Las (nuevas) aventuras de don Quijote y de Sancho Panza. 2
-Así es -respondió la barbada condesa-, pero todavía le cuadra mucho, porque se llama Clavileñoel Alígero, cuyo nombre conviene con el ser de leño, y con la clavija que trae en la frente, y con la ligereza con que camina; y así, en cuanto al nombre, bien puede competir con el famoso Rocinante.
-No me descontenta el nombre -replicó Sancho-, pero ¿con qué freno o con qué jáquima se gobierna?
-Ya he dicho -respondió la Trifaldi- que con la clavija, que, volviéndola a una parte o a otra, el caballero que va encima le hace caminar como quiere, o ya por los aires, o ya rastreando y casi barriendo la tierra, o por el medio, que es el que se busca y se ha de tener en todas las acciones bien ordenadas. (Don Quijote, II, cap. 40)
Don Quixote de la Mancha, Madrid, 1723
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El País, 20 de octubre de 2007 Don Quixote de la Mancha, Londres, 1738
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