Biblioteca Complutense

Facsímiles biomédicos en la Biblioteca Complutense

La Biblioteca de Geografía e Historia de la Universidad Complutense de Madrid cuenta con un riquísimo fondo de facsímiles, de los que casi una veintena se relacionan con la medicina, entre los que sobresalen la Cirugía de Roger de Salerno, el Tacuinum de Viena, el Codex Granatensis, o los recientemente adquiridos Libro de los medicamentos de Federico II y Atlas de Felipe II, junto con los no menos importantes facsímiles de incunables del Libro de las comadres de Damián Carbón o del De humani corporis fabrica de Andrea Vesalio. Todos estos se muestran en la exposición, habiendo quedado fuera otros por motivos de espacio.

En la Facultad de Farmacia también hallamos un corpus facsimilar muy interesante, en el que hay auténticos pozos de sabiduría, como el Libro de simples de Mateo Plateario, el Kitāb al-diryāq (Triaca de París) o el Hortus sanitatis de San Isidoro de León, además del facsímil de un incunable del Dioscórides, del s. XVI y en castellano, que figura bajo el título Historia de las yerbas. Tenemos la fortuna de contar con dos de ellos en las vitrinas de la exposición, prestados gracias a una fructífera colaboración interfacultativa.

Ambos repertorios son mucho mayores que los existentes en el resto de facultades complutenses del área biosanitaria (Biología; Medicina; Odontología; Psicología; Enfermería, Fisioterapia y Podología; Óptica y Optometría) y en la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, con facsímiles de incunables y de antiguos libros impresos del área de la medicina, como un Canon de Avicena del siglo XV  https://patrimoniodigital.ucm.es  y un florilegio de Guy de Chauliac del siglo XVI https://patrimoniodigital.ucm.es, ambos  accesibles desde la web Patrimonio Digital Complutense.

La exposición La Biomedicina en los facsímiles de la Biblioteca Complutense es una invitación a redescubrir libros de las distintas áreas sanitarias, desde la dietética hasta la obstetricia, pasando por la farmacopea, la cirugía o la anatomía. Tomándonos una licencia poética hemos recurrido el término biomedicina, un anacronismo de nuestro tiempo, que refleja la amplitud disciplinar y la transversalidad de todo aquello que ha tenido que ver con la salud a lo largo de la historia, donde más allá de una parcelación coexistieron y se relacionaron el bienestar corporal y el mental, el descanso y la alimentación, la administración de fármacos y la intervención quirúrgica. 

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Entre el conjunto biomédico de facsímiles rescatado para la presente exposición predominan los textos medievales. No obstante, se han incluido algunas joyas de otras cronologías, como el Atlas de Felipe II, que incorpora flora y fauna del Nuevo Mundo con una calidad artística extraordinaria. Este facsímil es una nueva adquisición que muestra la voluntad de seguir incrementando los fondos facsimilares complutenses, pues constituyen una herramienta de estudio e investigación de primer orden. 

La Universidad Complutense de Madrid cuenta además con una extensa red de museos y colecciones, varios de ellos relacionados con la biomedicina. Hemos querido incidir en los paralelismos entre bibliotecas y museos, dos instituciones hermanadas desde la puesta en funcionamiento de la Biblioteca y Museo de Alejandría y que también en la UCM se dan la mano. Los facsímiles seleccionados presentan paralelismos con piezas custodiadas en museos y colecciones complutenses; así, la piedra bezoar representada en el Lapidario y el unicornio en el regazo de la dama del Bestiario de Oxford hallan su contrapunto en las piedras bezoar y el cuerno de narval, reales, del Museo de Farmacia Hispana; las plantas del Libro de simples de Mateo Plateario, en las especies botánicas de los Herbarios MAF de Farmacia y MACB de Biología; y el armadillo del Atlas de Felipe II, en la caja de resonancia del charango del Museo de Arqueología y Etnografía de América (ID 736), prestado para esta muestra. 

La exposición se estructura atendiendo a los fondos existentes en Geografía e Historia, siendo estos los que guían y vertebran el discurso. Así, hay una primera sección dedicada a la farmacia (libros de simples y compuestos); una segunda orientada a la dietética (explicada a través de los Tacuina); una tercera centrada en la anatomía, cirugía y disección, saberes que caminaron de la mano; una cuarta focalizada en la obstetricia; y una última que pone el acento en la revolución del conocimiento que implicó el descubrimiento del  Nuevo Mundo para los europeos del siglo XVI. Ha quedado fuera una sección dedicada a la medicina general, por no contar con ningún facsímil ilustrado del Canon de Avicena, uno de los libros más extensamente copiado y traducido de la historia de la medicina, y del que la Biblioteca Municipal de Besançon conserva un magno códice profusamente iluminado (ms. 0457) (https://initiale.irht.cnrs.fr/codex/990)  

Hay que reconocer el esfuerzo colectivo de los que nos precedieron y se preocuparon por adquirir facsímiles, destacando las personas del extinto Departamento de Historia del Arte I (Medieval), que periódicamente destinaban una parte de su presupuesto a la adquisición de estos costosos ejemplares para su posterior donación a la Biblioteca de Geografía e Historia, donde siguen a día de hoy. Estos ejemplares se adquirieron por la enorme riqueza iconográfica que presentaban y aunque la mayoría de ellos fueron libros de horas, salterios, beatos, biblias, bestiarios y otros textos de índole religiosa, una pequeña parcela la constituyeron libros con contenido médico, como los Tacuina, porque a la vez que informaban sobre los conocimientos sanitarios del momento, eran una ventana a la vida idílica de las élites medievales.


Fol.84r del Codex Granatensis, ca.1400, Universidad de Granada BHR/Caja 001
Facsímil de la Biblioteca de Geografía e Historia y original Biblioteca de la Universidad de Granada


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