Biblioteca Complutense

Semblanza de Juana Capdevielle

Juana Capdevielle San Martín, mujer de la Edad de Plata.     Juana Capdevielle

Nació en 1905 en Madrid y cursó los estudios secundarios en Pamplona a donde se había trasladado con su familia. De 1924 a 1928 cursó la carrera de Filosofía y Letras, sección de Historia, en la Universidad Central, nuestra actual UCM.

En 1930 entró a formar parte por oposición del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios. Su primer destino fue la Biblioteca Nacional y posteriormente en  1931 fue trasladada a la Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central.

Durante esos años la Universidad Central reunió a una importante parte de los intelectuales españoles que han dado nombre a la llamada Edad de Plata. Su estancia en la biblioteca de la Facultad coincidió con un momento de profundo cambio de la Universidad y también de su biblioteca, con una nueva organización administrativa y nuevas ideas y retos en los que Juana participó encantada, como el traslado de los fondos dispersos en varios emplazamientos de Madrid al actual edificio de la Ciudad Universitaria (el actual edificio A) o la aplicación de sistemas técnicos como la Clasificación Decimal Universal, utilizados ya en Europa y Estados Unidos y en las bibliotecas catalanas. Pero también el hecho de considerar la biblioteca un servicio abierto a la Universidad y a toda la sociedad significaba abrirse a los nuevos tiempos, “la biblioteca de la Universidad, una rueda más en el perfecto engranaje universitario, un elemento de cultura, un instrumento de formación para los ciudadanos españoles de mañana” (“La biblioteca de Filosofía y Letras”, Compluto (1932), p. 15)

Participó activamente en la Asociación de Bibliotecarios y Bibliógrafos de España creada en 1934 y que organizó el II Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía que se celebró en la Universidad de Madrid en 1935, y en el Seminario de Biblioteconomía de la Universidad de Madrid, cuyas actividades, además de las tareas técnicas, iban orientadas a que el bibliotecario español tomase conciencia de su misión y fuera un elemento activo en la sociedad. Una de esas actividades de la Asociación fue el desarrollo del servicio de lectura circulante a los enfermos del hospital Clínico y de la Cruz Roja en el que Juana colaboró muy activamente.

Esa misma concepción de la biblioteca volcada en la sociedad la compartió en sus trabajos como socia bibliotecaria del Ateneo Científico y Literario de Madrid, que era en esos años un centro de ideas, debates y espíritu de libertad.

Y Juana, ¿qué pensaba de la vida, de su mundo? En 1934 acudió a las Primeras Jornadas Eugénicas Españolas de Genética, Eugenesia y Pedagogía sexual con una conferencia titulada “El problema del amor en el ambiente universitario”. Con sencillez y de una manera personal, abordó el problema de su generación en cuanto al sexo, al amor y al matrimonio “en su sentido más amplio, la unión de dos seres libres y conscientes”.  Juana pasea por esos “tipos” de hombre y de mujer de la sociedad española con respecto a estos tres asuntos en esos años del siglo XX que ella llama la posguerra (y que tristemente nosotros llamamos hoy entreguerras).  Eran tiempos convulsos, de desorganización, de nacionalismo exacerbado, de cambio de la sociedad y de las creencias, de desorientación emocional de los jóvenes… “El mundo ha cambiado porque el punto de vista moral ya no es el mismo”. Y esa transformación en el caso de la vida de las mujeres era mucho mayor, cada generación nueva de mujeres estaba a siglos de la anterior.  El mundo avanzaba muy deprisa y Juana creía en el amor como sostén de la vida, como una necesidad del individuo, aunque no la primera ni la más importante, porque para ella lo fundamental era “levantar lo que debe ser el edificio vital: la actuación social”.

Juana Capdevielle San Martín, bibliotecaria, mujer brillante, entusiasta de la vida, consciente y comprometida con el mundo que le había tocado vivir, murió ajusticiada, muy joven, en 1936.

Fotografía: Agencia EFE