Es conocido el interés de la Reina Isabel por el conocimiento y la cultura, la Reina ejerció una importante labor de mecenazgo protegiendo proyectos literarios  de escritores y eruditos como Antonio de Nebrija, o Alfonso de Palencia entre otros. Durante su reinado extendió el uso del castellano a todo género de asuntos sagrados y profanos, científicos  y eruditos y todo ello sin olvidar el estudio de  las lenguas sabias. Tanto ella como su esposo, el Rey D. Fernando, fueron conscientes del papel que  iba a desempeñar  la irrupción de la imprenta en  la difusión de la cultura y la política en general por lo que establecieron disposiciones que  favorecieron la creación y el comercio del libro. 

La Reina Isabel I, reunió un abundante patrimonio librario, no biblioteca, como nos indica la Doctora Elisa Ruiz al estar formado por varios conjuntos de libros, en San Juan de los Reyes de Toledo, en el Alcázar de Segovia o en la capilla Real de Granada. En estos lugares, se va formando un variado fondo de distintas procedencias y ejemplares destinados  a funciones diferentes. Códices castellanos, flamencos o italianos pertenecientes a la Corona, libros que le servirán de apoyo en las tareas de gobierno de materia religiosa o  lecturas utilizadas en  la educación de sus hijos, van conformando esta  colección.  

Isabel I mantuvo una estrecha relación con el Cardenal Francisco Jiménez de Cisneros, fundador de la Universidad Complutense. A su muerte, su esposo y heredero D. Fernando, vendió parte de la colección de la Reina  al Cardenal, quién la adquirió para la Biblioteca del recién fundado Colegio Mayor San Ildefonso origen de la actual Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense.  

Los libros del saber de Astronomía  de Alfonso X  formaron parte del patrimonio real, según consta en los inventarios de 1503 y 1505 de los fondos de la Corona depositados en el Alcázar de Segovia y, tras su compra por Cisneros, se incorporarán a los fondos de la Biblioteca del Colegio de San Ildefonso junto con otros manuscritos. En  la actualidad  la Biblioteca Histórica custodia tres de estos manuscritos, uno de ellos el códice alfonsí, que han sido identificados en el Inventario de la Biblioteca del Colegio Mayor San Ildefonso de 1512 conservado en el Archivo Histórico Nacional.