Henri Abraham Chatelain
Henri Abraham Chatelain, 1684 - 1743
En el ámbito de la cartografía francesa del siglo XVIII presente en las colecciones de la Biblioteca Histórica podemos destacar, por su carácter novedoso y su ambición, la obra de Henri Abraham Chatelain (1684 - 1743) un pastor hugonote nacido en Paris que desarrolló su principal obra en Londres y, sobre todo, en Amsterdam, por lo que también en ocasiones se le considera como un autor holandés, si bien publicó todos sus trabajos en francés. Entre ellos destaca su Atlas Historique obra magna en la que estuvieron involucrados tanto su padre, Zacharie Chatelain (d.1723) como su hermano Zacharie Junior (1690-1754). Los mapas se presentan bajo forma enciclopédica, lo que lo convierte en una obra innovadora para su época, pues en los siete volúmenes que la componen se combinan más de cien mapas con diferentes estudios académicos de cosmografía, geografía, historia, etnología, heráldica, todos ellos enriquecidos con más de doscientos grabados con árboles genealógicos, escudos, retratos, representaciones de los órganos de gobierno, vistas de ciudades y palacios, personajes ataviados según las costumbres locales de cada país, etc. Salió a la luz en siete volúmenes en folio entre 1705 y 1720 con una segunda edición ampliada que aparece a partir de 1732, edición a la que pertenecen los ejemplares complutenses.
Desde el punto de vista geográfico los mapas apenas incorporan novedades ya que se basaron en la obra de otros cartógrafos franceses, particularmente en la de Guillaume Delisle. En ocasiones se ven enriquecidos con elementos que proporcionan una representación gráfica más descriptiva del territorio: así el dedicado a España en el primer tomo se adorna con un pequeño mapa dedicado a la Hispania Romana en el margen superior, las diferentes regiones llevan sus respectivos escudos y en ellos se hace mención de aquellos lugares donde ocurrió algún pasaje histórico notable como el caso de la Batalla de Roncesvalles, en Navarra, o el sitio de Numancia en Castilla. No obstante, conforme los espacios representados se vuelven más exóticos, como ocurre con Asia, África o América, los mapas se ven enriquecidos con mayor número de estos elementos decorativos y anotaciones curiosas sobre los pueblos que las habitan, sus reyes o riquezas. En la descripción de estos espacios lejanos también se multiplican los grabados más inusuales y llamativos, no ya de las antigüedades más notables o de los personajes ataviados según las vestimentas de cada país, sino también de costumbres curiosas de los pueblos nativos, actividades de caza y pesca, animales exóticos, plantas, etc., alcanzado en ocasiones un gran pintoresquismo. En la Biblioteca Histórica conservamos ejemplares procedentes de la Biblioteca Complutense Ildefonsina pertenecientes todas a la segunda edición, aunque con diferentes fechas de impresión, curiosamente inversas: volumen I (1739), II-III (1737), IV (1735) y V a VII, (1732).