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Sunset Park de Paul Auster

Carlos Lombas 1 de Marzo de 2011 a las 09:35 h

"A veces sucede así en la vida: cuando son los caballos los que han trabajado, es el cochero el que recibe la propina", Daphne du Maurier.
Sunset Park es un barrio de New York que combina construcciones de estilo neoclásico y art deco; está situado en uno de los puntos más altos de Brooklyn, con una magnífica vista de los rascacielos de Manhattan, Nueva Jersey, Staten Island y de la estatua de la libertad. Cuenta con una de las mayores comunidades chinas en la ciudad. También lo pueblan los hispanos de Puerto Rico, República Dominicana, y América Central y del Sur. Así mismo hay un gran número de finlandeses, noruegos, italianos, irlandeses, judíos, ortodoxos...

Cuando leemos, antes casi de pasear por las primeras líneas, hay una predisposición a acercarnos a otras realidades, con el fin de deambular un tiempo porel mundo que nos rodea, tan incómodo y vejado como lo percibimos. Para eso Sunset Park, de Paul Auster es un magnifico tabloide que nos introduce en esta actualidad, que no resiste ni el coste de nuestra respiración.

Según dicen algunos de sus críticos, podría subtitularse "Seis personajes ricamente dibujados en la búsqueda de un espacio". Existencialistas que están tocando fondo, o a punto de hacerlo, y donde todos tienen algo roto o perdido; pero aunque inservible, lo conservan. Entre esos residuos, pegados a su vida, con consecutivas desapariciones y "reapareceres", que desean también rehabilitar, están sus afectos.

 

Ese 2008 que hundió la economía americana, mientras los grandes bancos y aseguradores eran intervenidos, y Obama llegaba al poder; una dura realidad social y política, toca con sus vaivenes todos los ámbitos construidos, pasados y presentes, del protagonista, hasta llegar a aquella propiedad ajena.

 

Milles lleva ocho años lejos de la comodidad familiar, que le correspondería vivir si se hubiese quedado con sus padres. Se va tras oír una conversación entre su padre y su madrastra, sobre él y su carácter, a lo que suma su culpabilidad por un hecho fatal, fruto de la casualidad. Es el hijo que necesita explorar el mundo, para conocer la verdadera realidad de una vida que empieza desde cero. Tras abandonar la universidad, limpia casas embargadas, fotografía enseres abandonados, trabaja en cocinas de restaurantes y conoce a Pilar, menor de edad, por una coincidencia lectora.

 

El padre editor, se resiente de su empresa. La madre, niña-actriz famosa, quiere volver a tener éxito en Broadway, interpretando un monólogo de Samuel Beckett: Días felices, que inicia la obra enterrada de medio cuerpo y luego acaba enterrada hasta el cuello; es egocéntrica. O su madrastra, Willa, devorada por misterios, miedos y rencores como los de los demás, y que tras el reencuentro con su hijastro, huye a Londres buscando lucidez, para no obstruirse con el detritus familiar.

 

Todos los personajes desean algo en cada escena, y en cada capítulo piensan que el paraíso está al lado, incluso Milles, que huyendo de chantajes llega a la colorida casa okupada de Sunset Park, donde le ha atraído su antiguo amigo Big, topo del padre. Comparten techo con Ellen, pintora, que trabaja en el PEN club y en una inmobiliaria; y con Alice, obsesionada con su tesis doctoral, sobre "Los mejores años de nuestra vida" de Willy Wilder, film que todos ven en algún momento de esta aventura narrativa. En este hábitatse mueve la novela.

 

Las cosas que Milles ayuda a reparar en el hospital de los objetos rotos con alma, de Big, vuelven a su estatus de nómadas, después de estar rehabilitadas. Y mientras, a él, no le faltan ilusiones, como explica al acercarse de nuevo a su padre, a su madre y a su madrastra. 

 

La literatura, el cine, el teatro y el beisbol son universos tan importantes como la propia vida, con tanta exactitud en nombres, fechas, resultados y curiosidades, que pegados a los sentimientos, son el otro hilo conductor, al lado de sus problemas económicos o morales.

 

Guiados por ideales que imaginaron en la absoluta comodidad, describen cuan diferente es la realidad del día a día, que no nos permite nada, salvo el acomodo al acoso y a la privación, a pesar de la gran capacidad intelectual de todos.

Una visión subjetiva hace que estos personajes, en los aledaños del otro, busquen su identidad, sabiendo que con su trastocada sexualidad, han de esquivar el sinsentido vital.

Todos están descritos más ampliamente, y por tanto aparecen muy completos.

Es una novela bastante formal y nada dogmatica.

