Actos, certámenes, fiestas y conmemoraciones varias
"Y holgaríame yo -dice un personaje de Cervantes en el Persiles, lib. 3, cap. 21- que cosas mías fuesen paranymphos de tan buenas nuevas". El paraninfo sería, pues, el portador de noticias felices, y para un buen estudiante, ¿qué mejor noticia que el anuncio del comienzo del curso? Sobre el paraninfo, el Diccionario de autoridades de la Real Academia Española del siglo XVIII nos indica que así "llaman en las Universidades al que anuncia entrada del curso, estimulando al estudio con alguna oración rhetórica". De la persona se extendería la denominación al propio discurso, y de ahí al lugar en que se pronunciaba. "Paraninfo o embajada pública celebrada en la concesión del doctorado a nueve ilustras varones", reza, traducido del latín, el título de una publicación del siglo XVI aquí expuesta en la que se recoge el texto de uno de estos discursos.
Actos académicos, certámenes, fiestas y conmemoraciones son consustanciales con la vida universitaria desde el comienzo de su actividad en Alcalá, con los que se celebraban visitas ilustres, dichosos matrimonios o felices nacimientos, o se lamentaban tristes decesos, sirviendo siempre de ocasión para el lucimiento retórico ante los colegas docentes y discentes. El volumen que la Universidad dedicó al nacimiento del Príncipe Felipe Próspero en 1658, titulado Aclamación de las Musas al nacimiento del Príncipe de las Españas nuestro señor, va ornado de un precioso grabado alegórico a modo de portada, conmemorativo de los "ludi Megalenses" o juegos circenses con que en la villa complutense se celebró el nacimiento del que denomina "Príncipe nuestro señor, godo, español, austriaco, bélgico, próspero".
Las visitas de personajes reales se iniciaron a los pocos años de la apertura de los estudios con la de Fernando el Católico en 1516, y varios reyes de la casa de Austria, desde Felipe II, que le concedió el título de Real Universidad, siguieron su ejemplo. La recepción del Cardenal Silíceo en 1546 dio lugar a una de las más interesantes publicaciones de este tipo, con curiosos grabados alegóricos.
Entre las conmemoraciones que no faltaron jamás en la Universidad de Alcalá se encuentra la de las honras que el Colegio Mayor dedicaba todos los años el 16 de noviembre a la memoria de su fundador, el Cardenal Cisneros; celebradas generalmente en la Capilla de San Ildefonso, con asistencia de las autoridades universitarias y de la Iglesia Magistral, eran ocasión de lucimiento de algún destacado teólogo formado en el colegio complutense, y alcanzaron su máximo barroquismo mediado del siglo XVII, cuando el franciscano fray Pedro de Quintanilla y Mendoza gestionaba en Roma la posible canonización del Cardenal.