Biblioteca Complutense

Precursor de la neurología

Las obras del genio exigen siempre la colaboración del medio ¡Que ésta es la última desdicha de los hombres de ciencia de España, después de gastar la mayor parte de su vida en trabajo negativo, si algo positivo producen, como no engrana con la cultura nacional que no existe, ni con la extranjera que se desarrolla por sí misma e independiente de nosotros, caen pronto en el olvido!

Luis Simarro. Obituario sobre Mateo Orfila, 1886


Práctica clínica

 

Inició su contacto con la neurología en el Hospital de la Princesa. Entre 1877 y 1879 trabajó como facultativo en la Casa de Dementes de Santa Isabel de Leganés, realizando autopsias a los enfermos que fallecían en la institución; sin duda, un intento precoz de llevar el método anatomoclínico e histopatológico al estudio de las enfermedades mentales. Diferencias con la dirección, que le prohibió hacer autopsias, provocaron que abandonara la institución, regresando a su plaza en el Hospital.

Algunos elementos de la práctica y diagnósticos clínicos los conocemos a través de sus peritajes forenses en algunos famosos casos judiciales. Junto con José María Escuder y Jaime Vera firmó un exhaustivo informe sobre el estado mental del diputado a Cortes Martín Larios, realizando un contrainforme a uno de Charcot y Hardy sobre el mismo caso. También realizó el informe en el caso del cura Cayetano Galeote y el de la fuga del Infante de Orleáns.

Se conservan cerca de mil diagnósticos en una decena de dietarios (1909-1920) en los que figuran anotados los casos que acudían a su consulta privada, siendo muchos de ellos pacientes acomodados y en algunos casos personajes de la época conocidos. Estos registros no son sistemáticos en el sentido de historial clínico actual, sin embargo, nos permiten tener una idea de la sintomatología, del diagnóstico y del tratamiento prescrito.

 

Obra neurológica

 

Simarro publicó poco y es sabido que prefería transmitir directamente sus conocimientos a través de la práctica clínica y el laboratorio.

Utilizó la neurohistología como herramienta fundamental para estudiar la neurología con mentalidad anatomoclínica. Su verdadero programa de trabajo consistía en investigar las funciones estructurales, buscando la relación entre forma y función en todo el sistema nervioso. Fruto de estos conocimientos fue la publicación del capítulo ‘Enfermedades del sistema nervioso’ (1898) y de la conferencia ‘Un bosquejo de anatomía y fisiología del sistema nervioso’ (1899).

En el capítulo ‘Enfermedades del sistema nervioso’, publicado en el Vademecum clínico-terapéutico (1898) parte del principio de que todas las funciones del organismo están gobernadas por el sistema nervioso. Por esta razón, los síntomas que se aprecian en el enfermo mental son efecto de una afección nerviosa. Establece un programa sistemático de exploración del paciente para poder llegar a un diagnóstico.

Una gran parte de los trabajos firmados por Simarro son transcripciones de sus conferencias o cursos, muchos de ellos publicados en el Boletín de la Institución Libre de Enseñanza (BILE), donde también remitió algunos informes relativos a su estancia en París entre 1880 y 1885. Estos trabajos, unidos a la publicación de la conferencia que dio en el Instituto Rubio sobre ‘El estado actual de las localizaciones cerebrales’ (1910), constituyen piezas fundamentales.

En 1877 publicó ‘Serie de accesos de epilepsia. Exploración de la temperatura como medio diagnóstico y guía del pronóstico y tratamiento. Nitrito de amilo’, en el que se muestra muy documentado en la literatura neurológica francesa y declara su admiración por Charcot.

En 1885 publicó un artículo titulado ‘De los reflejos espinales’, donde expone las posibles alteraciones del reflejo rotuliano, mostrando su importancia para la localización de la patología según los datos exploratorios acompañantes. Finalmente, publicó en 1895 un caso clínico sobre un paciente intervenido en 1894 por un tumor cerebral.

 

«  Anterior                   Siguiente »