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Un viaje de Castilla a Samarkanda en el siglo XV

Marta Torres Santo Domingo 9 de Septiembre de 2014 a las 16:10 h

La embajada que el rey Enrique III de Castilla (1379-1406), tercer rey de la dinastía Trastámara, envió a la lejana Asia de Tamerlán en los albores del siglo XV, sólo se entiende si se enmarca en la mirada preocupada que toda Europa tenía hacia las cosas de Oriente, donde el poder turco iba avanzando y la aparición por el este, en el corazón de las estepas asiáticas, de un poder superior hacía crecer las esperanzas en los reyes de Europa de encontrar un aliado para su mutua defensa. La política internacional de Castilla siguió, por tanto, la estela de la seguida por el Papado y los otros reinos cristianos europeos. [Seguir leyendo]

 

Hubo una primera embajada en la que Enrique III envió como representantes a Oriente a Payo Gómez de Sotomayor y Hernán Sánchez de Palaçuelo que fueron testigos del enfrentamiento, el 28 de julio de 1402, entre Tamorlán y el turco Bayaceto, en el que este último resultó derrotado. Los embajadores castellanos, tras expresar sus respetos al vencedor Tamerlán, volvieron a Castilla con una carta suya, además de unas doncellas cristianas rescatadas que casaron con nobles castellanos. Decidido el rey a seguir fomentando esta relación con Oriente, eligió a su camarero Ruy González de Clavijo como embajador para la siguiente expedición a Samarcanda, formada por unas catorce personas.

 

El viaje de Clavijo duró desde el 21 de mayo de 1403 hasta el 24 de marzo de 1406 y, además del indudable interés que despiertan las andanzas de un grupo de castellanos por aquellas lejanas tierras asiáticas, no cabe duda de que el éxito y fama del viaje proviene de haber sido escrito, copiado, difundido y transmitido a través de varios manuscritos y, finalmente, haber sido impreso, en varias ediciones. Es, por tanto, una obra característica del género literario de "libro de viajes", escrito con habilidad y objetividad. Es, además, la primera obra en lengua castellana que supera el límite de Jerusalén en la descripción de tierras y población lejanas.

 

Se conservan cinco manuscritos con la obra de los que el más importante y cercano al original es uno que custodia la Biblioteca Nacional de Madrid del siglo XV (BN Mss 9218); la BN conserva otro del siglo XVI y hay otro del siglo XV en la British Library.

 

La primera edición impresa del viaje lleva el título de Historia del gran Tamorlan e itinerario y enarracion del viage, y relacion de la embaxada que Ruy Gonçalez de Clavijo le hizo, por mandado del muy poderoso señor rey Don Henrique el Tercero de Castilla, y fue impresa en Sevilla, en casa de Andrea Pescioni en 1582, editada por el humanista Gonzalo Argote de Molina. Ejemplar muy valorado, se conservan al menos diez ejemplares en España (CCPB) además del que posee la Biblioteca Histórica ingresado con la colección Francisco Guerra. Este ejemplar ha tenido una azarosa e ilustre vida. Perteneció al Colegio de la Compañía de Jesús de Madrid, información que conocemos porque quedan restos en la portada de una nota manuscrita. En el siglo XIX formó parte de dos de las más importantes y famosas bibliotecas privadas pues tiene en la encuadernación el super-libros de la Biblioteca Salvá, y en el interior el exlibris de Ricardo Heredia, Conde de Benahavis (BH FG 2836). Ya en el siglo XX, Francisco Guerra pudo incorporarlo a su biblioteca, cumpliendo el sueño de todo bibliófilo, poseer algún ejemplar de esta preciada colección. Hoy, descansa en la Biblioteca Histórica. En Europa son conocidos, al menos, los ejemplares de la Biblioteca Nacional de Hungría, Biblioteca Estatal de Baviera (Munich) y la Biblioteca Jagelloliana de la Universidad de Cracovia, perteneciente a la famosa colección Volsciana (Fuente: Hand Press Book y catálogos impresos).

 

La segunda edición salió a la luz en Madrid, en la imprenta de Antonio de Sancha en 1782, editada por Eugenio de Llaguno (ver en Cisne). Es una obra muy característica de la cultura hispana de su tiempo y responde al movimiento de carácter erudito que crea la Academia en el siglo XVIII y que fomenta el estudio de la historia de España y la edición de obras consideradas clásicas. Se añaden además, los comentarios sobre Tamorlán realizados por García de Silva y Figueroa, embajador de Felipe III al rey de Persia en 1618 y cuyos manuscritos completos no fueron publicados hasta 1903. Se conservan muchos ejemplares. La Biblioteca Histórica posee hasta seis ejemplares, algunos de los cuales pertenecieron a las bibliotecas privadas de ilustres españoles del siglo XIX que luego los donaron a la Universidad de Madrid, como el que fue rector Fernando de Castro, el ministro de hacienda, Juan Francisco Camacho o el doctor Montalbán. Es una muestra representativa de cómo este viaje fue muy conocido y no faltaba entre las lecturas de los personajes cultos de la época. En España, aunque conocido y valorado entre especialistas, la recuperación viene con el estudio y publicación de uno de los manuscritos por Francisco López Estrada en 1943.

