La muerte a través de la literatura en la Antigüedad
La literatura surge de los relatos orales, los cuales transmiten historias mediante narrativas específicas. Una de estas narrativas, y de las más significativas, es la que aborda el tema de la muerte. En la Prehistoria, la muerte comienza a mostrar sus primeros aspectos de interés, pero es en el nacimiento de estos relatos donde vemos la importancia de lo ritualístico y la cosmogonía que los envuelve.
Este es un interés que comparten todas las culturas de la Antigüedad. Cada una de estas culturas desarrolla su propia visión de la muerte y la refleja en textos de gran interés, que se ven plasmados en distintos soportes (papiro, relieves, tablillas, etc.), con el fin de perpetuarse en el tiempo como legado y fuente de conocimiento. Mientras algunos de estos textos perseguían la perpetuación del poder o la inmortalidad, otros giraban en torno al renacer y la transformación, o describían viajes al más allá. Este último grupo concebía el más allá como un umbral que conecta el nacimiento con la realidad, sirviendo como el primer registro escrito de unos conocimientos que, hasta entonces, solo se transmitían oralmente.
Un ejemplo de ello, en el territorio del Próximo Oriente, lo encontramos en la tablilla XII de la Epopeya de Gilgamesh. El relato narra cómo Enkidu baja al inframundo a recuperar unos objetos que Gilgamesh deja caer sin querer. Enkidu es advertido por Gilgamesh del peligro de los espíritus, pero no consigue regresar. Gilgamesh, finalmente, desciende y vuelve al mundo de los vivos con un conocimiento renovado, habiendo superado el paso del umbral. “¿Quién rescatará a mi mikku del mundo subterráneo?” Enkidu, su servidor, le dijo: “¿Por qué lloras, mi amo? ¿Por qué está triste tu corazón? Hoy iré a recoger tu pukku del mundo de las sombras, iré a rescatar tu mikku…”.
Este tipo de modelo narrativo se repite, por ejemplo, en el Libro de los Muertos de la cultura egipcia, y, posteriormente, en la cultura griega y romana, en el nacimiento de los héroes. Incluso está presente en nuestras novelas actuales, según la teoría popularizada por Joseph Campbell en El héroe de las mil caras, donde explica un patrón narrativo presente en los mitos, conocido como “el viaje del héroe”.
El pesado del corazón en el Papiro de Hunefer
En algunas zonas de Asia Oriental, la muerte se concibe como parte de un ciclo natural. Un ejemplo de esta visión se encuentra en la vida del emperador Qin Shi Huang, relatada en las Memorias históricas de Sima Qian. Qin Shi Huang, conocido por unificar China en el siglo III a. C., mandó construir un impresionante ejército de guerreros de terracota para custodiar su tumba. Esta obra monumental refleja la importancia que se daba tanto a la vida terrenal como a la espiritual.
El emperador también emprendió la búsqueda de una píldora de la inmortalidad, lo que demuestra su deseo de trascender la muerte. Al no encontrarla y sentirse engañado, llevó a cabo el Fénshū Kēngrú (quema de libros y sepultura de intelectuales). Sin embargo, al construir un ejército eterno, buscó asegurarse protección no solo en el mundo físico, sino también en el plano espiritual. Según las creencias de la época, el material pétreo con el que fueron esculpidos los guerreros tenía la capacidad de ahuyentar a los espíritus malignos, ofreciendo así una defensa más allá de la muerte.
La expedición de Xu Fu, por Utagawa Kuniyoshi