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Científicos, naturalistas y aventureros en el interior de África en el siglo XVIII

Marta Torres Santo Domingo 22 de Febrero de 2013 a las 16:46 h

Adanson, M. A voyage to Senegal (Londres, 1759)(BH FG 2874)

Algunos lectores nos han preguntado, al hilo de la noticia publicada hace unos días sobre Mungo Park y su viaje por el río Níger (Véase Folio Complutense), qué otros libros podríamos tener en la Biblioteca Histórica relatando viajes por África. Y como son varios y de notable interés, queremos dedicar esta nota a los científicos, naturalistas y aventureros que, durante el siglo XVIII se atrevieron a explorar el interior de África. A principios del siglo XVIII, el mapa de África que se dibujaba en Europa estaba reducido, prácticamente y con pocas excepciones, a la línea costera; el interior, mientras tanto, estaba vacío o lleno de errores fantásticos como hacer confluir el río Níger con el Nilo, por ejemplo. El movimiento geográfico que iniciaría la exploración del interior comenzaría en este siglo y tendría sus hitos más espectaculares en el siglo XIX. [Seguir leyendo]

 

 

El hecho más destacado durante el siglo XVIII fue la creación en 1788 de la African Association, institución británica con sede en Londres cuyos objetivos eran la exploración completa de África para abrirla al comercio, desde la curiosidad geográfica y el interés científico, y bajo unos postulados antiesclavistas y humanitarios. La creación de la African Association tiene como precedente la explosión del viaje científico tan característico de la Ilustración que llevó a África, durante el siglo XVIII, a eruditos, astrónomos y naturalistas que prepararon el terreno para la exploración sistemática posterior. Varios son los libros, fruto de estos viajes, que se conservan en la BHI y a través de ellos podemos conocer algunas de las inquietudes y cuestiones que en la Europa del siglo XVIII se debatían sobre África.

 

El primero de estos viajeros fue Thomas Shaw (1692-1751), erudito y naturalista inglés que durante doce años ejerció de capellán en las factorías inglesas de Argelia. Desde allí viajó por todo el norte de África visitando, además de Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Palestina y Siria. A su regreso a Inglaterra, en 1734, fue nombrado miembro de la Royal Society por el valor de sus investigaciones. El resto de su vida la dedicó a ejercer de profesor de griego en la universidad de Oxford. La primera edición de sus viajes, con observaciones geográficas, físicas y filológicas, se publicó en 1738. La BH posee la edición, en francés, publicada en La Haya en 1743, en dos volúmenes en folio, Voyages de Monsr. Shaw, M. D. dans plusieurs provinces de la Barbarie et du Levant : contenant des observations geographiques, physiques, philologiques et melées sur les Royaumes d'Alger et de Tunis, sur la Syrie, l'Egypte et l'Arabie Petrée. Avec des cartes et des figures. Traduits de l'Anglois (BH FOA 1766-1767). Contiene numerosas ilustraciones con mapas de la región y planos de ciudades como Cartago, Argel o Jerusalén, además de objetos arqueológicos romanos y egipcios o dibujos de plantas y animales.

 

También el norte de África, la "Berbería", es la zona recorrida por el francés Jean Louis Marie Poiret (1755-1834) varias décadas más tarde, en los años 1785-86, aunque sus investigaciones se centran, además de en historia natural, en otros aspectos como la religión y las costumbres. Es muy conocido por sus colaboraciones con Lamarck en el diccionario botánico de la Enciclopedia y por sus obras sobre estos temas. La edición que conserva la BHI de su viaje, Voyage en Barbarie, ou lettres écrites de l'ancienne Numidie pendant les années 1785 et 1786, sur la religion, les coutumes et les moeurs des maures et des Arabes-Bédouins; avec un essai sur l'histoire naturelle de ce pays, impresa en París en 1789 (BH FLL 20997 y BH FLL 25831), no incluye ilustraciones.

 

Senegal es la región elegida por el botánico francés Michel Adanson para llevar a cabo sus exploraciones. Tras estudiar historia natural en la universidad de París, en 1748 se embarcó hacia Senegal donde permaneció cinco años estudiando la flora, la fauna, el clima y la lengua de los nativos. Exploró el río Senegal dibujando, por primera vez, mapas de la región. A su vuelta, en 1753, preparó el material para la publicación de su obra, Histoire naturelle du Senegal : Coquillages. Avec la relation abrége d'un voyage fait en ce pays, pendant les années 1749, 50, 51, 52 & 53, que vio la luz en París, en 1757 (BH MED 6523). Además de un mapa completo del Senegal, la obra contiene diecinueve hojas con grabados de moluscos de gran interés. La colección Guerra también posee un ejemplar de la edición inglesa de la obra de Adanson, publicada en Londres en 1759, A voyage to Senegal, the Isle of Goree and the River Gambia (BH FG 2874). Por su interés bibliográfico añadiremos que se conserva parte de la biblioteca y archivo personal de Michel Adanson se conserva en el Hunt Institute for Botanical Documentation, Research Division de la Carnegie Mellon University, (Pittsburg, USA). En esta colección se guardan manuscritos e impresos relacionados con su viaje a Senegal, entre ellos, por ejemplo, el mapa manuscrito original de Senegal pintado por Philippe Buache con correcciones del propio Adanson y que sirvió de base para el grabado que aparece en su obra.

