Biblioteca Complutense

Colegio de la Purísima Concepción (Celaya, Guanajuato)

Datos del ejemplar: Petrarca, Francesco, 1304-1374. Fra[n]cisco Petrarcha De los remedios co[n]tra prospera [i] aduersa fortuna. Seuilla :  por Juan varela de Salamanca,  1516, xx Setie[m]bre. [BH FG 1711]

Descripción: Esta marca se compone de tres iniciales "C" que en su interior tienen las iniciales "o", "n" y "ha" (la "h" se forma usando de fuste la propia curvatura de la "c". Todas juntas forman la palabra "Concha". El último elemento es un cordón franciscano en cuyo centro se encuentran las cinco llagas o estigmas, símbolo representativo del santo.

Medidas: 15 x 53 mm.

Tipología: epigráfica y figurativa.

Ubicación en el libro: corte superior, inferior y delantero

Identificador de la marca en el CCMF: CPCC-12066

Otros testimonios de pertenencia: Anotación manuscrita de procedencia en portada: "don Jnº de Ribera"

Anotación manuscrita de expurgo en hoja de guarda:

Imagen miniatura de la marca de fuego:


Procedencia de la marca: Convento de la Purísima Concepción (Celaya)

Institución: Provincia de San Pedro y San Pablo de Michoacán.

El Colegio Real y Pontificio de la Purísima Concepción de Celaya fue un centro educativo de gran relevancia regional. Surgió por iniciativa de Pedro Núñez de la Roja, que fue benefactor y fundador, y por Gaspar de Almanza, que tuvo a cargo su administración. El 15 de octubre de 1624 el papa Urbano VIII dictó un Breve por el que quedó establecido el Colegio Real, le concedió privilegios, libertades y prerrogativas del mismo tipo del que disponían los demás colegios de la misma Orden.
La apertura de cursos se llevó a cabo en el año de 1637, y se impartían materias como gramática, arte, teología y lenguas, entre otras. Había áreas de teología, filosofía, retórica, gramática y cánones. El papel que desempeñó el Colegio fue el de un centro educativo al que llegaban frailes de otros conventos para incrementar y perfeccionar su formación de religiosos; cabe mencionar que el Colegio sólo recibía a españoles y criollos. Posteriormente, en el año de 1725, el virrey Juan de Acuña solicitó que el Colegio tuviera privilegios de Real Universidad, a fin de que estudiantes seglares pudieran cursar estudios ahí. En suma, el Colegio Real fue desde su fundación un centro de concurrencia y mayormente de formación de religiosos, un centro de intercambio de experiencias, de inquietudes y de aprendizaje intelectual.

Bibliografía:

Rafael García Pérez, (2006). Colegio de la Purísima Concepción de Celaya: origen y evolución 1617-1767, Tesis de licenciatura en Historia de la Universidad de Guanajuato, 

Ruiz Marín, Ma. Elena, (2012). Exhorto a la obediencia del rey". La postura de los franciscanos del Colegio Real y Pontificio de Celaya ante la Independencia. Relaciones. Estudios de historia y sociedad, vol. XXXIII, n. 132, pp. 129-143