Biblioteca Complutense

Rubén Darío: Las huellas del poeta. Más información

El ámbito familiar:


Es su relación con Francisca Sánchez el eje principal en torno al cual giran la mayoría de los documentos. Algunos son borradores de Darío escritos de su puño y letra y otros están relacionados con la vida cotidiana de una familia.

   

 

 

  • De América a España:

La separación de sus padres, Manuel García y Rosa Sarmiento lleva a Rubén Darío a la casa de la tía Bernarda (mamá Bernarda) y su marido Félix García, hogar en el que tantas veces se refugiara  su madre. Estudia primaria con un profesor particular y sigue estudios con los jesuitas de León.
A los trece años publica sus primeros versos bajo el seudónimo de Bruno Erdía y comienza a ser conocido como "el poeta niño". Su simpatía hacia el partido liberal anima a los políticos a mediar por una  educación adecuada para el joven poeta.
Las relaciones amorosas de Rubén Darío fueron siempre complejas. Se siente o es traicionado por su primer gran amor, Rosario Murillo. Contrae matrimonio con su mujer ideal, Rafaela Contreras, en El Salvador, aunque irán a residir a Guatemala. Madre  de su primer hijo, Rubén Darío Contreras, morirá a los pocos meses a  consecuencia del parto. Tras un breve y forzado matrimonio con Rosario Murillo es enviado a España, en 1892, como representante del gobierno de Nicaragua en los festejos del IV Centenario del Descubrimiento.
Años después, en su segundo viaje a España (1898), La Nación le encomienda una serie de crónicas que describan  la situación tras el desastre del 98. Conoce a Francisca Sánchez en Madrid mientras paseaba, en compañía de Valle Inclán, por la Casa de Campo.

Fotografía de Francisca Sánchez y Rubén Darío Sánchez de primera comunión

  • Con Francisca Sánchez:

Poco después de conocerse, Rubén Darío y Francisca Sánchez establecen su hogar en la calle del Marqués de Santa Ana.   El enseña a Francisca los rudimentos  básicos de la cultura y con ella tendrá tres hijos, aunque solo uno sobrevivirá, Rubén Darío Sánchez, "Güicho".

"A FRANCISCA" (fragmento):
"Sé conmigo
un amigo

sé lo que debes ser,
lo que Dios te propuso,
la ternura y el huso
con el grano de trigo
y la copa de vino,
y el arrullo sincero,
a la hora y a tiempo
Ajena al dolo y al sentir artero,
llena de la ilusión que da la fe,
lazarillo de Dios en mi sendero,
Francisca Sánchez, acompáñame...
En mi pensar de duelo y de martirio,
casi inconsciente me pusiste miel,
multiplicaste pétalos de lirio,
y refrescaste la hoja de laurel.
Ser cuidadosa del dolor supiste
y elevarte al amor sin comprender,enciendes luz en las horas del triste,
pones pasión donde no puede haber.
Seguramente Dios te ha conducido
para regar el árbol de mi fe,
¡hacia la fuente de noche y de olvido,
Francisca Sánchez, acompáñame!"

 

 

Dibujo infantil de Rubén Darío Sánchez

 

 

  • El poeta en la mesa camilla

Un extenso número de los documentos conservados son poemas y borradores de puño y letra de Rubén Darío, algunos de los cuales parecen escritos más en  el ambiente  familiar que en el retiro del poeta.
El cuaderno de hule es el ejemplo por excelencia: un cuaderno utilizado por toda la familia para distintos menesteres en donde se pueden encontrar dibujos infantiles, que suponemos son de sus hijos, cuentas domésticas y  una curiosa  descripción de las claves que deberían utilizar para comunicarse  mediante telegramas Francisca y Darío.
Entremezclados con ellas aparecen los borradores de la novela La isla de oro y poemas como "Canción otoñal". Todos con correcciones, tachaduras, subrayados y  anotaciones al margen. 

