Biblioteca Complutense

Cápsulas del tiempo


Del 3 de diciembre de 2012 al 31 de enero de 2013. Prorrogada hasta el 20 de febrero de 2013

Los libros han servido al lector de todos los tiempos de cofre del tesoro o cajón de sastre donde guardar esos objetos cotidianos que han protagonizado un instante de su vida antes de esconderse entre las páginas de un texto. De ahí el nombre de la exposición. Los libros, a modo de "cápsulas del tiempo", actúan como recipientes que trasmiten información de la vida del pasado a las generaciones futuras.

Durante el proceso de catalogación y digitalización de los fondos históricos de la Universidad Complutense de Madrid hemos ido recopilando cuidadosamente los objetos que iban apareciendo en los libros, muchos de ellos valiosos, interesantes o divertidos, con una gran variedad de materiales, formas y tipos. Esos documentos y la información que proporcionan suponen una estimable fuente para la investigación y el estudio de la iconografía, la sociedad y el gusto de tiempos pasados.

La exposición se ha organizado a partir de la variadísima tipología de objetos encontrados en los libros. En primer lugar, los que se agrupan en torno a la imagen. Podemos admirar las figuras que artistas lectores olvidaron entre las páginas, las estampas y grabados que expresaron el sentimiento religioso a lo largo de los siglos y, también,  dibujos y representaciones científicas que sirvieron de ayuda en el estudio a generaciones de estudiantes. Los volúmenes de la biblioteca albergan, asimismo, flores, plantas y herbarios, auténticos jardines recuperados de otros tiempos.

También la vida cotidiana de hace siglos está presente entre las páginas de los libros: los naipes y juegos de azar, como testimonio de las diversiones de los estudiantes; las tarjetas de visita e invitaciones, que permiten reconstruir la vida social de la época; toda clase de documentos relativos a la actividad económica cotidiana como recibos, pagarés, billetes o listas de gastos; y, cómo no, las muestras de una incipiente actividad publicitaria, de gran interés sociológico. Incluso la aridez propia de los documentos oficiales se ha visto mitigada por la emoción del descubrimiento y el valor histórico de algunos hallazgos.

Los ex libris simbolizan la huella del lector bibliófilo y coleccionista, una huella presente en los libros, que los singulariza y realza y nos permite reconstruir antiguas bibliotecas. De nuevo, la idea de la cápsula del tiempo.

Entre todos los objetos, los más dramáticos son los testigos de la violencia y de la guerra: balas y metralla que produjeron heridas de guerra entre las letras, aunque surge siempre el factor humano, como el de esa carta escrita en el frente por un soldado desconocido, aprovechando la hoja en blanco de un libro.