Vitrina 18
Miriam Garlo y Toya Legido
Orfebrería femenina
La obra que aquí presentamos intenta poner de manifiesto la relación existente entre el negocio de las alhajas y la comercialización del cuerpo femenino. Históricamente las piedras preciosas han sido usadas como regalos a cambio de favores sexuales; pero también han funcionado como elegantes pagos a la fidelidad, el sometimiento y el silencio de las mujeres.
Todavía en la actualidad la manera más extendida entre las parejas heterosexuales de cerrar un compromiso matrimonial es a través del regalo y la aceptación de un diamante.
Una joya es un aderezo, un adorno pero también es una reliquia, una filigrana;
en este sentido nos divertía construir nuestros ornamentos con cosas naturales y bellas, pero poco valiosas en términos económicos. Trabajar con materiales baratos y casi de juguete.
Además nos interesaba hacer un homenaje a las autoras feministas que trabajaron en iconografía vaginal, como Judiht Chicago o Hanna Wilke, que en los años 70 contribuyeron a hacer más visibles los órganos genitales femeninos desde una mirada personal, desde la propia mirada.
Podríamos decir también que nuestro trabajo es un ingenuo re-make de la obra Joyasque Mireia Sentis presentó en 1985.