Factura de la farmacia Rodriguez

  • La vida cotidiana:

El transcurrir diario de una familia como la de Rubén Darío queda reflejada en documentos como los que aquí se exponen: facturas, recetas, recibos, suscripciones, compras de mobiliario, etc.  Su difícil situación económica encuentra su contrapartida en el gusto en el vestir, como muestran las facturas del sastre y la modista.
Muy reveladores son los documentos sobre su salud. Él mismo, en sus últimos años, alude de modo constante a su enfermedad y así lo demuestran las facturas de los médicos, que le visitan en Madrid, Palma de Mallorca, Buenos Aires o París, a menudo coincidentes en el tiempo con los  gastos de bebida, en hoteles o en comercios.
Los recibos del sereno, el carbonero, el vaquero, el panadero, o la lavandería, alternan con los del fotógrafo, el alquiler del coche de caballos  o la compra de la pianola que al final hubo de vender.

 


La difusión de la obra de Darío escritor:


S
e realiza por diversos cauces, bien por la vía editorial en países como Francia y Argentina y, sobre todo, en España, o bien a través de la prensa periódica en la que Darío multiplica sus obras. Hay que subrayar que su actividad como escritor no se limita a la poesía. Los documentos conservados en el Archivo dan cuenta de la muy fluida relación que mantuvo con los editores y escritores más sobresalientes de su época.

 

 

Factura con membrete de la Rev. de Archivos,  Bibliotecas y Museos

  • Difusión de la obra de Darío, ediciones y traducciones:

Desde su permanencia en Argentina la obra de Darío empezó a tener resonancia internacional en los ámbitos literarios.

El mundo editorial inmediatamente se puso en acción para publicar todo lo que el poeta escribía, de manera que las relaciones  con editores se convierten en parte integrante de la correspondencia habitual de Darío. A las  editoras argentinas Talleres las Vasconia, Imprenta de Pablo Coni y otras, se sumaron una gran cantidad de editoriales españolas que le abrieron sus puertas, Renacimiento, Francisco Beltrán, Fernando Fe, Pérez de Villavicencio, Casa Editorial Hispanoamericana, Francisco Granada, Casa Editorial Maucci,  Corona, Mundo Latino, etc. A  las que se añadieron después las  francesas Garnier y Bouret.

Tampoco tardaron mucho en llegar los requerimientos para las traducciones de sus obras a distintos idiomas, lo que forma un apartado significativo dentro del Archivo, con un grupo de cartas que desde Inglaterra, Italia o Francia  solicitan sus originales para ser traducidas.

Es de señalar también el interés que suscitaron las  traducciones, realizadas por el propio Darío de autores como Gorki. 

Revista Azul, Membrete con texto

 

  • Difusión de la obra de Darío, prensa periódica:

Si sus amigos colaboran en  el proceso editorial y dejan su rastro en los libros que  publica, no es menor el papel que desempeñan en la difusión de la obra de Darío a través de la prensa periódica y en la integración del poeta en la vida cultural española; a este respecto cumplen una gran labor Juan Ramón Jiménez, Martínez Sierra, Villaespesa, Valle Inclán, Azorín, Eduardo de Ory, etc. que aúnan esfuerzos con los hispanoamericanos Ricardo Rojas, Pío Bolaños, Francisco Contreras o Blanco Fombona quienes por su parte realizan gestiones en revistas como Le Mercure de France, Argus de la Presse, o  El Figaro de La Habana.

Alma española, Renacimiento, Helios y Azul, son, entre las  revistas modernistas españolas,  un espacio idóneo de difusión para Darío, sin olvidar distintas colaboraciones en otras revistas como La España moderna, Blanco y Negro, La lectura, y en diarios como El Imparcial, El Heraldo de Madrid, Diario Universal y  ABC. 

Todo vuelo 1

 

 

  • Darío y el periodismo, crónicas y corresponsalías:

El periodismo constituye la actividad más dilatada en la vida de Rubén Darío. Para él no es solo fuente de ingresos, es consciente de la responsabilidad que implica la letra escrita y aboga por la identificación entre el periodista y el escritor. En pocas palabras, consideraba que lo primero para un periodista era "pensar y escribir bien".  "No existe después de todo sino esto: hay periodistas que saben escribir y periodistas que no saben escribir, hay quien tiene ideas y quien no tiene ideas(...) mas hay artículos de periodistas que valen, por fondo y forma, lo que un buen libro".

Entre sus colaboraciones en periódicos de América y Europa sobresalen las dedicadas a La Nación de Buenos Aires donde publica  crónicas a lo largo de toda su vida. En ese diario aparecen por vez primera las  que  después reúne en  España Contemporánea, así como las que forman parte de libros posteriores como Peregrinaciones, Parisiana, Todo al vuelo o Letras. En última instancia, Darío engrandecía el ejercicio del periodismo por la alta función intelectual que desempeñaba en la sociedad y por el valor añadido que le confería a lo escrito.

