Los inicios de la imprenta en Alcalá de Henares
El cardenal Cisneros tuvo una clara conciencia de las posibilidades que ofrecía la imprenta para poner en práctica sus proyectos. Esta percepción se vio inevitablemente ampliada cuando entre 1498 y 1499 fundó el Colegio de San Ildefonso en Alcalá. Durante los años siguientes erigió los edificios de la nueva universidad, compró libros para su biblioteca y contrató profesores, pero también quiso instalar una imprenta. En 1502 invitó a que se trasladará allí al impresor Estanislao Polono, que llevaba tiempo trabajando en Sevilla. En 1504, sin embargo, ante la lentitud con que la universidad avanzaba, Polono regresó a la ciudad andaluza, de modo que cuando 1508 empezaron las clases, no había un impresor en la villa. Tampoco disponía el cardenal de un tipógrafo que fuera capaz de llevar a cabo la publicación de la Biblia Políglota. No era tarea fácil encontrar a uno en España que pudiera dar forma a una edición que se concebía en cuatro lenguas (latín, griego, hebreo y arameo). Afortunadamente, este impresor se halló Arnao Guillén de Brocar, quien se asentó en Alcalá en 1511. En esta vitrina se exponen algunos ejemplos de los primeros libros impresos por Polono y Brocar en Alcalá de Henares.