Biblioteca Complutense

Joaquín Xirau i Palau

Cabecera Xirau


«Entre la aspiración heroica y suprema, que desde lo más alto se desploma, y la cómica desarticulación de la vida, representa la filosofía la suprema reconciliación. Sin reducirse a la una ni a la otra, la actividad amorosa - esencial a la vida filosófica - las incluye a ambas y representa en su plenitud la integridad de la vida y del alma humana».

XIRAU, Joaquín. Obras completas. Tomo 1, Escritos fundamentales. Barcelona: Anthropos ; Madrid: Fundación Caja Madrid, 1998, p. 210


XIRAU [PALAU], JOAQUIM (1895-1946)

Nac. en Figueres, fue profesor en la Universidad de Barcelona —donde reunió a un grupo de discípulos: J. Calsamiglia, D. Casanovas, J. Maragall, el autor de este libro, etcétera— y luego en la Universidad Nacional de México. Educado en la Universidad de Barcelona, formado luego espiritualmente bajo el magisterio de don Manuel B. Cossío e influido filosóficamente por García Morente y Ortega y Gasset, Xirau ha llegado a la formación de una doctrina filosófica que, siguiendo la tradición del idealismo antiguo y moderno, intenta, a base de experiencias personales de filiación metafísica y religiosa, superar el intelectualismo tradicional. Con ello se enlaza, por otro lado, con las corrientes contemporáneas que, desde los más variados supuestos, siguen una dirección común, en particular con la fenomenología y con las incitaciones schelerianas. A este efecto procura establecer un orden del amor destinado a solucionar también la crisis de la relación entre ser y valor, crisis que se ha ido ahondando a lo largo de toda la filosofía moderna. El conflicto entre la absoluta espontaneidad del acto y la absoluta rigidez del puro ser es debido, según Xirau, a la aplicación de la lógica intelectualista a un problema irreductible a ella. El ser no es nunca exclusivamente en sí ni en otro. Todo lo contrario: para que algo propiamente sea es menester que se encuentre en la confluencia de estas dos formas absolutas del ente, que pueden llamarse, alterando muchos sentidos tradicionales de estas expresiones, lo subjetivo y lo objetivo. Ser es distensión y trascendencia, pero no arranque ni término absoluto del trascender; el perpetuo fluir de lo real debe mantener una dirección, orientar su curso según esquemas intemporales y eternos. «El ser concreto resulta así de la cooperación de dos eternidades: la eternidad de la fluencia dinámica e intensiva, y la eternidad de los elementos inmutables que la definen y la encuadran» (Amor y Mundo, 1940, pág. 174). Sólo así será posible llegar a una «personalización» de la realidad que la consideración puramente «objetiva», ayuna de impulso amoroso, rehuye, porque niega la intimidad y la abertura del ser a lo externo. La consideración separada del ser y del valor queda solucionada en cuanto admitimos que uno y otro «se dan en la contradicción y en la confluencia»; en otros términos, en cuanto suponemos que ni el ser ni el valor se encuentran en un puro «sujeto» o en un puro «objeto», los cuales no son, en el fondo, sino una pura nada. La realidad es subjetiva, mas de una subjetividad que no excluye lo objetivo: «el arco sujeto-objeto —dice Xirau— es la categoría suprema que hace posible la realidad dinámica del ser y del valor» (op. cit., pág. 197).

Reine Guy (op.cit. infra) ha destacado el carácter armónico del pensamiento de Xirau, el haber ligado en una síntesis válida para la época presente las tradiciones procedentes de Llull y Vives, los ideales educativos promulgados por el krausismo español, el humanismo socialista y el pensamiento de Bergson y Scheler. Se trata, según Reine Guy, de una fenomenología nutrida de esos diversos elementos con una metafísica del amor como centro y un conjunto de ideales destinados a la reforma de la sociedad por medio de la educación.

Desde 1989 el Ateneo Barcelonés concede anualmente el Premio Joaquim Xirau de Ensayo.

 

Obras:

 

Edición de obras:

 

Bibliografía:

 

Véase:

 

Fuente: Diccionario de Filosofía Ferrater Mora