Biblioteca Complutense

El Colegio de san Ildefonso y los arzobispos de Toledo: encuadernaciones platerescas

Imagen 1:

Encuadernación plateresca con rueda de roleos y medallones con las efigies y los escudos de arzobispos de Toledo (Cisneros, Fonseca y Tavera).

En: Fernando del Pulgar (ca. 1430-ca 1493). Habes in hoc volumine amice lector Aelij Antonij Nebrissensis Rerum a Fernando et Elisabe Hispaniarum regibus. Granada: Sancho de Nebrija, 1545.

Biblioteca Histórica de la UCM. BH FOA 513

Imagen 2: 

Encuadernación plateresca con rueda de roleos y medallones con las efigies y los escudos de arzobispos de Toledo (Cisneros, Fonseca y Tavera).

En: Jacques Lefèvre d"Étaples. In hoc opera continentur totius philosohiae naturalis. Alcalá de Henares: Juan de Brocar, 1540

Biblioteca Histórica de la UCM. BH FOA 510

En las décadas centrales del siglo XVI se difundieron en España una serie de encuadernaciones platerescas que mostraban en sus tapas una rueda de roleos con las efigies y los escudos de los principales arzobispos de Toledo que había habido en aquella época: Francisco Jiménez de Cisneros, prelado entre 1495 y 1517; Alonso de Fonseca y Ulloa (1523 -1534), y Juan Pardo de Tavera. No se incluyó en esta rueda al arzobispo Guillermo de Cröy, extranjero y de breve episcopado (1517-1520), ni tampoco a Juan Martínez de Siliceo, sucesor de Tavera en la mitra toledana. Su ausencia parece avalar que la fundición de esta rueda se realizó siendo todavía Tavera el arzobispo, probablemente hacia 1540. Este tipo de motivos históricos contemporáneos es muy raro en la producción artísica española de encuadernaciones durante el Quinientos. Mientras en Alemania y en los Países Bajos las tapas de los libros fueron aprovechadas como instrumentos de propaganda política y religiosa, pudiendo encontrarse volúmenes decorados con ruedas y planchas de Carlos V, Martín Lutero, Philipe Melanchton y Erasmo de Rotterdam, en España no hay prácticamente ejemplos, excepto esta rueda de los arzobispos de Toledo. La estructura decorativa de las tapas es simétrica, y se inicia con una rueda exterior formada por los citados medallones de los primados toledanos, seguida de una segunda rueda decorada con medallones de personajes romanos no identificados, quizá emperadores, angelotes, motivos vegetales y animales; y termina con dos ruedas más, sin separación entre sí y trazadas en forma hexagonal, en una se estamparon cartelas vegetales, y en la otra una greca de delfines y guirnaldas vegetales entrelazadas.  Florones en las esquinas y en el centro completan la estructura decorativa. Los contracantos están decorados con una rueda de hilo liso, los nervios con una paleta de un hilo liso y grueso y los entrenervios con un encuadramiento de dos filetes lisos, todo ello gofrado. En el centro de los entrenervios aparecen dos pequeños florones con motivo vegetal; los entrenervios de cabeza y pie están decorados con hilos gofrados en diagonal que se entrecruzan y forman numerosos pequeños rombos. Los cortes están coloreados y bruñidos con tinta roja; en el corte delantero aparecen numerosas inscripciones. 

Existen otras ruedas semejantes con las efigies y los escudos de los arzobispos de Toledo en el Archivo y Biblioteca Capitulares de la Catedral de Toledo (sig. 54-1, 44-2, 54-3, 54-4) y en un ejemplar de la Philosophia naturalis de Jacques Lefevre d’Etaples, impreso por Juan de Brocar en Alcalá de Henares, en 1540 (BH FOA 510), y que se exhibe en la misma vitrina. Esta circunstancia pudiera hacer pensar que la rueda fue empleada en el taller de Brocar, o por algún encuadenador complutense de la época, Francisco Sánchez, Juan de Sarriá o Diego de Ureña, como creyera Hueso Roland. Es verdad que su simbología arzobispal parece un homenaje a los tres prelados que habían tenido una relación más estrecha con la Universidad de Alcalá, pero lo cierto es que hemos hallado reproducida la misma rueda en libros que pertenecieron al humanista valenciano Honorato Juan, maestro de Felipe y de su hijo el príncipe don Carlos, en las que compartían espacio decorativo con ruedas de clara procedencia salmantina, y que fueron comprados por su dueño hacia 1560. En Salamanca trabajaba desde décadas atrás un reputado encuadernador francés, Simón Borgoñón, quien quizás fuera el autor de estas ruedas de medallones, trasladando por influencia de sus orígenes a Castilla un modelo decorativo que había conocido en su país de origen. No en vano, las ruedas de cartelas que aparecen en los dos ejemplares de la Bibloteca Histórica Complutense citados son también de clara procedencia francesa, siendo habitual su uso en la zona de Lyon, Alsacia y Lorena, zona de la que Borgoñón procedía.

ACB y JLGS-M

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Imagen 2

 Bibliografía: Antonio CARPALLO BAUTISTA. Encuadernaciones en la Biblioeca Complutense, Madrid: Universidad Complutense, 2005, p. 41, nº 54 y 55; José Luis GONZALO SÁNCHEZ-MOLERO. “La biblioteca de Honorato Juan (1507-1566), maestro de príncipes y obispo de Osma (2), Pliegos de Bibliofolia, 24 (2003), pp. 33-54, en especial p. 48; José Luis GONZALO SÁNCHEZ-MOLERO. “Simón Borgoñón, nuevo encuadernador de la Librería rica de Felipe II”, en El libro como objeto de arte. III Congreso Nacional sobre Bibliofilia, Encuadernación Artística, Retauración y Patrimonio Bibliográfico. Actas, Cádiz: Ayuntamiento de Cádiz, 2009, pp. 461-488; Francisco HUESO ROLLAND, Exposición de encuadernaciones españolas. Catálogo general. Ilustrado, Madrid: Sociedad Española de Amigos del Arte, 1934, p. 64; R. MIGUÉLEZ DE MENDILUCE. “Exposición de Encuadernaciones Artísticas de Biblioteca de la Universidad (de Madrid)”, Boletín de Bibliotecas y Bibliografía, I-1 (1934), pp. 48-51.