Infantado (Duques del)
La historia del Ducado del Infantado comienza con Diego Hurtado de Mendoza (1415?-1479), I duque del Infantado, título concedido en 1475 por la reLina Isabel la Católica. No obstante la historia de su biblioteca se inició con su padre, Iñigo López de Mendoza (1398-1458), I marqués de Santillana, quien creó una de las bibliotecas más interesantes de la España del siglo XV, que según los inventarios de Amador de los Ríos de 1852 y de Mario Schiff de 1905 podría estar formada por 42 volúmenes conteniendo unas 67 obras manuscritas (todavía no se había difundido la imprenta). Al heredar la biblioteca de su padre, Diego Hurtado de Mendoza la vinculó al mayorazgo para evitar así su dispersión.
El ducado se fue anexionando otros títulos nobiliarios y con ellos sus bibliotecas, que quedaban normalmente vinculadas por el mayorazgo, junto con los títulos, señoríos, rentas y el conjunto del patrimonio. En 1712 Francisco de Vellosillo, bibliotecario del X duque del Infantado, Juan de Dios de Silva y Haro, realizó un inventario para el duque en el que se computan un total de 655 obras.
En 1841 se interrumpe la línea sucesoria directa y la casa del Infantado, sus títulos y posesiones, pasa a pertenecer a la casa de Osuna, en la persona de Pedro de Alcántara Téllez Girón y Beaufort (1810-1844), XI duque de Osuna y XIV duque del Infantado. La biblioteca contenía entonces más de 20.000 volúmenes, de los que unos 4.000 eran manuscritos, sin contar cerca de 3.000 comedias originales de teatro clásico español, habiendo sido enriquecida la misma durante los siglos XVI al XVIII por las adquisiciones que los Mendoza, como capitanes generales, embajadores o virreyes había hecho por toda Europa, especialmente Italia.
Sin embargo la mala gestión y el despilfarro atribuible a su sucesor Mariano Téllez Girón (1814-1882), XII duque de Osuna y XV duque del Infantado, dio lugar a una Comisión de Obligacionistas de la casa de Osuna que se incautó de todas sus propiedades. Se realiza entonces el primer inventario de los libros manuscritos de la casa de Osuna y del Infantado, obra del conservador de su biblioteca, José de Rocamora (BH FOA 6870). Por ley de 14 de agosto de 1884 los fondos de la biblioteca de la casa de Osuna e Infantado son comprados por el Estado y se determina su reparto entre las bibliotecas del reino. La mayor parte de los fondos se incorporan en 1886 a la Biblioteca Nacional, el resto pasa a la Biblioteca del Senado y a las bibliotecas de las universidades.
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Categoría: Nobleza
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