En todo ecosistema censor en que se halle implantado un sistema de censura previa, para imprimir una publicación será imprescindible recabar la autorización del Estado, lo que en la España del siglo XVIII se traduce en que imprimir, vender o importar libros y papeles está prohibido salvo expresa licencia del monarca, que se concede previa revisión del texto delegada en diversas instituciones; y en que por obra de la censura existieron libros prohibidos cuya nómina se desconoce porque ni siquiera llegaron a ver la luz. Este volumen presenta veinte aproximaciones al sistema censor de la España y la América española del siglo XVIII, que permiten calibrar su impacto en los más diversos ámbitos científicos y culturales y contribuyen a la mejor comprensión de la naturaleza, fines, criterios, agentes y procedimientos de la maquinaria censora en funcionamiento hasta el Decreto de Libertad de Imprenta de 1810.
Colección de referencia
Novedades bibliográficas en Folio Complutense
Novedades bibliográficas en la Biblioteca Histórica (Folio Complutense)
Os presentamos las donaciones recibidas a lo largo de abril y mayo de 2024, que ya están disponibles en las estanterías de la sala de lectura.
Novedades bibliográficas en la Biblioteca Histórica (Folio Complutense)
Os presentamos las donaciones recibidas a lo largo de los primeros meses de 2024, que ya están disponibles en las estanterías de la sala de lectura.
En acceso abierto, "El mundo en una sola mano: bibliotecarios novohispanos" (Folio Complutense)
El mundo en una sola mano: bibliotecarios novohispanos pretende ser una obra que aporte conocimientos sobre esa misión moral, ética, profesional, comprometida e intelectual que un solo hombre poseía al tener a su cuidado una biblioteca. Al final, el lector se percatará que el bibliotecario novohispano fue un puente entre el lector y las corrientes intelectuales, religiosas y humanísticas, pues la biblioteca ya no solo era el lugar donde se guardaba la memoria de los hombres notables, sino también aquel en el que los estudiosos podían acudir para resolver las dudas que tenían; y para facilitar la consulta de tantos libros, el bibliotecario diseñó catálogos de autores, de materias o mapas, y repertorios sobre el contenido.
Con esta obra se rescata la idea de que un bibliotecario puede tener el mundo en una sola mano, porque la biblioteca exigía- y exige todavía- de él un criterio independiente, una interpretación de las reglas de procedimiento, un análisis amplio de los problemas de la biblioteca y una formulación de soluciones efectivas; en otras palabras, se requería de él una vasta jerarquía intelectual.