Los inicios de la imprenta en Alcalá de Henares: Santa Catalina de Siena
Catalina de Siena, Santa (1347-1380).
Obra de las epístolas y oraciones de la bien auenturada Virgen Sancta Catherina de Sena de la Orden de los Predicadores las quales fueron traduzidas del toscano en nuestra lengua castellana por mandado del muy ilustre y reverendissimo señor el cardenal de España Arcobispo dela sancta iglesia de Toledo.
Alcalá de Henares: Arnao Guillén de Brocar, 1512, Fol. [24], CCCXVIII, [1], [1] h. en bl. Libro. Papel. Encuadernación en piel vuelta. Perteneció a Manuela Negrete y Cepeda, condesa de Campo Alange.
Biblioteca Histórica de la UCM. BH FLL Res.1098(1)
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Cuando en 1511 Brocar decidió aceptar la oferta del Cardenal para asentar el centro de su negocio editorial en Alcalá de Henares, su apuesta por el nuevo mercado del libro surgido en la villa en torno a los estudios universitarios ofertados por el Colegio de San Ildefonso se demostraría como muy afortunada. A diferencia del primer intento con Polono, en Alcalá ya se estaba configurando una auténtica “ciudad de saber”, presidida por el prelado e integrada por una abigarra comunidad formada por su casa y criados, los profesores y colegiales, los estudiantes de artes, teología y medicina, libreros, encuadernadores y copistas. Este conjunto de lectores y de profesionales ligados a la edición necesitaba libros, y obviamente muchos. La misión de Brocar era la de proporcionárselos, al tiempo que ensayaba cómo entintar la gran obra que el cardenal proyectaba publicar en sus prelos, la Biblia Políglota Complutense. Tras publicar en febrero de 1511 el Tratado sobre la forma que avíe de tener en el oyr de la missa, del Tostado, los siguientes trabajos que salieron de sus prensas estuvieron dedicados a la figura de santa Catalina, en primer lugar La vida de la bien auentuerada sancta Caterina de Sena... (1511), y después esta edición de Las epístolas y oraciones de la bien auenturada Virgen Sancta Catherina de Sena, impresa por «el honrrado Arna= [sic] Guille[n] d[e] Brocar» en 1512. Ambas se publicaron con portadas en las que se estampó el escudo del cardenal, taco que continuará utilizándose en su taller hasta 1518, para singularizar el conjunto de impresiones que patrocinaba Cisneros, entre ellas su Políglota. Este plan editorial era muy amplio, como se deduce de la licencia y privilegio real que Brocar obtuvo en junio de 1511 para «ynpremir y bender la Vida de santa Catalina de Sena y las Epistolas de santa Catalina e un Libro de l´agricultura en romançe y los Morales de San Grigorio en romançe por tyenpo de diez años e que otro ninguno no lo pudyese ynpremir».
Cisneros, que en los años anteriores había promovido la publicación de obras de parecido contenido espiritual (como la Scala de san Juan Crisóstomo, en 1504), parecía haber encontrado al impresor adecuado para llevarlo a cabo. Desde la Baja Edad Media, el pensamiento cristiano se había orientado hacia una interpretación mística, que coincidió con una tendencia seglar y laica, ligada a la corriente denominada como devotio moderna, en la que primaban las experiencias personales y el intento de conectar de una forma más directa con Dios, al margen de los cauces tradicionales. El Cardenal era partidario de difundir este tipo de obras contemplativas. Parece evidente que sentía además una especial predilección por la obra de santa Catalina de Siena, cuya Vida sabemos que mandó traducir a fray Antonio de la Peña. Se cree que éste fue además el traductor de estas “epístolas y oraciones”, aunque también se ha atribuido la versión a fray Gregorio Pardo. Santa Catalina, que tuvo por misión la reforma de la Iglesia, se presentaba ante Cisneros como un modelo fundamental de espiritualidad religiosa femenina. Fue además, en estos años, cuando sobre él ejerció una gran influencia la monja María de Santo Domingo, la llamada “Beata de Piedrahita”, quien es muchas de sus predicas y actuaciones trataba de emular a su antecesora y correligionaria italiana. Esta “siembra” de ediciones místicas tendría como consecuencia no deseada, tras la muerte de Cisneros, el surgimiento del fenómeno del alumbradismo, que prendería con fuerza en Toledo, Alcalá y otras localidades cercanas.
JLGS-M
Bibliografía: MarcelBATAILLON. Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo XVI, Madrid. Fondo de Cultura Económica, 1986, pp. 49 66; Álvaro HUERGA. “Santa Cataliana de Siena en la historia de la espiritualidad hispana”, Teología Espiritual, 12 (1968), pp. 165-228; Julián MARTÍN ABAD. La imprenta en Alcalá de Henares (1502-1600), Madrid: Arco Libros, 1991, 3 vols., 1, nº 16, pp. 216-217; Elisa RUIZ GARCÍA y Helena CARVAJAL GONZÁLEZ. La Casa de Protesilao: reconstrucción arqueológica del fondo cisneriano de la Biblioteca Histórica “Marqués de Valdecilla” (1496-1509), Madrid: UCM, 2011, pp. 94-95; Pedro SÁINZ RODRÍGUEZ. La siembra mística del Cardenal Cisneros y las reformas en la Iglesia. Madrid: Universidad Pontificia de Salamanca-Fundación Universitaria Española, 1979.