Biblioteca Complutense

La lucha por los derechos de las mujeres en el siglo XIX: educación, explotación sexual y ciudadanía

Rosa Marina, La mujer y la sociedad, 1857Marina, Rosa (1857). La mujer y la sociedad. [S. l.] : Junta de Andalucía, 2017.

Rosa Marina probablemente era el pseudónimo de las intelectuales gaditanas Margarita Pérez de Celis (1840-1882) y María Josefa Zapata (1822-1878), seguidoras del socialismo utópico de Charles Fourier por mediación del liberal Joaquín Abreu y editoras de periódicos progresistas como El Pensil Gaditano y El Pensil de Iberia, desde los que defendieron la igualdad y los derechos de las mujeres españolas, denunciando la dominación y opresión sufrida por estas en el entorno familiar, laboral y civil. La mujer y la sociedad se considera el primer manifiesto feminista publicado en España. En él se exige el derecho a la educación de la mujer, la reforma del matrimonio como pacto de sumisión, la mejora de las condiciones del trabajo feminizado y se exhorta a eliminar los contextos sociales que conducen a las mujeres a la prostitución.


Puede accederse en línea a la obra aquí: 

https://www.juntadeandalucia.es/sites/default/files/2021-07/mujer_sociedad.pdf


Una republicana de Zaragoza (Modesta Periu), art. "A la mujer que trabaja y sufre", 1870Una republicana de Zaragoza (Modesta Periú, 1870). "A la mujer que trabaja y sufre".

Tras la firma anónima de “Una republicana de Zaragoza” parece encontrarse la zaragozana Modesta Periú (1845-1871), republicana y feminista, hija del gobernador de su ciudad natal y activista incansable por los derechos laborales y políticos de los trabajadores durante el Sexenio Democrático. Colaboró con periódicos como El Trovador del Ebro, La Igualdad, El Menorquín y El Combate, al que pertenece el artículo expuesto, y fue elogiada por Benito Pérez Galdós como una heroína popular. Tras ser detenida por publicar la hoja revolucionaria “El rey se va” en marzo de 1871, en la que se condenaba a la monarquía como una forma de gobierno periclitada, fue encerrada en prisión, donde murió poco después, según narra en un sentido obituario su amiga, la también republicana y feminista Carolina Pérez, publicado en La Ilustración Republicana Federal, el 21 de junio de 1872: https://hemerotecadigital.bne.es/hd/es/viewer?id=3f086c62-76e7-44f1-9e32-e74cce598ef7&page=3


Cherner, Matilde (1880) María Magdalena. Madrid: Editorial Espinas, 2022

Cherner, Matilde (1880) María Magdalena. Madrid: Editorial Espinas, 2022.

Esta novela, firmada con el pseudónimo de Rafael Luna, es la primera que refleja de manera realista y libre de idealización las formas de violencia que las prostitutas sufrían en la España de finales del siglo XIX, representada en esta obra por la Salamanca de la que era oriunda la autora. La obra denuncia la vulnerabilidad económica de las mujeres que caían en las redes de explotación sexual extendidas en la sociedad de la época. Matilde Cherner (1833-1880) fue una republicana federal salmantina comprometida con la crítica de las condiciones sociales que abocaban a las mujeres a la prostitución, una actividad perseguida moralmente y al mismo tiempo tolerada tácitamente desde una concepción que reducía a la mujer a un ser subalterno, al servicio del deseo del varón.


Rosario de Acuña, "La jarca de la universidad", 1911Acuña, Rosario de (1911). "La jarca de la universidad".

La escritora, pensadora y periodista Rosario de Acuña (1850-1923) destaca por su reivindicación de los derechos de la mujer, en una línea anticlerical, que la separa de pensadoras como Concepción Arenal (1820-1893). Autora de obras de teatro como el drama contrario al despotismo Rienzi, el tribuno (1876) y especialmente la anticlerical El padre Juan (1891), en la que se denunciaba la manipulación del pueblo por la Iglesia católica y la doble moral de muchos de sus sacerdotes. En el escrito periodístico expuesto la autora reacciona con virulencia ante la publicación en El Heraldo de Madrid el 14 de octubre de 1911 de la agresión que un grupo de jóvenes estudiantes habría dirigido a un grupo de estudiantes mujeres en la Universidad Central, en la que estas vieron reconocido su derecho a matricularse desde 1910. La publicación del artículo motivó una huelga estudiantil y obligaría a Acuña a abandonar España para refugiarse en Portugal, de donde retornó con un indulto concedido por el Conde de Romanones dos años después.