 "Todos los observadores y comentadores de la vida han sido periodistas (...). El periodista que escribe con amor lo que escribe, no es sino un escritor como otro cualquiera".

Revista Mundial



 

 

 

 

 

 

  • Darío y el periodismo, Mundial y Elegancias:

Después de una prolongada experiencia como corresponsal de diversos periódicos, su labor se vio coronada en 1911 con el encargo por parte de los hermanos Guido de la dirección de Mundial Magazine y la dirección literaria de Elegancias. En la revista Mundial se incluyen artículos sobre arte, literatura, novedades científicas y culturales,  así como inéditos. Allí publica algunos de sus poemas como  "Los motivos del lobo" y algunas de sus crónicas. Además aparecen obras inéditas de autores como Bonafoux, los hermanos Machado, Valle Inclán, Gómez Carrillo, José Francés, Francisco Contreras, Pompeu Gener, A. GonzáleZ Blanco,  Ramón Pérez de Ayala, Mario Verdaguer, Villaespesa, Lugones, Edmundo Montagne, Alcides Arguedas, Joaquín Lemoine, Carrasquilla  Mallarino, Max Grillo, Luis Carlos López,  Froilán Turcios, Francisco A. de Icaza, Bernardo Reyes, Luis A. Debayle, Fabio Fiallo, Hugo Barbagelata, Julio J. Casal, Victor Pérez Petit, Julio Piquet, junto a políticos como Sanjurjo o Salmerón.  Escritores y pintores también se dan cita en una revista que conlleva para Darío un sinfín de preocupaciones para las que su estado de salud no está preparado. Durante varios meses tendrá que dejar en manos de Leo Merelo la publicación. 
Las páginas de Elegancias ven la luz más adelante y contempla como lector a un público femenino. En ambas revistas colaboran firmas tan importantes como las de  Gabriela Mistral, Amado Nervo, Aurora Cáceres, etc. 

Firma de Machado 1841, firma de Juan R. Jimenez, 1825-1826 y firma de G. Martínez Sierra 1860

 

 

 

  • Los poetas españoles con Darío:

Aunque Darío  no fue bien comprendido por  un gran sector de la crítica y de los escritores españoles, los jóvenes modernistas no dudaron en considerarlo de inmediato un maestro indiscutible  de las letras españolas y  le arroparon con gran afecto en  momentos de dificultades.  Juan Ramón Jiménez,  que fue uno de sus más grandes amigos y admiradores, se indignaba ante el desconocimiento reinante sobre la verdadera dimensión  de Darío:
"La gente sigue ignorando quien es Rubén Darío. Rubén Darío es el poeta más grande que hoy tiene España. [...]. Este maestro moderno es genial, es grande, es íntimo, es musical, es exquisito, es atormentado, es diamantino. Tiene rosas de la primavera de Hugo, violetas de Bécquer, flautas de Verlaine, y su corazón español. Vosotros no sabéis, imbéciles, como canta este poeta."   

1860, Dibujo

 

 

  • Darío entre sus camaradas españoles:

La gran estela literaria de Dario  y el lugar preponderante que le confieren los poetas españoles no debe eclipsar la sincera y valiosa camaradería que entre ellos se acrisola a lo largo del tiempo. De ahí que cuando Darío redacta su Autobiografía en 1912 no olvide a aquellos escritores  que  le habían brindado su amistad y habían contribuido a dar un sentido a su vida en España:"Me juntaba siempre con antiguos camaradas, como Alejandro Sawa,  y otros nuevos como el charmeur Jacinto Benavente, el robusto vasco Baroja, otro vasco fuerte Ramiro de Maeztu; Ruiz Contreras, Matheu y otros cuantos más; y un núcleo de jóvenes que debían adquirir más tarde un brillante nombre: los hermanos Machado, Antonio Palomero, renombrado como poeta humorístico bajo el nombre de Gil Parrado; los hermanos González Blanco, Cristóbal de Castro, Candamo; dos líricos admirables, cada cual según su manera: Francisco Villaespesa y Juan Ramón Jiménez; Caramanchel, Nilo Fabra, sutil poeta de sentimientos y arte; el hoy triunfador Marquina y tantos más."  

