El asombro desde el punto de vista de la psicología
El asombro es una emoción compleja y fascinante que ha sido estudiada en psicología desde varias perspectivas.
En términos generales, el asombro es una reacción emocional ante algo inesperado, novedoso o sorprendente, que nos provoca una sensación de maravilla y desconcierto. Esta emoción es capaz de generar una profunda sensación de admiración y, a menudo, está relacionada con experiencias que nos confrontan con algo fuera de lo común, ya sea en el ámbito natural, en el arte, en la ciencia o en nuestras relaciones sociales.
El asombro está en el origen de los poemas, las obras de arte, de la cultura en general… Nos asombra la inmensidad, no solo física (la extensión del océano, la del cielo infinito en una noche estrellada, …), también temporal (el asombro al pisar el mismo suelo que los habitantes de Pompeya, o el mismo espacio en la gran Pirámide que edificaron hombres hace miles de años).
Nos asombra la belleza de un poema, de un cuadro de Renoir, de una sinfonía de Haendel; la arquitectura de la ópera de Sidney, la perfección de una margarita, el vuelo casi perfecto de un halcón, el coraje de los guerreros espartanos de Leónidas…
El asombro puede surgir tanto por lo grandioso como por lo pequeño. Por algo físico o por una acción u omisión.
Además, el asombro tiene un componente subjetivo. Mi asombro por el sonido de mar puede no serlo para mi compañero de viaje. Su asombro por el rostro sonriente de su hijo puede serme completamente indiferente.
El grito. Edvard Munch. Existen cinco versiones: dos a pastel (1893 y 1895), dos al óleo (1893 y 1910) y una litografía de 1895.
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Desde el punto de vista psicológico, el asombro se considera una emoción positiva, aunque a menudo tiene un componente de incertidumbre, ya que la persona que lo experimenta siente tanto admiración como desconcierto ante lo desconocido o lo incomprensible.