Mujeres en la Biblioteca Histórica: Lectoras y coleccionistas
Isabel de Farnesio (1602-1766)
Isabel, Reina consorte de Felipe V, reunió una importante biblioteca para su uso privado. Gran lectora, con el tiempo su colección, de más de ocho mil volúmenes, se convirtió en una de las más importantes de su época. Inteligente y culta, dominaba el francés y el italiano, también sabía latín y alemán y pronto aprendió español. Su colección estaba formada por libros de narrativa, obras científicas, arte, gacetas y almanaques. Interesada por el momento histórico que le había tocado vivir, recogía información sobre política, biografías, filosofía, viajes y emblemas, libros que dos libreros franceses a su servicio le hacían llegar desde París o bien eran enviados por sus hijos desde Italia.
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María Ana Victoria, Reina consorte de José I, Rey de Portugal (1718-1781)
Hija de Felipe V e Isabel de Farnesio, nacida el 31 de marzo de 1718.
A los tres años fue prometida en matrimonio a su primo Luis XV y con cinco años se trasladó a la corte francesa, donde recibiría educación como futura reina. En 1725, cuando contaba siete años, Francia rompió el acuerdo matrimonial alegando que era demasiado niña, y fue devuelta a Madrid. Felipe V tomó esto como una ofensa y rompió la alianza con Francia, acercándose a Portugal, al pactar la boda de la infanta con el heredero de Portugal, futuro rey José, I y la de su hermano Fernando con Bárbara de Braganza. José I accedió al trono en 1850 y reinó hasta su muerte, en 1777.
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María Fernanda Connock y Mackensis, III marquesa de Matallana (1756-1838)
Conocida como La Matallana, María Fernanda nace en Madrid en 1756, hija de un comendador de la Orden de Santiago y de una camarera de la reina Bárbara de Braganza, siendo sus padrinos de bautizo los propios monarcas. De esta forma, su origen la coloca desde un primer momento en el centro de la corte madrileña. En 1775 se casa con Miguel de Torres y Ruiz de Rivera, diplomático y por quien obtiene el título del Marquesado de Matallana.
La marquesa fue una conocida instigadora en los corredores de palacio. Sus opiniones como opositora interna las expresaba abiertamente en las tertulias políticas y se le atribuyen papeles centrales en el motín de San Blas y en la conspiración Malaspina, complots ambos para derrocar al primer ministro de Carlos IV, Manuel Godoy. Fue la mano de la marquesa la que escribió los planes del Alejandro Malaspina, vecino e íntimo amigo suyo, para derrocar al Príncipe de la Paz e instaurar un nuevo gobierno en 1795. Lamentablemente para ella, esos manuscritos acabaron llegando a Godoy y, en abril de 1796, la Gaceta de Madrid publicaba su "destierro de todos los dominios de Su Majestad" prohibiéndole vivir junto a su marido mientras este ostentase cargos públicos. Regresaron a España en 1814 reinando ya Fernando VII.
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Anne van Keppel, condesa de Albemarle (1703-1789)
Nació el 24 de junio de 1703 y fue hija del primer duque de Richmond y Anne Brudenell. Su padre Charles fue un hijo ilegítimo del rey Carlos II de quien, por lo tanto, es nieta.
El 21 de febrero de 1722 se casó con el segundo conde de Albemarle con lo cual se convirtió en condesa de Albemarle.
De 1725 a 1737 fue dama de la alcoba de la reina Carolina y murió en 1789 a los 86 años.
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Leonor de Almeida Portugal, condesa de Alorna (1750-1839)
Escritora portuguesa, conocida por su obra poética y sobre todo epistolar. Se casó con el conde Karl von Oeynhausen-Gravenburg, embajador de la corte portuguesa en Viena, y se instaló en esta ciudad, donde utilizó el título de Condesa de Oeynhausen.
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María Asunción Ramírez de Haro y Crespi de Valldaura, condesa de Bornos (1850–1915)
Probablemente todos los libros con etiqueta "Condesa de Bornos" procedan de la biblioteca de la XII condesa de Bornos, María Asunción Ramírez de Haro y Crespi de Valldaura, hija de Manuel Jesús Ramírez de Haro y María Francisca Crespi de Valldaura (1823-1880), quien sería condesa viuda de Bornos desde 1854. Francisca adquirió unos profundos principios religiosos a través del jesuita francés Guibert de Génova durante los años que residió en Italia, anteriores a su matrimonio con el XI conde de Bornos, lo que dio lugar a una colección de libros de devoción y vida cristiana y una marcada educación religiosa para su hija.
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