Hotel Calais, Lugones

 

 

 

 

 

 

  • El tesoro de la amistad:

La documentación conservada evidencia el permanente contacto de Darío con los escritores hispanoamericanos más eminentes de la época. Estas relaciones responden y estimulan el interés que en todo momento manifiesta por las novedades literarias y culturales que se producían a lo largo del continente. 
Pese al  mutismo en el que con frecuencia se encerraba, un buen número de escritores, y amigos de infancia o juventud como Luis Debayle,  o Santiago Argüello   le seguirán a lo largo de su existencia con una fidelidad extraordinaria. Una dilatada nómina de escritores deja constancia de esta amistad.  Desde Brasil Fontoura Xavier, A. de Lima, Souza Bandeira, M. de Alençar, A. Costa, etc,   Desde Buenos Aires, L. Lugones y su mujer Juana, A. Gerchunoff, J. Ingenierso, E. Larreta, A. Marasso, B. Mitre, R. Rojas, R. Obligado y M. Ugarte, forman parte del nutrido elenco de escritores que mantiene un vivo interés por las actividades y los pormenores de su literatura. Desde Bolivia, A. Arguedas o Franz Tamayo se suman a los colombianos, Carrasquilla Mallarino, M. Grillo, L.C. López, etc. Y a los mexicanos, Gamboa, F. Icaza, J. Sierra y A. Nervo. Compiten en atenciones a Dario los peruanos, Aurora Cáceres, y los  Hermanos Garcia Calderón. Los chilenos aportan nuevos documentos, entre los que destacan los de F. Contreras y G. Mistral.  Guatemala brinda a su vez una nómina de destacados escritores: F. Gavidia, Gómez Carrillo, M. Soto Hall o R. Heliodoro Valle. En Cuba R. Boti y A. Hernández Catá. Desde Puerto Rico E. María de Hostos y L. Rodríguez de Tió se suman a los dominicanos O. Bazil y F. Fiallo, a los uruguayos H. Barbagelata, J.J. Casal, V. Pérez Petit, A.A. Vasseur,  D. Agustini y los hermanos Guido,  con los que cerramos esta extensa nómina.

Retrato de Rubén Darío con 40 años

 

 

 

  • La ganancia de algunas antipatías:

Pese a sus crisis, Blanco Fombona, Vargas Vila, Francisco Contreras, dejan constancia de su amistad que alterna en ocasiones con polémicas sonadas cuyo origen se encuentra en motivos políticos, deudas con respecto a colaboraciones literarias (sobre todo de Mundial) o la falta de respuesta por parte del poeta.
Sin embargo, a veces no acierta, puesto que la consolidada amistad con Santos Chocano preludia con cierta desconfianza: "El no contestar buen número de cartas como ésta, me ha dado la ganancia de algunas antipatías". En otras ocasiones son rumores o malentendidos que, de parte de unos u otros, finalizan en querellas, como es el caso de Gómez Carrillo.

Obras

 

 

 

 

 

 

  • Mi esposa es de mi tierra, mi queria París:

Las relaciones de Darío con el ámbito cultural europeo no son decisivas. A menudo sus amigos se preguntan por qué no participa con mayor fervor en los salones literarios, sobre todo en París.  Mientras algunos escritores como Gómez Carrillo se promocionan generosamente,  Darío prefiere permanecer en la sombra. Su admiración por Hugo, como reflejan sus cartas, o Verlaine, encuentra su espacio en el ideal de su mundo interior.
Sus vínculos con las letras francesas se reducen a relaciones con editores, traductores y a ciertas invitaciones para participar en tertulias literarias, a las que no es demasiado proclive. Su amistad con Remy de Gourmont o con André Gide o Apollinaire, consta a través de referencias colaterales. Otros, como Paul Fort, sin embargo, se esmeran por convocar un homenaje. Y otros, como Saint Pol-Roux extreman su admiración con invitaciones personales a su hogar. Italia le brinda más de un amigo de esporádica relación, como Antonio Agresti o William Rossetti,   y la oferta de traducciones.

Desde Londres, donde tiene su residencia el ministro Crisanto Medina, envía alguna noticia. Como éste, otros embajadores hispanoamericanos, diseminados por Europa, contribuyen  a facilitar  y afianzar su breve enlace con el mundo europeo.   

