Gilles Robert de Vaugondy (1688-1766) y su hijo, Didier Robert de Vaugondy (1723-1786), formaron uno de los talleres de elaboración y fabricación de mapas y globos terráqueos más destacados y reconocidos de Francia a mediados del siglo XVIII. Eran descendientes de uno de los cartógrafos más importantes de la centuria anterior, Nicolas Sanson  a través de su nieto Pierre Moulard-Sanson, de quien heredaron en 1730 la mayor parte del material cartográfico que la dinastía Sanson había acumulado a lo largo de casi un siglo de trabajo, material que completaron con el adquirido a los descendientes de Hubert Jaillot. Con ellos formaron la base con la que iniciar su obra más ambiciosa y conocida, el Atlas Universel (1757) uno de los atlas más bellos producidos por la escuela francesa a mediados de siglo. Para realizarlo, los Vaugondy, que poseían una excelente formación geográfica, integraron la información obtenida de la revisión de los materiales más antiguos heredados con los mapas más actualizados del momento, incluyendo nuevos topónimos, las últimas investigaciones académicas, los diarios de exploradores y misioneros contemporáneos e incluso la observación astronómica, verificando y corrigiendo en ocasiones la latitud y longitud de muchos mapas a partir de sus propias observaciones. Además, a diferencia de muchos cartógrafos de la época, se esforzaron en indicar las fuentes que utilizaban para elaborarlos, al igual que en su momento hicieron cartógrafos tan destacados como Ortelius o Mercator.  Ambos trabajaron juntos y, a veces, no es posible atribuir sus mapas al padre o al hijo, pues a menudo firmaron con el apellido, sin las iniciales, si bien en otros casos la autoría puede determinarse por la forma distintiva de cada uno: el padre normalmente utiliza "M. Robert" y el hijo "Robert de Vaugondy." Ambos recibieron el título honorífico de Geographe ordinaire du Roy, el padre en 1730 y Didier en 1760.  

La Biblioteca Histórica custodia un ejemplar del Atlas Universel (1757), un atlas que salió a la venta bajo la forma de suscripción. Nuestro ejemplar se compone de unas páginas iniciales con el texto descriptivo y la lista de los suscriptores, el bello frontispicio grabado por Charles Baquoy y 105 mapas grabados a doble página, con contornos coloreados a mano. Los 12 primeros se corresponden con la geografía antigua y el resto son de diferentes partes del mundo. El atlas complutense también incluye al final los famosos cinco mapas de postas de Gran Bretaña, Francia, Alemania, España y Portugal e Italia, que fueron puestos a disposición de los suscriptores con un coste adicional. El ejemplar procede del Mayor de San Ildefonso (Alcalá de Henares) y tiene la siguiente anotación manuscrita en la hoja de guarda:  "costo 660 reales de vellón, año de 1759" .

A pesar de la contención decorativa que caracteriza a las obras de los Vaugondy y, en general, a la toda la cartografía francesa del momento, en la que prima el detalle y la precisión científica sobre cualquier tipo de consideración ornamental, es de destacar la gran belleza de las cartelas de sus mapas, que siempre han sido objeto de  elogios unánimes. Se encargaron a los mejores grabadores disponibles en el momento y, en sí mismos, son verdaderas obras maestras del grabado francés del momento. Poseen un enorme valor pictórico y gran detalle y se enriquecen con motivos tomados del territorio representado, entre los más celebrados se encuentran los cinco que aparecen en los mapas de las postas de Gran Bretaña, Francia, Alemania, España y Portugal e Italia, con representación de carteros en el camino, en ambientes muy bucólicos.

Los Vaugondy publicaron más obras, además del Petit Atlas (1748) y el Atlas portatif (1762), les debemos, al padre Essai sur l'histoire de la géographie (1755) y, a ambos, los artículos de Géographie, Fuseau, y Globe de la Encyclopédie. Estas obras revelan su espíritu cartesiano y sólidos conocimientos geográficos. A la muerte del hijo, el taller cartográfico pasó a monos de Jean Fortin, en 1778, y más tarde a Charles Francis Delamarche.