Islarios
Islarios renacentistas en las colecciones de la Biblioteca Histórica
Desde que Cristoforo Buondelmonti realizara el famoso códice Liber insularum Archipelagi, los islarios fueron uno de los productos más característicos de la cartografía renacentista italiana del siglo XVI. Herederos de las partes geográficas de los textos de San Isidoro y Orosio, los islarios son compilaciones de mapas y textos referentes a las islas de un mar, país o continente, si bien en aquella época el concepto era más amplio pues casi todos incluyen, como si fueran islas, determinadas penínsulas (Acaya en Macedonia o Escocia) al igual que algunas ciudades rodeadas de agua, como Venecia o Tenochtitlán, o Constantinopla por estar situada en una península limitada entre el Mar Negro y el Mar de Mármara. Entre los impresos en Italia a lo largo del siglo XVI destacan los de Benedetto Bordone de 1528, Tomaso Porcacchi da Castilione y el de Giovanni Francesco Camocio (ca. 1570), los dos últimos presentes en las colecciones complutenses.
El más popular y con mayor repercusión -pues conoció ocho ediciones entre 1572 y 1713 - fue L'isole piu famose del mondo descritte da Thomaso Porcacchi da Castiglione Arretino e intagliate da Girolamo Porro Padouano... En la Biblioteca Histórica se conserva un ejemplar en folio de la edición de 1590 [BH FLL 30217] que incorpora algunos mapas nuevos respecto de los 30 de la primera edición de 1572 ya que alcanza la cifra de 47 mapas. Aparecen en este islario dos vistas de ciudades rodeadas de agua: Venecia y Tenochtitlan así como la península de Constantinopla.
La segunda pieza destacada es Isole che son da Venetia nella Dalmatia et per tutto l'arcipelago, fino a Costantinopoli, con le loro fortezze e con le terre piu notabili di Dalmatia publicada también en Venecia por en 1573 [BH FLL 9665]. Se trata de un Atlas oblongo en cuarto con un frontispicio y 52 mapas y vistas a toda página de posesiones de Venecia en el Mediterráneo, aunque también aparecen representadas Inglaterra, Escocia, Irlanda e Islandia.
A lo largo de los siglos XVII y XVIII siguieron realizándose islarios, aunque éstos disminuyeron de forma considerable, ya que los descubrimientos de islas en todo el mundo alcanzaron tal proporción que dificultaron notablemente la empresa de realizar un atlas actualizado de islas.