Grabados

 

 

 

  • Conferencias, reconocimientos y honores I:

La verdadera dimensión de Rubén Darío como escritor se nos brinda a través de una tipología muy variada de documentos que revelan en qué ámbitos  podían desenvolverse los admiradores de su obra. Invitaciones de toda clase se distribuyen en  el Archivo, tanto para dar conferencias como para participar en inauguraciones en lugares muy diversos, incluso ajenos a la cultura  (pastelerías, salones de moda o cafeterías).
A estos documentos cabe sumar los homenajes que se le dedican tanto en España   como en París o en Buenos Aires, Nicaragua, Montevideo, Cuba, etc.  Algunos aderezados con banquetes como en el caso de Madrid,  París y Buenos Aires.

El intercambio de poemas y prólogos siguen la doble vía de  la solicitud y de la donación, que indica la enorme admiración que Rubén Darío despertaba a su alrededor. Es el caso de Juan Ramón Jiménez, Valle Inclán, Salvador Rueda,  E. De Ory, R. Pérez de Ayala.

Los retratos de Darío constituyen para muchos un preciado fetiche solicitado  incluso por poetas de renombre, que no solo pretenden ilustrar libros o artículos, sino tener cercana la imagen del poeta en su gabinete de trabajo. 

Menú

 

 

  • Conferencias, reconocimientos y honores II

Derivado de su enorme proyección internacional como poeta central de las letras españolas a Darío se le multiplican las invitaciones para dictar conferencias o ser socio de honor en sociedades culturales, literarias y sociales.
Las más destacadas serán las  conferencias dictadas en Buenos Aires, Montevideo, Cuba, Nicaragua, Honduras y Estados Unidos, sin contar las que dio en Europa. 

En España cabe subrayar su asidua  asistencia a las sesiones  del Ateneo y de la Unión Iberoamericana, en Madrid. En Barcelona colaboró  activamente en el Ateneo Barcelonés y en la Casa de América y su presencia se requirió en otras importantes instituciones culturales de la geografía española.

Tarjeta postal alemana

  • El viajero:

Los viajes en la vida de Darío son muy frecuentes. En ocasiones están relacionados con su actividad diplomática, y, en otros casos, es su función como corresponsal deLa Nacióno de El Fígarode La Habana, la que origina su visita a otros lugares.
El viaje a París como delegado de Nicaragua en el año 1900, concluye con otro viaje a Italia como corresponsal de La Nación para la conmemoración del Año Santo en Roma. El espíritu descubridor y en cierto modo aventurero de Darío le incita a viajar y su labor como corresponsal se lo facilita. De aquí surgen sus Tierras Solares (Gibraltar, Málaga, Sevilla, Granada, Tanger, etc.) y Tierras de Bruma (Alemania, Austria, Hungría e Italia), o Peregrinaciones o Parisiana. Su viaje triunfal por Nicaragua y Centroamérica en 1907 termina en Buenos Aires, desde donde parte, enfermo, a París.
Brasil a su vez recibe su segunda visita como promotor de Mundial, de igual modo que Cuba, Uruguay, y Argentina. Su último viaje al continente americano, en pro de la Paz, es el episodio más amargo de la vida del poeta.

 


Su labor diplomática


Ocupa un amplio espacio en el Archivo: se conservan sus nombramientos como cónsul en Buenos Aires y París, como embajador en España además de  otros cargos honoríficos.

   

Retrato de Vázquez Díaz

 

 

  • No quiero ser un siplomático decorativo:

Su labor como diplomático ocupa un amplio espacio en el Archivo. Se conserva incluso su nombramiento como cónsul de Colombia en Buenos Aires, que tuvo lugar en 1893. 
En 1903 es nombrado cónsul de Nicaragua en París lo que le granjea una continuidad en su actividad diplomática. Dos años más tarde recibe el nombramiento, junto a  Vargas Vila, como miembro de la comisión de Límites con Honduras, bajo el arbitraje del rey de España.

Producto de amistades consolidadas en el tiempo, son  también resultado de su pensamiento bolivariano y arielista como refleja su  interés por participar como delegado en la Conferencia Panamericana  de Río de Janeiro.  Sus palabras traslucen su decepción: "Aquella conferencia en la que los escritores eramos gigantes y los ministros pigmeos", que resume en los versos de la "Epístola a la señora de Lugones" : "yo panamericanicé/ con un vago temor y con muy poca fe"

Fatura de caballos y coches de lujo

 

 

  • Ministro de España:

El presidente de Nicaragua, General José Santos Zelaya, tras el triunfal viaje por Nicaragua le nombra Ministro de Nicaragua ante la corte Española.

