La protección de la Corona: Rhetorica en lengua Castellana
Juan de Valladolid. Atribuido a Miguel de Salinas.
Rhetorica en lengua Castellana: en la qual se pone muy en breue lo necessario para saber bien hablar y escreuir y conoscer quien habla y escriue bien: Una manera para poner por exercicio las reglas de la Rhetorica, Un tratado de los auisos en que consiste la breuedad y la abundancia, Otro tratado de la forma que se debe tener en leer los autores y sacar dellos lo mejor para poder se dello aprouechar quando fuere menester todo en lengua Castellana compuesto por vn frayle de la orden de sant Hieronymo.
Alcalá de Henares: Juan de Brocar, 1541, 4º. Libro. Papel.
Biblioteca Histórica de la UCM. BH FG 1752.
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Al tiempo que la apuesta complutense por el erasmismo, entendida como una continuación de los ideales fundacionales cisnerianos, pero también como una manera de congraciarse con la corte de Carlos V, se resintió por las persecuciones inquisitoriales, hacia 1535-36, y sobre todo entre 1540 y 1545, los profesores de la universidad alcalaína mostraron un gran interés por la educación del príncipe Felipe, el heredero y futuro rey Felipe II. Cuando en 1540 éste visitó el Colegio de San Ildefonso, acompañado del cardenal Tavera, fue recibido con discursos y con una obra de teatro latina, Ate relegata et Minerva restituta, donde se elogiaba en algunos pasajes Entre las citadas obras se debe incluir la publicación de esta Rhetorica en lengua Castellana, obra anónima que dedicada al príncipe, salió impresa en Alcalá de Henares, por Juan de Brocar, el 8 de febrero de 1541. Un ejemplar fue entregado al propio Felipe, volúmen que se conserva en El Escorial, presentando todavía la magnífica encuadernación original, con hierros dorados y en seco, joya de las encuadernaciones mudejares de transición de la época. Acerca del nombre de este fraile jerónimo, la crítica se ha inclinado por considerar que la Rhetorica fue escrita por el jerónimo fray Miguel Salinas (ca. 1490-1577). No obstante, esta misma obra, u otra de idéntico título e igual fecha de impresión, aparece atribuida a otro fraile jerónimo, fray Juan de Valladolid en los catálogos escurialenses. En su prólogo el autor va desgranando los tópicos habituales: no ha compuesto la obra sino por la insistencia de terceras personas, la tarea acometida excede las fuerzas del autor, el resultado es modesto e insatisfactorio y de no haber sido por el empeño de ciertos amigos, habría destruido el manuscrito. El objeto, según declara varias veces en dicho prólogo, es poner a disposición del lector que no sabe latín las técnicas de la retórica antigua, para que pueda extraer de ellas el provecho adecuado y así hablar o escribir bien. Tras el prólogo, el autor entra ya en materia y después de definir «qué cosa sea retórica y cuál sea el fin del retórico» va tratando los asuntos habituales: los genera dicendi, las fases tradicionales (inuentio, dispositio, etc….), o los tropos y figuras. Muy próxima al Artis rhetoricae compendiosa de Nebrija, la originalidad de esta obra radica en que -aparte de la lengua vulgar en que está escrita- el autor, partiendo de fuentes clásicas como la Retórica a Herenio y el tratado De inventione, de Cicerón, y otras contemporáneas, como el De duplici copia verborum ac rerum de Erasmo, adapta las circunstancias de la Antigüedad a las necesidades de su tiempo. En esta línea, es especialmente llamativo como critica a Juan de Mena y a Enrique de Villena, por su castellano lleno de latinismos y de palabras arcaicas en romance, mientras que, en cambio, recomienda como ejemplo de buen estilo literario las obras de Torres Naharro, la prosa de Hernando del Pulgar y especialmente la que él llama Comedia de Calisto y Melibea. Sus citas a Erasmo (de quien el autor toma ejemplos concretos) son el mejor ejemplo de este esfuerzo humanístico (uso de la lengua vulgar y apoyo en la latinidad erasmiana) de que el fraile jerónimo hizo gala. Las ocasiones, pocas, en que se aleja de los textos de Cicerón, Quintiliano y Nebrija, lo hace a causa de la mediación erasmiana, y si bien no hay nada polémico en este acercamiento del autor a Erasmo, lo cierto es que el espíritu del humanismo erasmiano, impregna la obra.
JLGS-M
Bibliografía: Elena ARTAZA. El ars narrandi en el siglo XVI español. Teoría y práctica, Bilbao: Universidad de Deusto, 1989; José Luis GONZALO SÁNCHEZ-MOLERO. La «Librería rica» de Felipe II. Estudio histórico y catalogación. San Lorenzo de El Escorial: Real Colegio Universitario Escorial-Mª Cristina. Servicio de Publicaciones, 1998, p. 690, nº 1227; José Luis GONZALO SÁNCHEZ-MOLERO. Felipe II. La educación de un felicísimo príncipe (1527-1545). Madrid: Ediciones Polifemo y CSIC, 2013, pp. 476-485; J. RICO VERDU. La Retórica española de los siglos XVI y XVII, Madrid, 1973, pp. 195-199; Peter E. RUSSELL. “Un libro indebidamente olvidado, la Rhetorica en lengua castellana (1541) de Fray Miguel de Salinas”, en Libro-Homenaje a Antonio Pérez Gómez, Valencia, Cieza: , 1978, pp. 133-141; Luis GARCÍA ALBURQUERQUE. El arte de hablar en público. Seis retóricas famosas del siglo XVI. (Nebrija, Salinas, G. Matamoros, Suárez, Segura y Guzmán), Madrid: Ed. Visor Libros, 1995.