Correspondencia entre Miguel Blay y Juan Carlos Cebrián
El intercambio de correspondencia entre Miguel Blay (Director de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado) y Juan Carlos Cebrián, arquitecto, mecenas y filántropo, hace suponer que la actual Facultad de Bellas Artes recibió como donación esta importante colección de estampas japonesas. A continuación se observa el texto de una carta de Miguel Blay a Juan Carlos Cebrián, y una fotografía de una carta de Juan Carlos Cebrián a Miguel Blay.
Carta de Miguel Blay a Juan Carlos Cebrián
“Muy Sr. Mío y estimado compañero: En la sesión reglamentaria del lunes pp., mi querido amigo Lampérez nos dio la gran noticia de que Vd. le anunciaba un nuevo envío de libros, 400, para la biblioteca de nuestra Real Academia de Bellas Artes y 1000 para la Escuela Superior de Arquitectura. Delante de tal esplendidez, que revela un amor tan profundo al arte y a España, me acordé de la pobrísima biblioteca de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de la cual acabo de ser nombrado director, por la (...) voluntad de mis compañeros del Claustro de profesores, y ratificada por el Sr. Ministro y por S.M. el Rey.
Tan modesta es la colección de obras de arte que poseemos, que hasta hoy sólo han servido de libros de consulta por los Sres. Profesores. Pero yo opino, y el Claustro también, que por poco que sea es preferible ponerlo cuanto antes a la disposición de la juventud artística que frecuenta nuestra Escuela, y efectivamente así se hará tan pronto como comience el curso, cuya apertura ha sido retrasada con motivo de la epidemia de gripe reinante.
Es pues como profesor y como director de la Escuela de Bellas Artes, que me atrevo, pensando en nuestros queridos discípulos que son la esperanza del mañana artístico de nuestra Patria, a pedir para ellos un poquito de lo mucho y bueno que con una prodigalidad que merece los mayores aplausos, hace Vd. para las bibliotecas de la Academia y Escuela de Arquitectura.
Personalmente, en nombre del Claustro, se lo agradecería con toda mi alma, no dudando que también los alumnos de la escuela de Bellas Artes de Madrid le llamarán a usted Bienhechor, puesto que si accede a mi petición le deberán a Vd. el haber podido completar su educación artística.
Aprovecho tan grata ocasión para ofrecerme como suyo muy afmo. Compañero y buen amigo de quien mande disponer.
Miguel Blay.”