Con motivo de la presentación de credenciales redacta un folleto titulado: Alfonso XIII, donde revela sus impresiones sobre el rey, cuya "seguridad y cordura" percibe de inmediato.

El ambiente que encuentra en el salón de recepciones hace aflorar al poeta sobre el ministro.

"Aquella pompa, aquella ceremonia, aquel joven descendiente de los más gloriosos Reyes, fueron, por unos instantes, la Historia".

Muy siglo XVIII

 

 

  • Las incertidumbres del cargo:

La caída en Nicaragua de sus amigos y presidentes  José Santos Zelaya y  José Madriz, a su llegada a México como Ministro delegado en la conmemoración de la Independencia, da origen a una situación desairada para Darío: el presidente Juan José Estrada ni le cesa como Ministro ni le renueva el nombramiento.
En México grupos de jóvenes escritores e incluso personalidades de gran talla intelectual le brindan actos de adhesión. Sin embargo, Rodolfo Nervo, explícita pero diplomáticamente le indica que no será conveniente su llegada a la capital. El propio presidente, Porfirio Díaz, en carta dirigida a Darío  lamenta profundamente la ausencia del poeta en los festejos, puesto que el  poeta, en un alarde de diplomacia, se excusa de su incomparecencia antes de ser excluido.

De esta manera y a partir de este momento, Darío  cesa su actividad diplomática.   

Retrato de Rubén Darío

 

  • En busca de la utopía:

Su utopía en torno al mundo que le tocó vivir se refleja con claridad en el inconcebible viaje en pro de la Paz que se le propone y que le lleva finalmente a León. Pese a la insistencia de Francisca y de sus amigos Vargas Vila y Eduardo de Ory, se empeña en emprender el último viaje.    Su llegada y  estancia en Nueva York (12 de noviembre) no pueden ser más desastrosas. Fatigado y enfermo, contempla como poco a poco se desvanecen los proyectos de lecturas y conferencias. Aislado, solo, apenas si consigue alguna colaboración en el periódico La Prensa de Nueva York, para poder subsistir. Los amigos -Fiallo y Bolaños-que en otra ocasión le habían protegido, ya no se encuentran allí.  Enferma gravemente de neumonía y tendrá que ser atendido en el hospital francés.  Sólo la cordura de algún filántropo como Huntington y la recepción en la Liga de Autores organizada por  Helen Woodruff  pueden hacerle más llevadera su estancia en un lugar inhóspito. Cuando recibe la medalla que la Hispanic Society brinda a los genios de la literatura, ésta no es la de oro, sino la de plata. Apenas si en febrero, tres meses después de su llegada, logra dictar su conferencia, el poema  "Pax",  en la Universidad de Columbia. Será su último legado: le queda menos de un año para,  tras una funambulesca estancia en Guatemala, alcanzar a llegar a León para morir.  Los amigos habían insistido ante Estrada Cabrera para cursar una invitación a Guatemala. Allí los banquetes y la participación en los múltiples cenáculos, deterioran aún más su ya maltrecha salud.  Rosario Murillo le sale al encuentro y marcha con él a Nicaragua.  

 

PAX
"Ved el ejemplo amargo de la Europa deshecha.
Ved las trincheras fúnebres, las tierras sanguinosas;
Y la Piedad y el Duelo sollozando los dos.
No, no dejéis al Odio que dispare su flecha,
Llevad a los altares de la Paz, miel y rosas.
Paz a la inmensa América. Paz en nombre de Dios."    

 

Esta muestra multidisciplinar incluye una cuidada selección de más de 150 documentos darianos que constituyen únicamente una parte del Archivo Rubén Darío y que ahora se exponen por primera vez. En ella conviven fotografías, retratos, cartas y notas manuscritas, postales, tarjetas de visita, ediciones de su obra literaria, escultura y pintura.

La Biblioteca Histórica de la UCM participa en este evento de una manera especial, dado que, a partir de este año 2008, albergará y dará servicio público del Archivo Rubén Darío.