Biblioteca Complutense

María Zambrano

Cabecera Zambrano


«Y así vemos ya más claramente la condición de la filosofía: admiración, sí, pasmo ante lo inmediato, para arrancarse violentamente de ello y lanzarse a otra cosa, a una cosa que hay que buscar y perseguir, que no se nos da, que no regala su presencia. Y aquí empieza ya el afanoso camino, el esfuerzo metódico por esta captura de algo que no tenemos, y necesitamos tener, con tanto rigor, que nos hace arrancarnos de aquello que tenemos ya sin haberlo perseguido».

ZAMBRANO, María. Filosofía y poesía. México: Fondo de Cultura Económica, 1987, p. 16


ZAMBRANO, MARÍA (1907-1991)

Nac. en Vélez-Málaga, profesora auxiliar en la Universidad Central y profesora de filosofía luego en varias universidades de la América de lengua española (México, Cuba, Puerto Rico), recibió la influencia de Ortega y Gasset y desarrolló en forma propia algunas de sus ideas. Entre ellas mencionamos la elaboración de la distinción entre ideas y creencias (véase Creenciaque le condujo a la afirmación de que hay un sustrato todavía más fundamental en la vida humana que el del conjunto de creencias: la esperanza. María Zambrano trabajó en el tema de la filosofía y la poesía (o, mejor, de la vida filosófica y la vida poética), destacando en qué sentidos se oponen y complementan; en el problema de la relación entre la filosofía y el cristianismo, y en el problema de la razón como «razón mediadora» patente, a su entender, en los estoicos. Finalmente se consagró al examen de lo divino, no como tema sociológico, sino metafísico y, desde luego, religioso: lo divino puede ser descrito como un temor que embarga al hombre y a la vez le sostiene. Característico del pensamiento de María Zambrano, ya desde sus primeras páginas acerca del «saber del alma», es el tomar el problema filosófico como algo muy distinto de un problema técnico: la filosofía es un acontecimiento —y aun un acontecimiento radical— en la vida humana, tanto más interesante cuanto que resulta, a la postre, insuficiente para colmar la abertura total de su esperanza —una esperanza que hay que concebir unida siempre a una desesperación—. Por eso los temas de la filosofía son últimamente para María Zambrano (para utilizar el vocabulario de Marcel) misterios y no problemas (véase Misterio).

 

Obras:

 

Edición de obras:

 

Véase:

 

Se han dedicado a su obra algunos números monográficos de revistas:

 

Fuente: Diccionario de Filosofía Ferrater Mora