 

"Nunca leo novelas ni ensayos, sino biografías. Para mí, es más importante la vida de un hombre que sus sueños de papel" Lindsay Kemp

Paul Auster nació en 1947 en Newark y creció en sus suburbios y, al igual que tantos otros niños de U.S.A, sentía una gran pasión por el beisbol. No obstante su temprana afición por la escritura le hacía un poco distinto de éstos. La lectura de un libro cuando sólo tenía 15 años, Crimen y Castigo (F. Dostoievsky), le hizo estar seguro de cuál quería que fuese su profesión: escritor. Al terminar los estudios secundarios pasó una temporada viajando por Europa (Irlanda, Francia, Italia y España. Antes de ganarse la vida profesionalmente como escritor realizó muchos otros tipos de trabajo: camarero, jardinero, encuestador...

Tuvo una infancia difícil, pues la madre, después de dar a luz a su hermana, comenzó a padecer trastornos psicológicos graves. Auster inició entonces, lo que él llama su "exilio interior", cuando se sentía un extranjero en su propia casa. En 1959, uno de sus tíos, en viaje por Europa, dejó en su casa una serie de cajas conteniendo su biblioteca. El jovencísimo Auster devoró caja tras caja de libros, y extrajo de ahí grandes dosis de placer nunca antes sentido, cosa que le alejó aún más de sus progenitores. Surgieron los primeros poemas, y su tío, al volver del viaje, le asesoró y criticó: "era un hombre estricto", según él mismo ha declarado. Después de graduarse en la Universidad de Columbia (M.A., 1970), se trasladó a Francia, donde empieza a traducir los trabajos de escritores franceses y a publicar sus propias obras en revistas americanas

Su relación con Lydia Davis empezó en 1966, y no se casaron hasta 8 años después. Paul y su mujer pasaron una larga temporada en París, lugar en el que él ya había estado en su época de estudiante. Durante este periodo pasaron algunas dificultades económicas, hasta el punto de plantearse su regreso a los Estados Unidos. Una oferta de trabajo consistente en ser cuidadores de una casa de campo situada en Provenza hizo que el regreso se alargara hasta 1974. Ya en Nueva York, ambos se dedicaron, no por gusto sino por necesidad, a la traducción. Durante muchos años su situación financiera fue más bien deficiente, hasta el punto que en 1978 Paul llegase a presentar un juego de cartas que había inventado de niño como un intento desesperado de conseguir fortuna.
Años más tarde, el éxito de sus libros y la fidelidad de sus lectores consiguieron que la pareja pudiera experimentar una situación mucho más confortable..

Obtuvo renombre por una serie de historias experimentales sobre detectives publicadas colectivamente como La Trilogía de Nueva York (1987):Ciudad de Cristal (1985), Fantasmas (1986), sobre y La Habitación Cerrada (1986).Otros libros son:El Palacio de la Luna (1989) y Leviatan (1992). La Invención de la Soledad (1982) es a la vez un recuerdo sobre la muerte de su padre y una meditación sobre el acto de escribir Además, es autor de varios libros de poemas, como Espacios blancos (1983), Fragmentos del frío (1988) y Cimientos (1990), así como de El arte del hambre (1992), una recopilación de artículos y ensayos sobre literatura francesa, inglesa y estadounidense. Y también las novelas La Música del Azar (1990), Mr. Vertigo (1994) y Tombuctú (1999). Paul Auster ha trabajado también como guionista en The music of chance (1993), Smoke (1995) y El centro del mundo (2001), como codirector en Blue in the face (1995) y como director en Lulu on the bridge (1998)

En la colección de relatos Creía que mi padre era Dios (2002), realizó una propuesta inusual: invitó a los oyentes a participar en un programa de radio contando una historia verdadera. La respuesta fue abrumadora: más de cuatro mil relatos de los que seleccionó y editó ciento ochenta, y que componen un volumen extraordinario. En mayo de 2006 rodó en Portugal su segundo largometraje en solitario, La vida interior de Martin Frost. Luego vinieron: El libro de las ilusiones, Brooklyn Follies, Viaje por el scriptorium, Un hombre en la oscuridad, e Invisible .

Auster también fue editor en Random House y es traductor de poetas franceses, de ensayos y poemas de Joan Miro, Jacques Dupin, Jean-Paul Sartre, Stephan Mallarme, y Jean Chesneux, entre otros. Es Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia desde 1993; recibió el Premio Medicis de literatura extranjera en ese mismo año; el de la American Academy and Institute of Arts and Letters en 1990; el Premio de la fundación Ingram Merrill, en de traducción del Centro del Club PEN. Fue profesor de escritura creativa en la Princeton University de 1986 a 1990 y Premio Príncipe de Asturias en 2006. (datos canalook). 

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