Biblioteca Complutense

Exposiciones 2006

 

Memoria de un curso. Cuaderno de bitacora

Se trataba de hacer un diario de clase personal, a modo de cuaderno de bitácora -el diario de navegación-, pero de un curso, de una asignatura. El ir y venir en un espacio-tiempo, entendido de una manera abierta: "diario a diario", o algún asunto tangencial, pero con la asignatura de Dibujo siempre de fondo. En estos Cuadernos de Bitácora de los alumnos hay muchos que son cuadernos de campo, otros son diarios personales, y casi todos se podrían nombrar como libros de artista, un concepto e idea muy actual de hacer arte, que también ha popularizado la red con los "blogs"

 
La poesía en Dimitri
Los libros son objetos que nos permiten abrir los ojos para entrar en la memoria Así compone su propio universo el grabador Dimitri Papagueorguiu, conducido a través del laberinto de la memoria, consiguiendo transportarnos, con sentimentalismo, al mundo rural griego y su peculiar iconografía: el campo, los labradores, los olivos, los frutales, los cipreses, las aves, las flores, la luna, el amor, la poesía. Cada uno de estos elementos son partícipes de la amplia experiencia personal derivada de una búsqueda de lo íntimo que muestra como consecuencia un lenguaje sincero, relatado junto a un arte que resulta ser universal: el grabado.

 
Libros, juguetes y otros artilugios
Había dos propuestas: una, que cada alumno elegía un poeta y su libro para hacer sobre él una intervención y apropiárselo en un juego plástico. Otra, crear un juego o un juguete y, para poder encontrar su lugar en la Sala de la Biblioteca, acompañarlo de un "librito de instrucciones". Hay que reconocer que los juguetes de los artistas se salen de lo convencional, son especiales, están llenos de poesía. Lo del juguete tiene una historia: durante el curso 2004-2005 nos dio una charla en clase Fernando Antoñanzas sobre "artistas y juguetes", a propósito de su tesis. De ahí surgió la necesidad de crear un juguete o juego (por cierto, Fernando nos acompaña en la exposición). El título salió de una manera espontánea, "Libros, juguetes y otros artilugios": lo de libros y juguetes se explica solo, y lo de artilugios... pues es que había cosas que eran eso, artilugios que estaban llenos de poesía y ganas de jugar. El cartel es obra de Natalia Tallante, que participa en la exposición. La muestra ha generado una ilusión colectiva entre los alumnos, el proceso ha sido muy cálido y muchos de ellos, estoy segura, descubrirán entre el juego y la poesía cosas nuevas sobre sí mismos.

 
Libros, cuadernos y tarjetas
Entre la palabra y la pintura Antonio Oleaga abre el espacio de una poética visual, vinculando definitivamente la grafía de la escritura con el trazo del pintor. Los títulos son un eco marítimo de ese trayecto, Apreciaciones del joven Ulises, Muerte de un caballo español, Derroteros I y II, La niebla en Bermeo, la negra Iberia o los Inquisidores, ellos dibujan una orientación y, sobre todo y más importante, construyen una mirada, una determinada forma de mirar que conoce y descubre el peso de la palabra. Con toda propiedad podemos hablar en estos libros de un desbordamiento plástico del texto, superficie de un viaje que conoce el rumbo pero no sigue una única dirección. El libro como tejido cuyo dibujo se forma según el trayecto, según los desplazamientos provocando la aparición de un nuevo espacio que es a la vez imagen y texto; una voz que pronuncia la continuidad entre la mirada y la palabra entrelazados en un mismo sonido. Sin embargo, no se debe olvidar que el papel en el que escribe el pintor tiene una vida anterior, está ya sucio a diferencia de la página en blanco del escritor donde los signos se deslizan sin encontrar resistencia alguna (Roland Barthes). Las páginas del pintor contienen ya el espesor de la pintura, la textura accidentada de un relato que continuamente se va construyendo y deshaciendo ante nuestros ojos.

Laberinto-Biblioteca

Ángeles Del Canto

Los libros quehan acompañado a la artista a veces han sido laberintos, sitios donde perderme y lugares de los que buscar la salida, como su propia vida. Los signos y las palabras han estado presentes en el juego de su pintura, también como laberintos en los que destapar sus verdades -y sus mentiras- así como sus discursos y silencios.

Cuadernos de viaje & Libros de artista 

Rosell Meseguer

Todo empezó con la bajada a una mina en mi infancia, un verdadero laberinto de galerías. Entonces yo vivía en la costa, Cartagena, y algunos días mi padre nos llevaba a visitar barcos como una corbeta o un submarino. Aquellos viajes, que tocaban desde la sal de las salinas hasta los astilleros, se han materializado en diversos proyectos relacionados con la memoria del espacio olvidado y abandonado, del mundo del subsuelo y los espacios de la costa, convirtiéndome en una rastreadora de vestigios, documentos y archivos. Los proyectos se basan en numerosas ocasiones en libros y cuadernos de ideas e imágenes que en muchos casos llegan a ser parte de la obra final; éstos se complementan con cuadernos de viaje y estancias en determinados sitios donde se ha desarrollado un proyecto.

 
Enoiro. Libros de ciencia, libros de arte, libros de ética
Los artistas de esta exposición no han realizado libros, sino representaciones de libros utilizando terracota, barro y papel. Estos libros representados convierten la lectura y el saber escrito en pasiones exigentes e inexcusables sentidas en el cuerpo.El esfuerzo intelectual de la persona que estudia se nos muestra en estas obras como una superación física: el placer y el esfuerzo de la lectura es un proceso que al mismo tiempo agota y vivifica los brazos, las piernas, la cara. En las obras de Enoiro la mente es la carne.
A partir de un texto de José Antonio Marina, la exposición se ordena sobre tres pilares: la ciencia, la ética y el arte entendidos como caminos para humanizar el mundo. Las vivencias de los artistas son un cuarto componente añadido durante el proceso creativo; literalmente han dejado sus huellas en la materia, la exposición nos 
contagia un componente biográfico muy emocionante.

 
 

 
El otro libro

Wendou Zhou

Las obras que, en este momento, espectador, te enseña Wendou Zhou, se plantean en torno al concepto del libro como símbolo e identidad cultural. Obsérvalas como códigos intelectuales que este singularísimo creador ha hecho renacer, individualmente, alternando la fisicidad primitiva de cada pieza para, así, descontextualizando su uso y privándolos de su contenido, generar objetos nuevos que le han permitido explorar toda la plasticidad subyacente en libros anónimos.
Deléitate con estas esculturas cuyos recortes premeditados dibujan formas que facilitan la percepción de ideas exógenas a la materia que las conforman. Libros que, si bien como símbolos del saber coquetean con el conocimiento, aquí son sometidos, como pretexto, a un tratamiento artístico que traspasa su finalidad intrínseca, como elemento de lectura, para, a través de su construcción, transformación y destrucción, convertirse en símbolos, imposibles de leer, que nos hacen percibir el otro espacio de la realidad no visible pero sí intuida.