Biblioteca Complutense

La composición tipográfica de la Políglota: apertura de una matriz

Apertura de una matriz.

2009. Autor: RSN ReCreations (Stan Nelson). Técnica: Cobre. Medidas: 383 x 140 x 0,96 mm.

Colección: Typographica de Jon Zabala. Nº de inventario: TYP-SN2009-6. Fotografía: María Begoña Sánchez Galán.

Apertura, justificación y preparación de las matrices. Una vez grabados los punzones, estos se golpeaban contra otros paralelepípedos de un metal más blando (cobre), grabando en ellos el signo en positivo y deformando sus caras laterales . Estas segundas piezas, debido a su deformación, debían ser retocadas para alinear sus laterales, y su cabeza o su pie. Si el signo se grababa en la parte superior de la matriz (la cabeza), era la que se debía ajustar, pues era la que entraba al molde; de otra forma se ajustaba la parte inferior (el pie), donde también estaba el singo, como las matrices que pertenecieron a Jean Jannon y que se atribuyen a Claude Garamond. Este proceso se conocía como “justificación de las matrices”, y su función era modificar a voluntad la verticalidad y el espaciado entre las letras, es decir, influir sobre la uniformidad visual, la apariencia estética y en definitiva la legibilidad. Es probable que para las ‘cadenetas de oes’ con las que se justificaron varias líneas de la mayoría de los textos latinos (en lugar de usar los blancos habituales), se golpease con el mismo punzón de forma conveniente sobre una misma matriz, resultando en matrices de 2, 3 y 4 oes. Otra posibilidad pudo ser justificar una matriz con una ‘o sin hombro’, o ajustar los “registros” del molde de fundición para elidir éste (proceso que también es útil para aumentarlo), resultando en tipos estrechos que después se sucediesen y espaciasen en el momento de la composición (como seguramente sí se hizo con el signo angular empleado para justificar las líneas de los textos hebreo-arameos). Convendría advertir también que, según el lugar y la época, las matrices se preparaban para ser usadas en los moldes de fundición en dos aspectos. Para su sujeción al molde, a veces se horadaba un pequeño punto en la parte inferior y otras se hacía una muesca angular sobre toda la superficie para mejorar el agarre. Y para su manipulación se adaptaba el pie (o la cabeza) para atar un trozo de cuero o para asir una pinza metálica, evitando así las posibles quemaduras durante su uso.

(Volver)