La enseñanza del latín: Precatio Dominica
Erasmo de Rotterdam (ca.1467-1536).
Precatio Dominica in septem portiones distributa per Erasmum Rot.; Paraphrasis in tertium psalmum Domine quid multiplicati sunt, eodem authore ; Eiusdem Diatribé siue Collatio de libero arbitrio.
Alcalá de Henares: Miguel de Eguía, 1525. 8º. [76] h. Libro. Papel.
Biblioteca. Histórica de la UCM. BH FLL 886(1).
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En 1523 estaba muy reciente el inicio de la difusión y venta Biblia Políglota Complutense (impresa entre 1514 y 1517, pero que no se había empezado a distribuir hasta 1522), cuando Alonso de Fonseca fue elegido arzobispo de Toledo. Casi de inmediato el flamante prelado se propuso continuar el legado cultural del cardenal Cisneros, impulsando los estudios bíblicos y teológicos en la Universidad de Alcalá, decaídos tras la crisis de las Comunidades. Nebrija había muerto en 1522, y su ausencia quiso suplirse llamando de nuevo a Alcalá a dos de sus más egegios profesores antes de la rebelión comunera, Hernán Núñez de Guzmán y Hernando Alonso de Herrera, ahora en Salamanca. No fue posible convencerles. Es posible que pensaran que, sin Cisneros, la universidad alcalaína ya no tenía futuro. Se equivocaron, aunque la docencia del latín y del griego se encomendó a dos jóvenes profesores, Juan Ramírez de Toledo y Francisco de Vergara, el humanismo tomó en las aulas complutenses un renovado ímpetu. Esta recuperación del proyecto cultural cisneriano incluyó de nuevo a Erasmo, pero en una medida mucho mayor. Si en 1516 su Novum Instrumentum era sólo una importante novedad, en 1523 los estudios escriturarios no se entendían sin acudir al método erasmiano. Gran admirador del humanista holandés, Fonseca había tomado en 1524 como secretario a Juan de Vergara, uno de los más íntimos amigos españoles de aquel. Entre los profesores y teólogos de Alcalá también se compartía este deslumbramiento por la obra erasmiana, de manera que cuando en 1525 Fonseca visitó las aulas complutenses, la renovación del pacto entre la universidad y su prelado se rubricó con la edición de dos volúmenes de Erasmo: el Enchiridion, en latín, y la Precatio Dominica con el De libero arbitrio, dirigidos a Fonseca por su impresor Miguel de Eguía. Esta obra de Erasmo se imprimió con motivo de la primera visita del nuevo arzobispo de Toledo a Alcalá. Contiene no solo la Precatio Dominica, sino también la Paraphrasis in tertium Psalmum y el De libero arbitrio, ésta ultimo trabajo de Erasmo contra Lutero, destinado a desmentir a los calumniadores que acusaban al autor de ser partidario de su herejía. Eguía adorna la portada con el escudo del arzobispo Fonseca, imitando quizás el modelo de portadas heráldicas cisnerainas que su suegro Brocar había consagrado para imprimir las «obras del cardenal», y que el nuevo prelado parece querer imitar. Este taco xilográfico, sin embargo, no tiene la elegancia del anterior en esta edición, pero sí aparece mejorado en la portada del Enchiridion (1525). El prólogo del impresor al prelado quizás sea lo más destacable del volumen, pues en él hace encendidos elogios de la imprenta y de Erasmo:
«¡Pluguiera al cielo que las imprentas fuesen entre nosotros lo bastante fecundas para que un editor se hiciera rídiculo al dedicar a grandes pesonajes las obras ajenas simplemente porque él las imprime!. Pero, a causa de no sé que fatalidad, los talleres tipográficos de España están acaparados permanentemente por coplas vulgares y hasta obscenas, por versos ineptos o por libros de menor valor aún. Entonces dirás que te he ofrecido los tesoros de Creso. Por otra parte, quizá, si nuestros esfuerzos son agradables a Tu Grandeza, tu ciudad de Alcalá, dará a luz otros libros excelentes bajo tus auspicios y por nuestro cuidado, a fin de que no seamos ya tributarios del extranjero, y que los doctos no esperen ya los libros como si fueran riquezas de las Indias».
De esta obra de Erasmo hubo dos traducciones anónimas en 1528. Una de ellas se cree que fue hecha por Bernardo Pérez de Chinchón y la otra fue impresa por Miguel de Eguía en Logroño. Pérez residió un tiempo en Alcalá de Henares entre 1528 y 1529, acompañando a don Juan Cristóbal de Borja, hijo ilegítimo del Duque de Gandía, enviado por éste a cursar estudios en la universidad, donde su preceptor inició su estrecha relación con el erasmismo.
JLGS-M
Bibliografía: Marcel BATAILLON. Erasmo y España. Estudios sobre historia espiritual del siglo XVI, Madrid-México: Fondo de Cultura Económica, 1979; Julián MARTÍN ABAD. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600), Madrid: Arco/Libros, 1995. 3 vols. I, p. 322-323, nº 150; Francisco PONS FUSTER, “El mecenazgo cultural de los Borja de Gandía: erasmismo e iluminismo”, Estudis, 21 (1995), pp. 23-43.