 

Otro científico francés, en este caso un famoso astrónomo, es el siguiente protagonista de este relato. Nicolas Louis de La Caille (1713-1762) desde edad temprana adquirió amplios conocimientos de astronomía y trabajó en estudios de observación, triangulación o cálculo de efemérides. En 1751 realizó un viaje al Cabo de Buena Esperanza y permaneció allí hasta 1754 catalogando las estrellas y nebulosas del hemisferio sur. Le cabe el honor de haber dado nombre a 15 de las 88 constelaciones del cielo, además de incluir en su catálogo más de 10.000 estrellas. También calculó desde África del sur la distancia de la Tierra a la Luna, Venus y Marte en un experimento conjunto con Lalande que hizo las mediciones, de forma simultánea, desde Berlín. Además de varias obras astronómicas, escribió un relato de su viaje africano que fue publicado póstumamente en París en 1763 y que incluye una biografía del autor escrita por C. Carlier y un mapa de la zona, Journal historique du voyage fait au Cap de Bonne-Espérance (BH FLL 33488).

 

A la región del Cabo de Buena Esperanza fue enviado, también, en el año 1777 el militar y botánico escocés William Paterson (1755-18?), con el fin de recolectar plantas y hacer estudios de historia natural. Allí realizó varios viajes al interior acompañado de dos conocidos viajeros, Robert Jacob Gordon y Jacobus Van Reenen, con los que consigue llegar a las fuentes del río Olifantes y recorrer parte del río Orange. Su diario, uno de los primeros en inglés que describen el interior de Sudáfrica, fue publicado en 1789 en Londres por J. Johnson. La edición que posee la BHI es la que apareció, en francés, acompañando a la edición de los viajes de Bruce impresos en Londres en 1790-92, Quatre voyages dans le pays des Hottentots et la Cafrerie, en 1777, 1778 & 1779 (BH FLL 34820).

 

Otro interesante testimonio nos ha dejado el viajero Paul Erdmann Isert, cirujano alemán que trabajo en los establecimientos daneses del África occidental desde 1783, cuando llegó a la ciudad de Christiansborg, en la costa del Oro, hasta 1786 en que tras un viaje al Caribe regresó a Europa. Su pasión por África le llevó a volver en 1788 muriendo al año siguiente a la edad de 33 años. Su relato, en forma de cartas, incluye mucha información sobre la región del Volta y de la costa de Guinea, además de detalles de su viaje al Caribe y sus negativas impresiones sobre las terribles condiciones de los esclavos en los viajes transatlánticos. La primera edición de la obra fue publicada en alemán en Copenhague en 1788 siendo muy pronto traducido al danés, en 1789, al holandés, en 1790 y al francés, en 1793. La edición que posee la BHI es precisamente esta última, impresa en París por Maradi en 1793, Voyages en Guinée et dans les iles caraïbes en Amérique (BH FLL 35062). Incluye unas observaciones metereológicas y dos ilustraciones con imágenes de pueblos de la zona.

 

FG 2872
Winterbotton, T. M. An account of the native Africans (Londres, 1803) BH FG 2872

 

De finales del siglo XVIII es la estancia de Thomas Masterman Winterbottom en Sierra Leona donde trabajó como médico de la Sierra Leone Company desde 1792 a 1796. A su vuelta en Gran Bretaña publicó un relato de su experiencias con abundante información sobre los nativos de la costa occidental africana en el que hace especial hincapié en aspectos médicos como la medicina tradicional africana o las epidemias de tripanosomiasis. La Biblioteca Histórica posee, procedente de la colección Francisco Guerra, una edición de este relato impresa en Londres por C. Whittingham en 1803, An account of the native Africans in the neighbourhood of Sierra Leone : to which is added, an account of the present state of medicine among them (BH FG 2872-2873)

 

El siglo XVIII termina, y con él este relato, con el primero de los grandes viajes auspiciados por la African Association, protagonizado por el escocés Mungo Park (1771-1806), que ya ha sido tratado aquí, como hemos leído hace unos días (Véase Folio Complutense). Con el viaje de Mungo Park asistimos al final de toda una época de paulatino y lentísimo descubrimiento de las fronteras del continente africano iniciándose, con el siglo XIX, una nueva fase en la relación de Europa con África marcada por el colonialismo como doctrina de desarrollo y que tiene como consecuencia el reparto de África y su explotación comercial y política. Paralela a la política colonial, se llevó a cabo una política de exploración geográfica de largo alcance a partir de la cual se emprendieron grandes expediciones a cargo de nombres tan famosos en la historia universal de los viajes como David Livinsgtone, Henry Morton Stanley o Richard Burton. Es un nuevo tipo de viajero, inmerso en un contexto político, social, religioso y científico muy distinto al hasta ahora estudiado. Y también los relatos que escribe son diferentes tanto en difusión editorial, que se dispara al acceder durante el siglo XIX muchas más personas al hábito lector, como en estilo literario o en base ideológica. Además, cambian también los medios de producción de los libros, de forma manual a industrial. Un nuevo mundo de relaciones y exploraciones se abre.

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Comentarios - 3

Joaquin

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Joaquin - 20-08-2015 - 16:16:26h

Muy buena entrada en el blog, me resulto muy interesante de leer y me agrado mucho

carmen

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carmen - 17-10-2014 - 16:18:47h

Es muy interesante la experiencia de leer este artículo,quisiera saber mas al respecto,sobre la entrada inglesa en el siglo XVIII,naturalista,piratas,aventureros,agradecería alguna indicación,gracias.Carmen Ledesma

M. Luisa García-Ochoa

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M. Luisa García-Ochoa - 25-02-2013 - 11:32:58h

Qué interesante. Leyendo estos relatos te das cuenta del arrojo de algunos científicos y, por suerte, de que se quedara su reflejo en los libros. Además, de las expediciones americanas conocemos más, pero Africa, es mi humilde opinión, es esa gran desconocida. Gracias.


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