Biblioteca Complutense

Las fuentes latinas y la cuestión de la corrección de la Vulgata: Antonio de Nebrija

Antonio de Nebrija (1444-1522).

In quinquaginta sacrae scripturae locos non vulgariter enarratos tertia quinquagenia.

Alcalá de Henares: Arnaldo Guillén de Brocar, 1516, 4º. [32] h.; Libro. Papel. Encuadernación en pergamino con correíllas.

Biblioteca Histórica de la UCM. BH FLL 5526(3)

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El recurso a los escritos y comentarios bíblicos medievales de Hugo de San Caro o de Nicolás de Lyra  se vio complementado con las nuevas metodologías del Humanismo renacentista. Aunque las Admotationes al Novum Testamentum de Lorenzo Valla habían sido publicadas en 1505, en una edición auspiciada por Erasmo de Rotterdam, entre los eruditos de la Academia Complutensis el magisterio de Nebrija fue mayor y, evidentemente, más cercano. Donde mejor expresaría su pensamiento exegético sería en su Apología (1508) y en esta Tertia quinquagena, que se publicó en Alcalá en 1516. Dedicada como la obra anterior al cardenal Cisneros, éste tardó diez años, sin embargo, en concederle su autorización. La razón no era otra que el secuestro dictado por el inquisidor Deza del borrador de sus “quinquaginta locis non vulgariter ennarrati” hacia 1505. Fracasado este primer intento, parece ser que Nebrija trató de publicar su obra poco después, aprovechando que Deza había sido sustituido al frente del Santo Oficio por Cisneros (1507), pero éste se lo desaconsejó. Al fin, en 1516, y con la Biblia Políglota terminándose de imprimir, el cardenal dio el visto bueno a este tercer intento de publicar su Quinquagena, de aquí la denominación de tertia, con que su autor la denominó burlonamente. Nebrija planteaba en esta obra la corrección de cincuenta pasajes de las Sagradas Escrituras, referidos sobre todo a crítica textual, de fonética, transcripción de nombres propios, ortografía, sintaxis e identificación y uso de nombres propios hebreos, latinos y griegos, muchos de los cuáles ya había abordado en trabajos anteriores, como en su Lexicon  latino (1492), o en su  Relectio de numeris (1512), que contienen muchas citas bíblicas. Mas, si no era original en esto, si lo era el humanista andaluz en su defensa de la necesidad de aplicar los criterios de emendatio y enarratio al estudio de la Biblia, mostrando una clara coincidencia con Lorenzo Valla, Angelo Poliziano y Erasmo de Rotterdam, y criticando casi toda la exegética medieval, representada por obras como el Mammotrectus, el Catholicon y la Glossa ordinaria, o por autores como Remigio, Hugo de San Caro y Nicolás de Lyra. Incluso san Jerónimo no se libró de alguna crítica, en especial por su poca pericia con el griego. En cambio, Nebrija defendió en su Tertia Quinquagena  la labor de san Agustín, san Rufino y san Gregorio, conectando de nuevo con la opinión generalizada entre los humanistas.

JLGS-M

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Bibliografía: Miguel Ángel ESPARZA TORRES y Hans-Josef NIEDEREHE. Bibliografia Nebrisense. Las obras completas del humanista Antonio de Nebrija desde 1481 hasta nuestros días. Amsterdam/Philadelphia: John Benjamins Publishing Company, 1999, pp. 88-89, nº 152; José PERONA. “Latina uocabula ex iure ciuili in uoces hispanienses interpretata. II, 1 de Elio Antonio de Nebrija” en Cahiers de Linguistique Hispanique Médiévale, 16 (1991), pp. 189-365; José PERONA. “Antonio de Nebrija, Grammaticus” en Manuel ALVAR (coord.). Estudios nebrisenses. Madrid, Ediciones de Cultura Hispánica, 1992, pp; 13-73. Francisco RICO. Nebrija frente a los bárbaros (El canon de gramáticos nefastos en las polémicas del humanismo), Salamanca: Universidad, 1978;