 

Como dice el propio López Estrada, la embajada a Tamorlán posee un equilibrio de difícil logro puesto que es mucho más que un documento oficial de cancillería y aúna la historia, la anécdota, la geografía, y una preocupación por el paisaje, los espectáculos urbanos, el campamento de Tamorlán, animales exóticos como jirafas y elefantes, etc. La obra nos va relatando todos los pormenores del viaje: costas e islas españolas, Córcega y Sicilia, islas griegas, Rodas, costas de Turquía, estrecho de los Dardanelos, Constantinopla, Mar Negro, Trebisonda, Asia Menor, Armenia, la montaña del Arca de Noe, Descripción de la Sultanía (Persia), penosidades del viaje, calor y sed en el desierto, rio Oxus, Samarcanda, ante Tamorlán, recepción de los embajadores, el banquete, los palacios, los embajadores chinos (del señor del Catay), las tiendas del campamento, las mujeres, los juegos, intercala unas noticias de la China, el regreso, la muerte de Tamerlán.

 

La descripción del mercado de Samarcanda, por ejemplo, está repleta de los colores de la Ruta de la Seda: "Esta ciudad está muy abastecida de mercadurías que vienen de muchas partes: de Rusia, y Tartaria cueros y lienzos; y del Catay paños de seda que son los mejores del mundo; y diamantes y especias; las cosas que del Catay vienen son las más preciadas pues dicen ellos que aventajan en lo que hacen a todas las naciones del mundo... y de la India viene a esta ciudad las especias menudas: nuez moscada, clavo, flor de la canela, genjibre y otras muchas...; e de cada día vienen muchos camellos cargados de melones tanto como es maravilla como se gastan e se comen..."

 

Ha sido una obra muy apreciada en todo el mundo, como demuestran las innumerables traducciones a diversas lenguas. En la actualidad, tras la desmembración de la antigua URSS, la independencia de Uzbekistan y la nueva valoración de la figura de Tamorlán, se ha recuperado en aquella república centroasiática la figura del embajador Ruy González de Clavijo, que en el siglo XV llegó a Samarkanda desde la remotísima tierra de Castilla. Incluso, se le ha dedicado recientemente una de las principales calles de Samarkanda, la que conduce al Mausoleo de Tamorlán (Gur-i-Emir), cuya mezquita él llegó a ver construir: "cuadrada, muy alta, con muchas pinturas de oro y de azul, y de azulejos y de yesería..." (En la foto, placa de la calle de Samarkanda).

 

Bibliografía:

  • Ruy González de Clavijo, Embajada a Tamorlán, edición de Francisco Lopez Estrada, Madrid, Instituto Nicolás Antonio, 1943 (posteriores ediciones, 1999, 2004)
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Comentarios - 3

antonio caballos

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antonio caballos - 3-11-2014 - 21:01:02h

Nada que añadir al comentario anterior, en nuestra epoca, en la que las guias abundan y en la que los viajeros, no acuden tanto como debieran a los libros de viaje, que les darian diversos puntos de vista de su destino, aparte del propio y del que ofeces las frias (y frecuentemente malas aunque necesarias guias de vieje) Este viajero singular deel que nuestras grandes bibliotecas deberian de hacer mayor difusion aun, nos muestra un mundo en el que viajar era una aventura, por tanto la lectura de sus comentarios en su viaje a Samarcanda, es fascinante.
¿CUANDO UNA EXPOSICION EN LA B. HISTORICA DEL LIBRO DE VIAJE CLASICO EN SUS COLECCIONES?

viajesporelmundo

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viajesporelmundo - 28-10-2014 - 12:36:15h

Me encanta todo lo relacionado con viajes
Muy bueno el analisis bibliografico!!!

Victoria Fernández

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Victoria Fernández - 10-09-2014 - 11:34:48h

Interesante el análisis bibliográfico de aquella aventura-embajada. A raíz de mi viaje al Asia Central en 1990, se me despertó la curiosidad por aquellas tierras, y por los viajeros de la época, y así llegué a Gonzalo Ruy de Clavijo y su embajada al Gran Tamerlán o Tamorlán, como dicen algunos. También se despertó mi curiosidad por lo que yo llamo viajeros de la pluma, o sea por los escritores modernos y contemporáneos que han escrito sobré o a través del lugar y de la época. Me gustó especialmente Samarcanda, de Amin Maalouf, que hace una descripción en la que nos descubre un Islam amable, alegre, que ama el vino y la poesía. Nada que ver con el que conocemos hoy, ¿verdad? Descubrí en él a un gran poeta, Omar Jayyam, y a sus espléndidas Rubaiyat (cuartetas).


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