imprenta : [Exposición] / [editores y coordinadores científicos del catálogo: Mariano Cuesta Domingo, Miguel Luque Talaván]. Madrid, Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, 2010, págs. 187-205
  • Herrero Massari, José Manuel, Libros de viajes de los siglos XVI y XVII en España y Portugal: lecturas y lectores. Madrid, Fundación Universitaria Española, 1999.
  • Jones, Joseph R. (ed.), Viajeros españoles a Tierra Santa, siglos XVI y XVII. Madrid, Miraguano, 1998.
  • Ladero Quesada, Miguel Angel, El mundo de los viajeros medievales. Madrid, Anaya, 1992.
  • Tena Tena, Pedro, La labor literaria de Martín Martínez de Ampiés y el viaje de la Tierra Santa. Tesis inédita de la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Filología, Departamento de Filología Española II (Literatura española), leída el 10-01-1995
  • Tena Tena, Pedro, "Miradas jerusalemitanas: imagen de Tierra Santa en un incunable español" [En línea], en Revista de estudios literarios, UCM, 2005, nº 31 [Consulta: 12-10-2006]. Disponible en web:<http://www.ucm.es/info/especulo/numero31/jerusal.html>
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Comentarios - 1

Javier

1
Javier - 14-05-2015 - 03:47:16h

Tierra santa es uno de los temas que más me apasiona, si bien no tanto como destino turístico (que veo muchos adeptos) me ggusta más leer su historia creo que sería fanatismo ir a conocer solo porque me gusta la lectura, quizás más adelante cambie mi forma de pensar por el momento me quedo en las letras. Gracias muy completo tu texto


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